La Comunidad Internacional Bahá’í está profundamente preocupada por la reciente oleada de persecución por parte de las autoridades iraníes contra la comunidad bahá’í, en particular por una inquietante decisión institucional que afecta a los bahá’ís en todo el país.
Al restringir a los solicitantes de la nueva tarjeta de identificación nacional iraní a seleccionar solo una de las cuatro religiones reconocidas –es decir, el islam, el cristianismo, el judaísmo o el zoroastrismo–, los que pertenecen a otros credos, incluido el bahá’í, se ven obligados a mentir sobre sus creencias o a seguir privados de los servicios civiles más básicos, como la solicitud de un préstamo, el cobro de un cheque o la compra de una propiedad. Las enseñanzas bahá’ís exigen que los bahá’ís sean veraces y, por lo tanto, no pueden mentir sobre sus creencias. Varios informes confirman que los bahá’ís han sido, en consecuencia, impedidos de obtener sus tarjetas de identificación.
Además, un tribunal ha dictaminado que todas las propiedades pertenecientes a los bahá’ís en la aldea de Ivel sean confiscadas basándose en que los bahá’ís tienen «una ideología perversa» y por lo tanto no tienen «legitimidad en la posesión» de ninguna propiedad. Esta decisión indignante es a pesar del hecho de que los bahá’ís han sido residentes en la zona y han tenido propiedades allí durante generaciones, que se remontan a mediados de los 1800.
Solo en los últimos tres meses, docenas de bahá’ís fueron arrestados y otras docenas recibieron sentencias por motivos religiosos, sumando una pena de prisión de casi cien años. Solo este mes, los individuos bahá’ís fueron condenados a más de diez años de prisión; en otro caso, el oro utilizado por un bahá’í en su negocio de joyería fue confiscado.
«La Comunidad Internacional Bahá’í está alarmada por la reciente ola de persecución contra la comunidad bahá’í en Irán y pide a la comunidad internacional que ponga de relieve estas cuestiones que representan un importante deterioro adicional», dijo Bani Dugal, Representante Principal de la Comunidad Internacional Bahá’í.
Diane Ala’i, Representante de la Comunidad Internacional Bahá’í en Ginebra, explicó además: «A pesar de las continuas afirmaciones de los funcionarios iraníes dentro del país y en los foros de las Naciones Unidas de que los bahá’ís tienen derechos de ciudadanía, las autoridades están institucionalizando otro mecanismo que tiene como objetivo destruir la comunidad bahá’í como una entidad viable, extendiendo así una campaña de persecución incesante de cuatro décadas de duración contra los bahá’ís en prácticamente todas las dimensiones de la vida: cultural, social, educativa y económica». Aun así, los bahá’ís de Irán siguen esforzándose por vivir de acuerdo con los escritos bahá’ís, que defienden la veracidad como «la base de todas las virtudes humanas». «¿Cómo pueden los bahá’ís que solicitan sus tarjetas de identificación nacional, trabajos en el sector público, o inscribirse en una universidad ser castigados simplemente por ser veraces?».
En los últimos tres meses, los bahá’ís también han sufrido múltiples redadas en sus hogares, ataques a sus propiedades, confiscación de bienes, despidos y la continua negación del acceso a la educación superior. En un caso, un hogar bahá’í fue completamente destruido. En otro caso, un empresario no bahá’í fue obligado a proporcionar una lista de sus empleados bahá’ís y luego a despedirlos.
Además, una incesante campaña de desinformación sobre la Fe bahá’í dirigida al público iraní ha continuado a plena fuerza en las noticias y los medios sociales. Dicha campaña tuvo un crecimiento exponencial desde 2016-2017. El patrón eran 3000 publicaciones difamatorias en medios públicos y este número solo en 2019 ha ascendido a más de 12000 piezas de esta propaganda antibahá’í. Una pequeña fracción de este contenido está disponible en el sitio web Persecución de los bahá’ís de Irán.