Bangladesh enfrenta una de las tasas más altas de matrimonios infantiles en Asia, con alrededor de 38 millones de mujeres bangladesíes que se casaron antes de los 18 años, según datos de Unicef. Esta alarmante cifra refleja que una de cada dos mujeres en el país es víctima de esta práctica, a pesar de que la ley prohíbe el matrimonio infantil desde 1929. La normativa establece que la edad mínima para contraer matrimonio es de 18 años para las mujeres y 21 para los hombres, sin embargo, la tradición y la pobreza siguen perpetuando esta grave violación de los derechos humanos.
El suroeste de Bangladesh, particularmente la región costera de Bagerhat, se ha destacado por tener una de las tasas más altas de matrimonios infantiles en el país. En esta zona, siete de cada diez mujeres se casan antes de los 18 años, un 20% más que la media nacional. La región, mayormente agrícola, se enfrenta a un desafío adicional: la crisis climática. Los desastres naturales, como los ciclones, agravan la situación de las familias, muchas de las cuales dependen de la agricultura para sobrevivir.
Shahidul y Bithi, una joven pareja de Bagerhat, son un reflejo de esta triste realidad. Se casaron cuando Bithi tenía solo 16 años, mientras que Shahidul ya era adulto. «Aquí las familias dependen en gran medida de la dote. Una chica de buen hogar puede cambiar el futuro de una familia», comenta Bithi. Esta práctica está profundamente arraigada en la cultura local, donde la presión económica y social juega un papel crucial.
La reciente devastación causada por un ciclón en noviembre de 2024 ha dejado a Shahidul con una deuda de 500 euros, una suma considerable en Bangladesh. El desastre natural destruyó sus cultivos de arroz y su fuente de sustento. «Si tuviera una hija en estas condiciones, no podría criarla adecuadamente. Probablemente tendría que casarla joven», reconoce Shahidul, reflejando la difícil elección que enfrentan muchas familias vulnerables.
Según el Comité Internacional de Rescate, tras un desastre natural, los matrimonios infantiles aumentan un 40% en la región. Esta alarmante tendencia demuestra que la pobreza extrema y la inseguridad alimentaria, exacerbadas por el cambio climático, están forzando a las familias a tomar decisiones drásticas que afectan el bienestar y los derechos de las menores.
Para combatir este problema, Unicef y el Gobierno de Bangladesh están colaborando con organizaciones locales para sensibilizar y prevenir el matrimonio infantil. Se están llevando a cabo talleres comunitarios, en los que mujeres de diversas aldeas se reúnen semanalmente para compartir experiencias y aprender sobre sus derechos. Estas iniciativas buscan transformar la mentalidad de la comunidad y empoderar a las mujeres y niñas para que puedan evitar este destino.
A pesar de los esfuerzos de prevención, la lucha contra el matrimonio infantil en Bangladesh sigue siendo un desafío monumental. Las políticas de concienciación y apoyo a las familias en situación de vulnerabilidad son esenciales para romper el ciclo de pobreza y mejorar las condiciones de vida de las generaciones futuras. Sin embargo, la solución no solo depende de las leyes, sino también de un cambio profundo en las estructuras sociales y económicas del país.