El presidente del Colegio de Profesores de chile, hace un balance de los 11 días vividos en el Campamento Dignidad. La desobediencia civil, la solidaridad, la necesaria movilización futura, son algunos de los temas que aborda en el video que transcribimos a continuación.
«Es un balance absolutamente satisfactorio. Nuestro gran objetivo acá, fue hacer un acto de desobediencia civil, cuando intentaron demonizarla como que era poco menos que terrorismo. Nosotros reivindicamos el derecho a la desobediencia civil no violenta de los pueblos.
La desobediencia civil es un acto profundamente ético, fundamentalmente un acto moral.
Lo que hicimos acá fue ocupar un espacio público de manera “ilegal” –porque fue sin permiso–, pero para hacer algo absolutamente legítimo como es instalar un espacio democrático, un espacio de convivencia social, un ágora donde hubo debate, foro, donde hubo conversación, donde hubo diálogo, donde juntos pensamos el Chile que queremos, donde hubo autocuidado entre nosotros mismos, donde hubo cultura, arte, donde el pueblo se encontró acá y hubo un verdadero proceso deliberativo.
Mientras allá no encuentran soluciones y mientras acá no protegen nuestros derechos, mientras aquí no han defendido los derechos humanos como corresponde, mientras allá no han generado la nueva constitución que estamos demandando ni han generado la agenda social que queremos y demandamos, nosotros los hemos interpelado con este acto de estar aquí. Un acto ilegal pero profundamente democrático y legítimo. Como también hay actos que son legales pero son profundamente antidemocráticos e ilegítimos, como muchas cosas que vemos: los abusos de los poderosos, de la elite, del gobierno, del parlamento…
Entonces el objetivo de 11 días está plenamente logrado.
Ha sido muy lindo el respaldo y el apoyo que nos ha dado la gente, y el respaldo y el apoyo que nos han dado los artistas. Los artistas que están con el pueblo son los que quedan en el corazón del pueblo justamente. No sólo que son grandes exponentes de su arte –que lo son, Inti Illimani son músicos extraordinarios–, pero yo creo que lo que más agradecía la gente era ese compromiso de venir y estar acá.
Ha sido muy bonito esta simbiosis, esa armonía, esa unión entre el pueblo y los artistas.
Produjimos durante estos 11 días un efecto demostración del país que queremos, un país donde la gente se relacione solidariamente, donde seamos capaces de trabajar en equipo, no compitiendo entre nosotros.
Aquí fue muy lindo. Organizaciones que a lo mejor no teníamos tanto conocimiento entre nosotros aprendimos a colaborar, juntos preparábamos la comida, hacíamos el aseo, nos apoyábamos… Las rondas de seguridad, la hacíamos entre nosotros mismos… Hubo mucho compañerismo. Vino mucha gente a darnos solidaridad. Vino una pastelería de acá, del centro, a dejarnos un pastel con un mensaje agradeciendo a los que luchan, vino mucha gente a dejarnos comida, vino mucha gente a dejarnos agua, vino gente a preguntar “¿qué necesitan?”, vino gente a ofrecer su casa con el baño…
Por muchísimo tiempo y tal vez por el resto de nuestras vidas, vamos a recordar estos 11 días que han sido días maravillosos y que es la semilla del Chile que queremos. Este es el Chile que queremos, un Chile donde la gente sea hermana, se colabore, el de al lado no sea un competidor, el de al lado sea un compañero de trabajo, un colega, un vecino, alguien con quien yo al colaborar nos va mejor…!
Va a venir el verano pero nosotros queremos un verano movilizado, queremos un verano donde a lo mejor hay que reactivar mucho los cabildos, la deliberación en el territorio, o en los mismos lugares de trabajo… Hay que reactivar las asambleas…
Sería un error que dejáramos todo en manos de los políticos sin hacerles presión. Lo que se ha avanzado, que no es mucho, ha sido producto de la movilización. Por lo tanto, yo creo que tenemos que prepararnos para un 2020 movilizado, activo, conciente, crítico, y por sobre todo unidos, no sólo las organizaciones sino el pueblo mismo, la ciudadanía misma.»