Bubacar Turé, presidente de la Liga Guineana para los Derechos Humanos (LGDH), sigue en paradero desconocido tras el allanamiento ilegal a su vivienda.

El hogar de Bubacar Turé, destacado defensor de derechos humanos y presidente de la Liga Guineana para los Derechos Humanos (LGDH), fue allanado la madrugada del 12 de abril por agentes no identificados de la policía, en un operativo sin orden judicial.

Según testimonios recogidos por la LGDH y fuentes locales, al menos seis agentes irrumpieron en su residencia en Bisáu, provocando pánico entre sus familiares, incluidos menores. Turé, jurista de formación y figura clave en la lucha contra la corrupción y los abusos del Estado en Guinea-Bisáu, no se encontraba en el lugar, pero su paradero sigue desconocido, alimentando temores de secuestro o tortura.

La LGDH condenó el hecho como parte de una campaña de represión del régimen del presidente Umaro Sissoco Embaló para silenciar a críticos. La organización señaló un patrón de hostigamiento contra activistas y periodistas, recordando que Turé ya había recibido amenazas de muerte en 2022, tras denunciar un intento de golpe de Estado. En aquel entonces, hombres armados le intimidaron a él y a otros líderes de la Liga.

Luchador incansable por los Derechos Humanos

Turé, electo presidente de la LGDH en diciembre de 2023 tras 16 años como vicepresidente, ha centrado su labor en la defensa del estado de derecho, la democracia y la denuncia de violaciones como la trata de personas, el uso excesivo de la fuerza por cuerpos de seguridad y la censura a la libertad de expresión, como puede comprobarse en esta publicación del 2 de marzo.

Su voz crítica frente al autoritarismo lo ha convertido en un blanco recurrente.

Reacciones

Organizaciones internacionales de derechos humanos han exigido su liberación inmediata y garantías para su integridad. En redes sociales, usuarios han denunciado un “secuestro político”, aunque estas afirmaciones no han podido ser verificadas. Las autoridades de Guinea-Bisáu, por su parte, no han emitido declaraciones oficiales, lo que profundiza la incertidumbre.

El clima político del país pasa por un momento extremadamente volátil, marcado por una historia de persecución a disidentes, alimenta especulaciones sobre un posible arresto arbitrario o desaparición forzada. Sin embargo, la falta de información concreta impide confirmar si Turé se encuentra escondido, detenido o en una situación más grave.

Mientras la Comunidad Internacional reclama transparencia, el caso de Bubacar Turé se erige como una prueba más de los riesgos que enfrentan quienes defienden los derechos humanos en contextos de creciente autoritarismo.