Entrevista con el Dr. Delmond, médico, amigo y colaborador del Foro Humanista en la República Democrática del Congo (RDC), sobre la situación actual en la región de Kivu, al este del país.

1. ORIGEN Y EVOLUCIÓN DE LA CRISIS HASTA LA FECHA

Desde hace tres décadas, el este de la República Democrática del Congo se ve asolado por conflictos armados recurrentes que son el resultado de un complejo conjunto de factores interconectados, como reivindicaciones territoriales, tensiones étnicas, intereses locales, nacionales e internacionales y la codicia sobre los recursos naturales del país.

El genocidio de tutsis en Ruanda en 1994 y la llegada masiva de refugiados hutus ruandeses, incluidos soldados armados y genocidas que huían del Frente Patriótico Ruandés (FPR), marcaron el inicio de un ciclo de violencia que sumió al este del Congo en la inestabilidad. El asentamiento de estos refugiados en campos cercanos a la frontera ruandesa, bajo los auspicios del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), creó un clima de tensión que degeneró en conflicto armado.

La primera y segunda guerras del Congo (1996-2003), calificadas inicialmente de guerras de liberación, supusieron la implicación directa de Ruanda, Uganda y sus aliados contra la RDC, que contaba con el apoyo de otros Estados africanos. Estos conflictos provocaron desplazamientos masivos de población, masacres y graves violaciones de los derechos humanos, documentadas en particular por el Inventario de Violaciones de Derechos Humanos 1993-2003 de las Naciones Unidas, sin que nunca desembocaran en procesos judiciales.

El acuerdo de paz de Sun City en 2002 condujo a la integración parcial de los grupos rebeldes en el ejército congoleño, al reparto del poder y al reconocimiento de ciertas comunidades ruandófonas como ciudadanos congoleños. Sin embargo, Ruanda ha seguido apoyando a ciertos grupos rebeldes para mantener su influencia en la región y explotar los recursos congoleños, con el pretexto de luchar contra los genocidas de 1994 y proteger a las poblaciones ruandófonas de Kivu.

Entre estos grupos, el CNDP (Congrès National pour la Défense du Peuple) de Laurent Nkunda y el M23, formado en 2012 bajo el liderazgo de Bosco Ntaganda y Sultani Makenga, han desempeñado un papel fundamental en la inestabilidad de la región. En noviembre de 2012, el M23 tomó Goma, provocando una reacción internacional que condujo a su retirada y a negociaciones en Kampala. Tras varios meses de combates, el ejército congoleño derrotó al M23 en noviembre de 2013.

Sin embargo, en noviembre de 2021 el M23 reanudó sus actividades armadas y, a partir de 2022, intensificó sus ataques en Kivu Norte. El 26 de enero de 2025, volvió a ocupar Goma tras violentos enfrentamientos con las FARDC y sus aliados (SAMIDRC, MONUSCO, Wazalendo y algunas empresas privadas de seguridad).

La crisis humanitaria empeora día a día, con escasez crítica de agua, alimentos y medicinas. Más de 3.000 personas han perdido la vida y decenas de miles han resultado heridas.

2. HOMICIDIOS Y CRÍMENES DE GUERRA

En estos conflictos se han documentado numerosos crímenes de guerra y contra la humanidad. La población civil ha sido objeto de masacres, violaciones masivas, torturas, desapariciones forzadas y desplazamientos masivos.

Organizaciones como Human Rights Watch (HRW) y Amnistía Internacional acusan al M23 de ejecuciones sumarias, reclutamiento forzoso, incluso de niños soldados, y violaciones sistemáticas. La ONU ha denunciado estos crímenes y también ha señalado la responsabilidad de otros grupos armados en estas atrocidades.

3. LOS RECURSOS NATURALES EN EL CENTRO DEL CONFLICTO

A pesar de la retórica política, el principal motor de estos conflictos sigue siendo la explotación de los recursos naturales de la RDC, en particular el coltán, el cobre, el cobalto y el oro. El M23 controla varias minas estratégicas y exporta ilegalmente estos minerales a través de Ruanda.

Según un informe de la ONU, el M23 gana cerca de 800.000 dólares al mes con el comercio ilegal de coltán, financiando así sus operaciones militares.

4. LAS MULTINACIONALES Y EL COMERCIO DE «MINERALES DE SANGRE

Los «minerales de sangre», como el coltán, son esenciales para la industria electrónica mundial. La RDC presentó una denuncia contra Apple en 2024 por encubrimiento de crímenes de guerra y blanqueo de dinero. Se acusa a muchas empresas occidentales de beneficiarse indirectamente del comercio ilegal de minerales de la RDC a través de Ruanda.

En febrero de 2024, la Unión Europea cerró un acuerdo con Ruanda para el desarrollo de cadenas de suministro de materias primas críticas, ignorando que la mayoría de estos recursos proceden de suelo congoleño, lo que levantó acusaciones de neocolonialismo económico.

5. SITUACIÓN DE LA POBLACIÓN EN GOMA

La vida vuelve poco a poco a la normalidad en Goma. Tras días de combates, la población de Goma necesita más que nunca ayuda humanitaria. Los mercados empiezan a reabrir, lo que permite a los habitantes comprar víveres, pero la ciudad lleva varios días sin agua, electricidad ni Internet. La hambruna hace estragos en la ciudad y sus alrededores, y la malnutrición hace estragos entre la población.

Esta situación está agravando la crisis humanitaria y aumentando el riesgo de que estallen y se propaguen el cólera y otras enfermedades transmitidas por el agua. Cerca de dos millones de personas, tanto autóctonas como desplazadas, viven en una situación de extrema vulnerabilidad.

«En el norte de la ciudad, los campos de desplazados quedaron parcialmente desiertos y algunos fueron saqueados, lo que provocó movimientos de población. Algunos emplazamientos se vaciaron completamente en el espacio de unas horas durante los enfrentamientos, para volver a invadirse unos días más tarde. Asimismo, muchas personas temen ser reubicadas a la fuerza y se desplazan de un lugar a otro».

En este contexto, las comunidades también están expuestas a numerosos riesgos de violencia. La situación extremadamente precaria de las poblaciones y el contexto de inseguridad aumentan los riesgos de abusos y explotación económica y sexual de mujeres y niños.

Durante los combates en Goma, varios almacenes de ONG fueron objeto de vandalismo y saqueo. La destrucción de infraestructuras sanitarias críticas está agravando una situación ya desastrosa para millones de personas. La situación sigue siendo tensa e impredecible, y las necesidades sanitarias son considerables.

La OMS permanece sobre el terreno y ha seguido respondiendo a las necesidades sanitarias proporcionando suministros médicos vitales y apoyo al personal sanitario y coordinando la respuesta de emergencia. Los hospitales y las morgues están desbordados. Las infecciones por heridas son un riesgo para quienes no han podido llegar rápidamente a los centros sanitarios, y estos están empezando a quedarse sin los suministros necesarios para la limpieza y la desinfección.

Más de 70 (6%) centros de salud de Kivu Norte resultaron afectados, algunos completamente destruidos y otros con dificultades para reanudar sus actividades. Algunas ambulancias también resultaron dañadas. En algunos lugares, los trabajadores sanitarios han tenido que huir, mientras que otros, como el humanista Dr. Johnny Kasangati trabajan sin descanso durante días, arriesgando sus vidas.

El cáncer, la diabetes, la hipertensión, la salud mental y otros servicios comunes también se están viendo afectados, ya que se agotan las existencias de medicamentos y el personal sanitario está ausente o sobrecargado de trabajo. El riesgo de muerte durante el embarazo o el parto ha aumentado desde niveles ya elevados. La amenaza de las enfermedades infecciosas se ha multiplicado. Cólera, malaria, sarampión, meningitis, MOPX y tuberculosis son algunas de las amenazas infecciosas a las que se enfrenta la zona.

La reciente decisión de Estados Unidos de congelar la ayuda exterior está teniendo un impacto considerable en las operaciones de socorro en la República Democrática del Congo. El año pasado, Estados Unidos aportó el 70% de la respuesta humanitaria en el país. Esto preocupa a los responsables de la respuesta humanitaria.

La población traumatizada espera ayuda humanitaria. Las decisiones tomadas por los Jefes de Estado de la Comunidad para el Desarrollo del África Austral (SADC) y de la Comunidad del África Oriental (CAO) en Dar Es Salaam el 8 de febrero de 2025, entre ellas el cese de las hostilidades, el alto el fuego incondicional, la apertura del aeropuerto de Goma y de las vías terrestres y lacustres de aprovisionamiento, así como la repatriación de los cuerpos de las víctimas y de los heridos, son una fuente de esperanza.

6. QUÉ PUEDE HACER LA POBLACIÓN PARA CAMBIAR O MEJORAR LAS COSAS EN LA RDC

Entre la población congoleña, es esencial una educación cívica de calidad para que todos conozcan sus derechos y asuman plenamente sus responsabilidades, especialmente durante las elecciones. Es crucial elegir dirigentes comprometidos con el desarrollo del país, incluida la consolidación de un ejército fuerte capaz de defender eficazmente a la nación. La mala gobernanza y la debilidad de los dirigentes han debilitado considerablemente a la RDC.

También es esencial promover valores favorables al desarrollo, como el amor al trabajo, la paz, la justicia para todos, el respeto de los derechos humanos, la inclusión social y una redistribución equitativa de la riqueza nacional. La población debe aspirar a la paz, la reconciliación entre comunidades y la justicia social.

Fomentar la aparición y participación de humanistas en la política y en la gestión de las estructuras de la sociedad civil es también un paso crucial hacia un cambio positivo.

7. QUÉ PUEDEN HACER LOS HUMANISTAS DE OTROS PAÍSES AFRICANOS

La solidaridad de los humanistas de otros países africanos es inestimable. El intercambio de experiencias y el apoyo de quienes han pasado por situaciones similares es de gran importancia.

Teniendo esto en cuenta, los humanistas africanos pueden :

Contribuir a la defensa de la paz y la seguridad del pueblo congoleño, apoyar la ayuda humanitaria para salvar vidas y reducir la vulnerabilidad de las poblaciones afectadas por la crisis, incluidos los refugiados en Uganda, y trabajar en favor de soluciones duraderas.

Presionar contra la compra de «minerales de sangre» congoleños por parte de multinacionales, la Unión Europea y ciertos gobiernos favorables a esta explotación ilegal.

Apoyar a los humanistas congoleños en su integración en las estructuras políticas de toma de decisiones y en la sociedad civil para aumentar su influencia y su capacidad de iniciar cambios concretos.

Apoyar a los humanistas de la RDC en sus esfuerzos de defensa, presión y movilización de recursos, tanto en África como a nivel internacional.

Pressenza, febrero de 2025