Entrevistamos a Sergio Ríos y Alejandra Ibarra, maestros aplicados en el Parque de Estudio y Reflexión Paine, acerca de sus innovadores ciclos de talleres de trabajo personal a distancia, que volverán a ofrecer a partir de este jueves 2o de marzo:
Ciclo de 4 talleres CONTACTO
- CONTACTO con uno mismo
- CONTACTO con lo Humano en el otro
- CONTACTO con lo Sagrado y lo Trascendente
- CONTACTO con la Etapa Evolutiva del Ser Humano
A partir de junio harán un segundo ciclo centrado en lo biográfico:
- Taller del Pasado “RECUERDA”
- Taller del Presente “ACTÚA”
- Taller del Futuro “IMAGINA”
- Taller del Sentido de la Vida “DESPIERTA”
P: ¿En qué se diferencian los dos ciclos?
S: La diferencia entre los dos ciclos es que el primero busca generar un desplazamiento progresivo de la mirada respecto a uno mismo, a los demás, a lo sagrado y al proyecto de Humanizar la Tierra. Hay un corrimiento desde lo más interno hasta lo más externo, que sería la situación mundial.
En cada taller hay un desplazamiento desde la mirada habitual desde donde uno reflexiona sobre uno mismo y los demás, para emplazarse en un lugar de mayor profundidad. Desde ese lugar más profundo e inspirado, las dificultades adquieren otra connotación y se pueden ver incluso como oportunidades.
En cambio, los talleres del segundo ciclo tienen que ver con la resolución de problemas del pasado y del momento actual, con una conexión a un sentido de vida trascendente. Y el futuro se aborda como si se hubiera ya logrado lo que cada uno proyecta, sin los condicionamientos limitantes del presente.
A: Tenemos planificado el año completo, hasta octubre, así que en junio abriremos este segundo ciclo de talleres. Es un taller por mes, en general, en la tercera semana.
Una persona se puede inscribir para cualquier taller, aunque por supuesto el ideal es que haga el ciclo completo, para mantenerse en tema. Hay mucha gente que ha estado en un taller y eso ha generado un cambio importante en sus vidas.
P. ¿En qué instancia se puede ver los resultados de los talleres?
S: El taller tiene una metodología que nos permite intercambiar antes del cierre acerca de las experiencias que se vivieron en él. Ahí podemos ver si efectivamente se lograron cambios al estar más en contacto con nosotros mismos. Comprobamos que en esa zona profunda del corazón, aparecen todos los recursos: que estoy completo y no me falta nada, y tengo todas las condiciones para alcanzar eso que me propongo. Hacemos énfasis en que muchos de los cambios son verificables por las propias personas que asistieron en los días posteriores a la realización del taller
A: Cuando terminamos cada taller, preguntamos ¿Qué nos proponemos? Y en las respuestas de las personas se notan cambios de disposición (de miradas) y en el proyecto a futuro. Lo segundo, el hecho de que quieran seguir hablando es un gran indicador de que la gente se siente cómoda y que avanza.
P. ¿Cuál es la modalidad de estos talleres: virtual, presencial, mixta?
S: Los estamos haciendo virtuales. Si pudieran ser presenciales creo que sería mucho mejor.
A: Hemos hechos talleres presenciales, pero por solicitudes específicas.
P. ¿Y cuál es el perfil, por decirlo así, demográfico de los participantes? ¿Países, edades?
S: Principalmente hispanohablantes, y cuando no lo son, están acompañados de alguien que les traduce y que también está haciendo el taller. De Latinoamérica. No ha habido mucha participación europea por el tema de la diferencia horaria y los idiomas.
A: Al principio, en la parte original, los talleres estaban dirigidos a personas que no estuvieran relacionadas con el movimiento (siloísta). Hubo un tiempo en que participaron muchos jóvenes, pero en este último periodo ha habido gente de Ecuador, México, Argentina… mayoritariamente gente de afuera y mayoritariamente gente del humanismo. Gente que encuentra aquí un ámbito y una manera de mantenerse en tema. Nosotros seguimos insistiendo en que ojalá haya jóvenes.
S: El año 2023 hicimos estos talleres de forma presencial en el Parque Paine, pero duraban 4 horas y apuntaban más a la reconciliación con el pasado y al emplazamiento personal en el momento presente. Sobre esa base, sintetizamos y profundizamos para encontrar el “momento de conmoción”, la experiencia decisiva que apuntaban a generar, y los convertimos en los talleres Contacto.
Entonces nos fuimos dando cuenta de que ese esquema que va desde lo interno hacia el mundo expresaba, sintetizada, toda la doctrina de Silo. Del trabajo interno conectado con el proyecto de Humanizar la Tierra. Pero también esto de una forma distinta de mirar(se). La mirada habitual pone sesgos y dualidad. Y, en cambio, cuando nos vamos a un lugar más profundo esa dualidad ya no está, y tiende a haber paz, seguridad y plenitud. Ese registro, ese cambio de mirada es lo que queremos lograr con los talleres.
P. ¿Qué maneras tienen de evaluar el cambio menos inmediato con quienes toman los talleres?
S: Quedamos con una base de datos que usamos para enviarles información sobre los talleres. Hay muchos que se los repiten. Ese es un tema que tenemos pendiente de cómo utilizar mejor. En cuanto a asistentes, en 2 años se habrán inscrito unas 250 personas, participando más o menos unas 100. Nos parece que de esos 100, la mitad se habrá repetido el plato.
A: Sí, tendríamos que hacer un catastro de cuántos y quiénes se reinscribieron. A todos les enviamos la información, y muchos también la difunden.
S: Hay una expresión que usamos y pegó mucho: “Buenas cosas les pasan a las personas que participan en los talleres”. Es difícil saber si se logró lo que un participante se propone al final de un taller, así que en introducción planteamos cuál es la pretensión. “Pretendemos reflexionar sobre estas cosas para que se produzcan ciertos fenómenos”. Por ejemplo, si se tiene un contacto con el propio cuerpo, partiendo por lo físico, aceptándolo tal como es, y después de eso de nuestras emociones, acciones y reacciones, ese contacto profundo permite modificar conductas, ser más asertivos, saber qué conductas deseo modificar y actuar en esa dirección.
Tras ello, el segundo momento de los talleres es moverse a un lugar de mayor profundidad para tener una experiencia que permita resignificar la situación que a uno le toca vivir. Desde ese lugar de mayor inspiración, todo tiene solución al cambiar la perspectiva de la mirada.
Por eso preguntamos en el intercambio, después de esta experiencia y ellos hayan anotado las dificultades, si algo cambió. El reporte de todos es que quedan un poco sorprendidos con el cambio de perspectiva, desde donde las dificultades no desaparecen, sino que se reinterpretan, porque varía la evaluación de los recursos propios.
P: ¿Qué distingue a estos talleres de otros que se hayan hecho en el pasado?
S: En primer lugar, un lenguaje más accesible y simple, fácil de entender para todo el mundo. Porque cada taller va cruzando el concepto que nosotros tenemos de lo que implica vivir como un ser humano, cómo un ser humano construye su realidad y por qué decimos que somos hacedores de sentido. Todos los talleres son sencillos en cuanto a lenguaje y apuntan a una experiencia fundamental de cambio de vida.
Lo otro es que las experiencias tienen mucho de poesía, son muy alegóricas. No son tanto para entenderlas sino para sumergirse y dejarse llevar por el relato que proponemos. Son experiencias breves pero que, sentimos, pegan profundamente.