Por Carlos Arias
Hemos alcanzado un punto tecnológico en el que somos capaces de crear abundancia, cada vez más con menor esfuerzo. Pero día a día el sistema de mercado nos manda mensajes de escasez, con constancia y perseverancia.
Cada vez que miramos nuestra cuenta bancaria, pagamos la hipoteca, la luz, el gas, el pan, el ocio. Nuestros números bajan, y sentimos fuertemente la obligación de trabajar en ese empleo que reconocemos que sirve para poco en la mayoría de casos. Mensajes de escasez.
Por el contrario percibimos el despilfarro incesante, miles de millones de móviles tirados a la basura, que no se repararán jamás, no se reciclarán, electrónica obsoleta, botellas de plástico, envases, vidrios. La abundancia nos rodea en forma de basura. No nos gusta esta abundancia.
Debemos encontrar la forma de racionalizar los recursos planetarios, de forma que satisfagamos nuestras necesidades al más alto nivel, mucho más que cualquier multimillonario de hoy día, pero con un consumo adecuado a la capacidad de la Tierra.
El capitalismo nunca podrá ganar frente a todo lo que nos proporcionemos de forma gratuita. Por eso es importante el código libre, la cultura libre. Instrucciones libres y modificables para y por cualquier individuo y colectivo. Wikipedia, Linux, P2P…
Para que no veamos nunca más empresas aprovechándose de nuestro dolor en situaciones de crisis, vendiendo válvulas respiratorias a 10.000€ la unidad, cuando podemos fabricarlas gratis con impresoras 3D de código libre.
Hagamos de la tecnología y el conocimiento libre nuestros aliados, y podremos crear el paraíso en vida, abundancia sostenible, de la que nos cuida.
En estos tiempos de pandemia, la Renta Básica Incondicional será el camino, junto con el tiempo libre que conlleva, que nos brindará la oportunidad de dejar atrás este sistema de mercado maldito, abandonando empleos absurdos, abrazando trabajo y juego significativo.
Nos vemos en la próxima utopía. Nos vemos en la #EconomíaBasadaEnRecursos.