por Over Raim
La rápida propagación del llamado Coronavirus, que puede ser mortal en algunos casos, ha asustado a las personas en todo el mundo. La constante, y en muchas ocasiones irresponsable cobertura de los medios, que primero siembran alarma y luego piden calma, ha aumentado la conciencia de los peligros de este brote. Esto ha llevado a una reacción exagerada en demasiadas ocasiones. Algunos sospechan que todas las personas de origen asiático son portadores de este nuevo virus y han comenzado a visibilizarse brotes racistas en todas partes.
Hace unos días hubo un incidente grave cuando el pasaje en un vuelo de una compañía alemana entró en pánico. Un pasajero chino comenzó a toser violentamente a la altitud de crucero. Para empeorar las cosas, admitió a los otros pasajeros que dos semanas antes, había estado en Wuhan, la ciudad origen del brote de coronavirus.
A pesar del alboroto en la cabina, el capitán mantuvo la calma y siguió volando. El avión aterrizó con seguridad en su destino, y la tripulación y los pasajeros que se habían sentado cerca del pasajero chino fueron examinados de inmediato. Unas horas más tarde, hubo alivio general cuando las pruebas para el coronavirus fueron negativas.
Se están dando casos de personas que se tapan la boca con prendas de ropa cuando se sienta alguien con aspecto asiático a su lado o incluso se pregunta directamente a estas personas si tienen el virus. Empieza a haber un temor generalizado a ir a comercios de la comunidad china y también comienza a aislarse en las escuelas e institutos a los alumnos de origen chino. Se está tratando a los ciudadanos chinos como patógenos.
Lo que realmente está pasando es que un racismo antichino, que ya existía en amplias capas de nuestra sociedad, se manifiesta ahora más virulentamente. El virus ha sido la espita para desencadenar este tipo de barbaridades que rompen la convivencia y condenan a un grupo racializado al aislamiento social.
¿Cuánto tardaremos en ver ataques violentos y agresiones? ¿Tiene algún sentido esta histeria colectiva?
La comunidad china, ya estaba discriminada, pero estos incidentes son un golpe muy duro para ellos. La desconfianza amenaza con instalarse y no desaparecer una vez el brote sea vencido.
El virus racista está instalado desde hace siglos en nuestras sociedades y todavía no hemos encontrado vacunas que puedan erradicarlo.
La solidaridad y la empatía deben ser la prioridad en este momento. Antes de haber rastreado con precisión el origen de los patógenos, la culpa, el pánico y los comentarios racistas sobre los supuestos hábitos alimenticios chinos o los estándares de higiene ciertamente no contribuyen para nada en la convivencia y la paz social.
Los últimos descubrimientos parecen confirmar que el coronavirus no es más peligroso que la gripe, que afecta a millones de personas anualmente. Así que dejemos de lado los estereotipos, el racismo y la ignorancia militante del odio. Llevemos esta situación como seres razonables y hagamos honor a ese nombre que nos hemos dado: HUMANOS.