El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, calificó de “lunático” al gobernador de San Pablo, Joao Doria, por haber decretado una cuarentena de quince días en el estado más poblado de Brasil para hacer frente a la crisis generada por la expansión de la COVID-19.
En una entrevista que concedió este sábado al canal CNN Brasil, el líder ultraderechista criticó las medidas que han adoptado algunos gobernadores regionales para hacer frente al coronavirus, como la cuarentena o el cierre de aeropuertos, e insistió en que la crisis sea tratada sin “pánico” ni “histeria”.
“Para decir la verdad, se trata de un lunático. Está aprovechando la situación para hacer política. Está aprovechando para crecer políticamente”, afirmó el jefe de Estado al ser interrogado sobre las medidas de excepción adoptadas por Doria.
Bolsonaro pidió que los gobernadores regionales se limiten a combatir la expansión del coronavirus sin aprovechar para intentar anticipar la campaña para las elecciones presidenciales de 2022. “Las medidas de ese gobernador (Doria), así como las de otros, como el de Río de Janeiro, extrapolan. Es una dosis de remedio excesivo que se convierte en veneno”, dijo al referirse a medidas para recluir a la población en sus casas y aislar las regiones.
Sobre el intento del gobernador de Río de Janeiro, Wilson Witzel, de cerrar el aeropuerto de la ciudad afirmó que se trata de una medida que tan sólo “genera un clima de terror en la población que puede llevar a la depresión y bajar la inmunidad”.
“Esos pocos gobernadores que me critican todo el tiempo dicen que no tengo liderazgo (para combatir el coronavirus). Y yo les digo: las elecciones de 2022 están muy lejos para que comiencen con ese tipo de ataque, con ese intento de desgaste infundado”, agregó.
Interrogado sobre el impacto que el coronavirus puede tener en la economía después de que el Gobierno redujera su proyección de crecimiento del PIB este año a un 0,02% y los economistas alertaran de que Brasil puede sufrir una nueva recesión, dijo que su preocupación en este momento es con la vida de las personas y con “impedir que el desempleo aumente por las medidas de esos gobernadores irresponsables”. En otra entrevista sostuvo: “La gente va a morir, lo lamento, pero no podemos crear ese clima, perjudica a la economía”
Doria decretó una cuarentena en el estado de San Pablo a partir del martes, después de que el Ministerio de Salud admitiera que el número de muertes en Brasil por COVID-19 subió un 63,63 % en un día, desde 11 el viernes hasta 18 este sábado, la mayoría de ellas en San Pablo (15).
Según el último boletín del Ministerio, el número de casos confirmados de COVID-19 en Brasil creció un 24,78 %, desde 907 el viernes hasta 1.128 este sábado. Del total de casos, un 40,69 % (459) se registró en San Pablo, estado más poblado de Brasil, con 46 millones de habitantes (el 22 % de la población brasileña).
La cuarentena determina la reclusión de la población y el cierre de todos los comercios y servicios no esenciales.
Cacerolazos en Brasil contra las políticas sanitarias de Bolsonaro. Según una encuesta de Datafolha, más del 70% de la población brasileña aprueba las medidas de cuarentena
Doria pidió a la población que entienda la gravedad de la situación y, en una clara referencia a Bolsonaro, criticó a quienes consideran que el coronavirus no pasa de una “gripita”.
Bolsonaro, que en un primer momento restó importancia al coronavirus, en los últimos días ha admitido la gravedad de la situación, pero ha aclarado que no se puede actuar con “histeria”. “Es una gripita para mí y, puede estar seguro, para más del 60% de los brasileños no será nada. Ni se enterarán ni sentirán en caso de que se contagien. Entiendo que para los ancianos y para personas con enfermedades realmente contraer el virus puede ser grave”, dijo el mandatario.
Bolsonaro se mostró confiado en el resultado de los ensayos clínicos que se hacen en varios países, incluso Brasil, para determinar la eficacia de algunas medicinas como la cloroquina en el tratamiento del COVID-19.
El gobernante anunció por sus redes sociales que ordenó al Laboratorio del Ejército que eleve su producción de cloroquina, una medicina usada para tratar malaria, artritis y lupus, ante la posibilidad de que pueda ser eficaz contra el coronavirus.
Bolsonaro igualmente reconoció que en un primer momento pensó que su propio ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, “estaba exagerando” cuando comenzó a anunciar medidas frente al coronavirus, pero agregó que ya viene “ajustando las cosas” con su colaborador, que ha sido elogiado por su posición enérgica frente a la crisis.
Dijo igualmente que no cree que, como lo dijo Mandetta, el sistema de salud de Brasil pueda sufrir un “colapso” en abril, para cuando se prevé que las camas en los hospitales sean insuficientes para atender a los pacientes con COVID-19. El ministro estima que la epidemia alcanzará en Brasil su auge entre abril y junio, y que solo a partir de septiembre se registrará una caída acentuada de los casos.