Expertos censuran la “peligrosa” sugerencia del presidente de EE.UU. de combatir la COVID-19 con una inyección de desinfectante, y la tachan de “irresponsable”.
El presidente de EE.UU., Donald Trump, durante una conferencia de prensa ofrecida el jueves en la Casa Blanca, sugirió la posibilidad de atacar el nuevo coronavirus, denominado COVID-19, inyectando desinfectante en el cuerpo, la que ha causado muchas críticas por los expertos y científicos estadounidenses que advirtieron de que el uso de estos métodos puede incluso llevar a la muerte.
En la misma jornada, el neumólogo del Hospital General Zuckerberg de San Francisco (California) y profesor de medicina en la Universidad de California, John Balmes, criticó los extraños consejos del jefe de Estado, calificándolos de “concepto ridículo” e hizo hincapié en que “la inhalación de blanqueador de cloro sería absolutamente la peor cosa para los pulmones y las vías respiratorias y los pulmones no están hechos para ser expuestos a un aerosol o desinfectante”.
En esta misma línea, otro neumólogo, Kashif Mahmud, en un mensaje en su cuenta de la red social Twitter, rechazó completamente las recomendaciones del presidente estadounidense “no puede recomendarse inyectar desinfectante en los pulmones o usar radiación ultravioleta dentro del cuerpo para tratar el COVID-19”.
“Aparentemente Donald Trump sabe menos de un alumno de jardín de infantes sobre la medicina, no sigan sus consejos médicos” agregó el neumólogo.
Asimismo, el doctor Vin Gupta, neumólogo y experto en políticas de salud global dijo a la cadena estadounidense NBC que cualquier cantidad de lejía o de alcohol isopropílico o de cualquier tipo de producto de limpieza es inapropiado para la ingestión incluso en cantidades pequeñas. “Cantidades pequeñas son mortales” enfatizó.
El origen de la extraña propuesta de Trump está en un estudio del Departamento de Seguridad Interior, que indica que “el calor y la humedad” suprimen el coronavirus, igual que “desinfectantes de uso común” como la lejía o el alcohol isopropanol. Sus conclusiones, han dado alas al presidente para presentar sus propias teorías científicas sobre su aplicación en pacientes infectados por la COVID-19.
Además, el director de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), Stephen Hahn, en una entrevista con la cadena local CNN dijo que “no recomendaría a nadie ingerir desinfectante”.
Los expertos médicos de EE.UU. cada vez tienen más problemas para contradecir las irreales previsiones del presidente sobre esta crisis sanitaria. Por ejemplo, Trump forzó el miércoles al director del Centro de Enfermedades Infecciosas, Robert Redfield, matizar sus declaraciones sobre la posible virulencia de la próxima ola de contagios en otoño.
Por minimizar las cifras de los contagiados en el país, y culpar a otros Estados, como China, de haber creado la COVID-19, el inquilino de la Casa Blanca es criticado por ciudadanos y gobernadores sobre su gestión ante la pandemia y muchos expertos han alertado de las consecuencias catastróficas si la Administración de Trump sigue su actual política frente a la crisis global.
Estados Unidos, se ha convertido en el epicentro de la pandemia global, con más de 880 000 casos positivos y 50 000 muertos.