La memoria que duele, con la derecha dispuesta a lo más atroz para defender sus privilegios
La memoria de las y los miles de muertos y desaparecidos de la dictadura cívico militar es un dolor permanente para los seres queridos de las víctimas y de la sociedad chilena. Esta memoria es un duelo colectivo e histórico, que sigue pendiente, que no tiene un desenlace, al no contar con evidencias y respuestas concretas que permitan transformar positivamente el sentido de pérdida y que aporte a los procesos de reconciliación de las generaciones dañadas por la violencia.
Se hace aún más desgarrador el coexistir con un relato público negacioncita sobre los hechos acontecidos, y degradador e infame sobre las víctimas, y que a pesar de las demostraciones científicas existentes, continúa siendo utilizado por las ideologías de derecha, y algunos espacios “concertacionistas” socialdemócratas que alaban lo económico, para apoyar y justificar en la práctica los alevosos actos cometidos por uniformados y civiles, como buenos herederos de ese pasado, que a toda costa quiere mantener el poder y salvaguardar sus privilegios. Afirmaciones cómo “no creo que hayan sido sistemáticos, yo creo que eso es parte de la leyenda urbana” (diputada Gloria Naveillan, ex republicana) en alusión a los ataques sexuales realizados por agentes de Estado en contra de mujeres y hombres; o “me salvaron de vivir bajo una dictadura marxista (…….) Pinochet salvó la vida de toda una generación” (Iván Moreira en relación a la declaración sobre la dictadura). Con ello demuestran claramente la bajeza ética de una conducta provocativa que lesiona gravemente a las familias de las y los detenidos desaparecidos, a organizaciones y abogados de DDHH y documentos e informes que respaldan esta fatídica etapa de nuestro país. Esta constante negación es una expresión de crueldad y odio hacia todas las víctimas, sus familias, seres queridos y la sociedad chilena.
En Chile, la memoria de la dictadura cívico-militar y las graves violaciones a los derechos humanos, se fue reconstruyendo en base a miles de testimonios, entregados por personas que vivieron prisión política y sufrieron tortura, que permitieron reunir los antecedentes de los y las víctimas de la dictadura, las múltiples formas de apremios ilegítimos y tortura, identificando los lugares de detención existentes para tales efectos.
Algunos de estos espacios han sido recuperados por agrupaciones de derechos humanos, con el doble objetivo de reparar simbólicamente a las víctimas y transmitir a las futuras generaciones estos trágicos episodios, combatiendo así el olvido de la represión de la dictadura, constituyéndose esta acción en una importante labor cultural y pedagógica en pos de la construcción de una democracia real y justa.
Los intentos del pueblo por sanar: ni perdón, ni olvido, sino reconciliación
Las víctimas directas, las víctimas de los entornos de éstas, y todo el pueblo escarmentado y aterrorizado por un par de décadas (sobre todo el organizado), ha recorrido un camino psicológico, uno moral, existencial y espiritual. También, uno de activismo político y judicial enfrentando un Estado en manos de “los triunfadores” victimarios.
Tales caminos son recorridos en conjunto por las víctimas, pero también muchos tramos son en la soledad de la propia conciencia.
En esta lucha de medio siglo por verdad, justicia y reparación (que es lo mínimo a lo que nuestra sociedad puede aspirar), en el seno de las víctimas se desarrollan los indicadores intangibles en este proceso, por ejemplo, el no convertirse en ellos y sostener la propia humanidad. Reconstruir en la cotidianidad la alegría de vivir. Visualizar el fortalecimiento interior que trae una reconciliación íntima y auto tratada, que permite cortar la última cadena que me amarra a la bestialidad de los victimarios. En fin, despejar nuevas opciones futuras de existir.
La porfía de la gente por construir un Chile en Dignidad
Hoy a 28 años de la recuperación como sitio de memoria, de Villa Grimaldi, lugar que, por su ubicación a los pies de la cordillera, fue un lugar de descanso, esparcimiento y de alegría, como espacio parcelado del fundo en reducción previo al fatídico septiembre de 1973.
El Cuartel Terranova: centro detención, tortura y exterminio, a cargo de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), fue el principal centro secreto de secuestro en dictadura, en el sitio se encontraba la casa de la administración. El recinto fue ocupado por la fuerza, a fines del año 1973 y principios del 1974 por la DINA.
Bajo presiones y amenazas «obligaron a Emilio Vasallo a venderles la propiedad, firmando un compromiso de compraventa cuya copia se conserva en el Archivo Documental de nuestro sitio de memoria.»
Escogido por su ubicación, con gran arboleda, a los pies de cordillera, zona agrícola, cercano al regimiento de telecomunicaciones por un lado y por el otro el Aeródromo de Tobalaba, estratégicamente conveniente para llevar a cabo las nuevas funciones en la comuna de Peñalolén.
Recuperación: Cuartel Terranova habría culminado en el año 1978, el lugar aparentemente abandonado y desmantelado, al año «1987, el último director de la Central Nacional de Informaciones (CNI), Hugo Salas Wenzel, vendió la propiedad a la Sociedad Constructora EGTP. Limitada, integrada por sus familiares directos.” Allí se construirían conjuntos habitacionales, para ello la constructora solicita a la municipalidad de Peñalolén el permiso de demolición.
Fue en ese momento que vecinos alertaron de la situación a organismos de DDHH, junto a familiares y amigos de detenidos desaparecidos y ejecutados del lugar, sobrevivientes de torturas del lugar, parroquia, organizaciones vecinales, Diputados comprometidos, entre ellas Laura Rodríguez diputada de distrito 24 Peñalolén y La Reina del Partido Humanista quien presenta un proyecto de ley y tramita en el ministerio de Bienes Nacionales. Antes de eso, fue al lugar con las organizaciones de DDHH amigos y familiares, vecinos, prensa y pidió abrir el portón al cuidador, encerrar a los perros y abrir el candado. «Finalmente el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, a través de la aprobación de un decreto ley presentado por diputados comprometidos con la recuperación de este sitio, accedió a expropiarlo, tras lo cual se abren sus puertas a la ciudadanía, el 10 de diciembre de 1994. Luego de su apertura, se decidió construir un parque que sirviera como lugar de recuerdo, reflexión y promoción de los Derechos Humanos, destacando la vida y la paz en lo que había sido un lugar de muerte y sufrimiento.»
Así, el 22 de marzo de 1997 fue inaugurado el Parque por la Paz Villa Grimaldi, que desde entonces mantiene sus puertas abiertas a la comunidad.
Destacar que este es el primer sitio de memoria recuperado en Latinoamérica.
Museo Promoción por la educación y defensa de los Derechos humanos. Hoy «Sitio de memoria Parque por la Paz Villa Grimaldi» y Corporación Parque por la paz Villa Grimaldi.
Reconocimiento: Laura Rodríguez fue reconocida el 10 de diciembre 2022, con la instalación de una placa en el lugar, por su trabajo en la recuperación de este sitio de memoria; además, por su relevancia en la época al representar, levantando la voz por los pobladores y dar la lucha junto a ellos.
Nuestra lucha es en contra de todas las formas de opresión que provoquen dolor y sufrimiento.
Redacción colaborativa de M. Angélica Alvear Montecinos; Guillermo Garcés Parada; César Anguita Sanhueza; Ricardo Lisboa Henríquez y Sandra Arriola Oporto. Comisión de Opinión Pública