El sábado 12 de abril, entre las 13 y las 20, la comunidad científica volverá a salir a la calle con una jornada de divulgación y lucha destinada a toda la familia. Será en Parque Rivadavia, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y habrá un conjunto de charlas, experimentos, stands, sorteos y música.

Por Nadia Luna/TSS

El sábado 12 de abril, la comunidad científica vuelve a salir a las calles con “Ciencia de la A a la Z”, un evento de divulgación que es, ante todo, una nueva jornada de lucha. “Hacer ciencia en la Argentina ya no es solo un orgullo y un honor: es, hoy, un acto de resistencia contra quienes quieren destruir el sistema científico-tecnológico”, dice la invitación al festival, que es una secuela de Elijo Crecer, que se hizo el año pasado y fue el primer festival federal en defensa de la ciencia y la tecnología.

En esta ocasión, la cita será en Parque Rivadavia, en la ciudad de Buenos Aires, de 13 a 20 horas. Tendrá actividades para chicos y grandes, con charlas, stands, experimentos, sorteos y música. “Habrá una especie de dream team de la ciencia argentina dando charlas una detrás de la otra”, cuenta a TSS el doctor en Filosofía Claudio Cormick, investigador del CONICET y uno de los organizadores del evento. Habrá 27 mini charlas, una por cada letra del abecedario, que van a estar divididas en tres tandas y contará con investigadores como Andrea Gamarnik, Diego Golombek, Juliana Cassataro y Alberto Kornblihtt.

Mientras suceden las charlas, las y los más pequeños tendrán espacios donde podrán jugar a ser arqueólogos por un rato y aprender a hacer experimentos. “También vamos a tener muchos sorteos, porque escritores y escritoras muy reconocidos se sumaron a la defensa de la ciencia argentina y nos donaron libros autografiados por ellos mismos”, agrega la doctora en Química Valeria Edelsztein, investigadora del CONICET y organizadora del festival, cuyo cierre estará a cargo de la banda El quinteto de los Muertos.

«Ciencia de la A a la Z» es una secuela de Elijo Crecer, que se hizo el año pasado y fue el primer festival federal en defensa de la ciencia y la tecnología. Foto Agencia TSS

Además, entre tandas de charlas habrá un micrófono abierto destinado a representantes de otros sectores de lucha, como referentes de jubilados, de docentes universitarios y de trabajadores de la salud. “Consideramos que la lucha en defensa de lo público, de nuestras libertades y de nuestros derechos en contra de este gobierno liberticida involucra centralmente a la ciencia, pero no es exclusiva del sector científico. Entonces, también es una oportunidad para encontrarnos con otros compañeros y compañeras que están enfrentando estas políticas destructivas”, señala Cormick.

El investigador explica que la ciencia argentina está sufriendo distintos niveles de ataque desde que asumió el gobierno de Javier Milei. “El primero es la destrucción de puestos de trabajo, en muchos casos de gente hipercalificada. Se calcula que entre noviembre del 2023 y noviembre del 2024, había 1055 personas menos trabajando en el sistema científico tecnológico, lo cual incluye ante todo compañeros y compañeras administrativas que fueron despedidos”, indica. Además, el año pasado no hubo altas a la carrera de investigador de CONICET, pese a que había 845 personas designadas para ingresar al organismo. El panorama se completa con un estancamiento de los salarios: estiman que en un año sufrieron un 30% de pérdida de poder adquisitivo.

“Estamos usando el eslogan ‘Salgamos de las redes, volvamos a las calles’ porque aparece esta necesidad de encontrarnos, de sentir que no estamos solos, que también es lo que pasa en las marchas, como pasó en la marcha del 24. Y eso es también lo que queremos transmitir con el evento, que no nos roben la alegría de celebrar, en este caso, la ciencia argentina. Estamos pasando situaciones muy angustiantes y es inevitable pensar en lo difícil que va a ser reconstruir esto, pero el impulso de sentir que podemos salir a pelearla y que no estamos solos es una forma de resistencia que queremos reivindicar”, remarca Edelsztein.

Los investigadores cuentan que la falta de presupuesto para la ciencia argentina se refleja en el trabajo cotidiano de los institutos de investigación, ya que no hay financiamiento para comprar reactivos para hacer experimentos, combustible para los vehículos, el pago de viajes a congresos o el reemplazo de equipamiento que se rompe, lo cual deriva en la paralización de los proyectos de investigación o en algo que ya sucedió en otras épocas, como en los últimos años del macrismo: que los científicos tengan que poner plata de sus bolsillos para poder seguir trabajando.

«Estamos pasando por situaciones muy angustiantes y es inevitable pensar en lo difícil que va a ser reconstruir esto, pero el impulso de sentir que podemos salir a pelearla y que no estamos solos es una forma de resistencia que queremos reivindicar”, dice Valeria Edelsztein. Foto Agencia TSS

Esto, a su vez, pone un freno al desarrollo tecnológico en áreas donde el país era referente, como las tecnologías para el sector nuclear. “Un ejemplo es la construcción del prototipo del reactor CAREM. Uno podría decir, bueno, este es el tipo de ciencia que un gobierno que se declara tecnofílico, como el de Milei, consideraría como ‘ciencia útil’, pero ni eso promueven, ya que la construcción está paralizada y los obreros que estaban trabajando fueron despedidos el año pasado”, resalta Cormick.

De esta forma, profesionales formados durante muchos años en el país terminan encontrando oportunidades en otras partes del mundo volviendo a escribir una historia ya conocida en Argentina: la fuga de cerebros. Es el caso, por ejemplo, de la hermana de Cormick, una física que había sido repatriada de Alemania por el Programa Raíces del ex Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, y que hoy trabaja en Uruguay.

“Nosotros ya vivimos esto, ya sabemos lo que pasa cuando se pierden esos recursos humanos y esa capacidad de desarrollo científico-tecnológico, sabemos lo que cuesta recomponerlo y es lo que está pasando ahora. Es incluso más brutal y más rápido que en los ‘90. Realmente es una tragedia y va a tener un impacto a muy largo plazo si no logramos frenar esta sangría”, finalizó Edelsztein.

Toda la información y el programa completo del festival puede seguirse desde su cuenta en Instagram: @cienciadelaaalaz.

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