1) La población inicia una serie de protestas, en principio para protestar contra un hecho puntual, pero que una vez en marcha se extienden hasta apuntar a un régimen caduco con el que la población no se siente representada.
2) Las protestas desestabilizan al Gobierno, y se inicia un ciclo de represión y violencia en el que se fortalecen los sectores mas radicales, tanto del Gobierno como de la oposición.
3) Se hace evidente la intervención de otros estados con intereses en el país: de Rusia, de los Estados Unidos y la UE, apoyando a bandos opuestos.
4) El gobierno cae y se produce un vacío de poder que es ocupado inmediatamente por los sectores mas organizados, tanto en el centro como en la periferia del país. La intervención de Rusia es la mas fuerte por su proximidad geográfica, histórica y cultural. La tendencia a la fragmentación del país y a su feudalización es muy grande. La información se manipula e intoxica de manera que es difícil saber lo que sucede hasta para los propios ucranianos.
5) En este proceso se han generado milicias y pequeños grupos armados de distintos signos que son apoyadas desde el exterior y que se convierten en elementos peligrosos que crean un clima de miedo en la población .
6) Todo ello prepara el escenario para la posibilidad de una guerra civil que cause enormes daños en la población. En este proceso se han incrementado las tendencias mas antihumanistas y fundamentalistas de los bandos en pugna, mientras la mayoría se resigna a sufrir la catástrofe.
El argumento suena familiar, con pequeñas variaciones, ¿no ha sucedido esto en Siria o en Libia? Y puede repetirse en mas escenarios…
Son tiempos de cambios en los que viejas instituciones se caen, y eso a los humanistas nos parece bien. Pero ahora se intenta estafar las demandas de la población y se reemplaza un régimen caduco con soluciones mas viejas aun, se despiertan antiguos nacionalismos, reaparecen viejas ofensas o se las inventa para justificar lo injustificable, chantajes y temores de todo tipo presionan a la población.
El resultado es el opuesto a lo que el pueblo pretendía, y de nuevo se asfixian las aspiraciones de los pueblos con las apetencias de las intereses de unos pocos. La irresponsabilidad de los dirigentes políticos ha llegado a límites increíbles: en vez de favorecer el diálogo y la tolerancia, se exaltan la violencia, la intolerancia o el fundamentalismo.
Por encima de las diferencias que en las últimas semanas se han acrecentado, debería llegarse a un mínimo acuerdo que estableciera para todos los bandos el rechazo a la violencia armada como medio de solucionar el conflicto.
Por un mínimo de decencia la intervención extranjera debería favorecer la realización de elecciones en un clima de paz en todo el país, debería iniciarse un proceso de desarme progresivo y proporcional de los grupos armados que ocupan las plazas y dependencias gubernamentales, debería respetarse la libre elección de los ucranianas y ucranianos respecto al régimen que quieran darse, y debería cesar el movimiento de tropas en las fronteras de Ucrania que amenazan al pueblo ucraniano.