La Campaña Internacional para la Abolición de Armas Nucleares (ICAN, por su sigla en inglés) dio a conocer este martes (18) el informe “A un gran costo: Las empresas que construyen armas nucleares y sus financiadores.”
El reporte publicado muestra que el número de instituciones financieras que respaldan la industria de armas nucleares se ha reducido en una cuarta parte desde la entrada en vigor en 2021 del Tratado de Prohibición de las Armas Nucleares (TPAN).
El análisis, elaborado conjuntamente por ICAN y Pax, identifica 260 bancos, fondos de pensiones, compañías de seguros y otras instituciones con importantes relaciones financieras o de inversión con los 24 principales productores de armas nucleares, un 23% menos que los 338 especuladores identificados antes de la entrada en vigor del Tratado.
El sitio de ICAN señala que las principales empresas que se benefician de los contratos de armamento nuclear son Northrop Grumman, General Dynamics, BAE Systems, Boeing, Leonardo, Lockheed Martin y RTX.
Durante el periodo cubierto por este informe, se concedieron algo menos de 270.000 millones de dólares a las 24 empresas productoras de armas nucleares en préstamos y suscripciones, lo que supone un descenso de 6.200 millones desde el informe anterior. Los mayores prestamistas son Bank of America, Citigroup y JP Morgan Chase.
Sin embargo, el valor de las acciones y bonos aumentó, con inversores que poseen 513.600 millones de dólares en acciones y bonos, un aumento de 36.700 millones. Los mayores accionistas son Vanguard, Capital Group y Blackrock, indica ICAN.
En cuanto al impacto que ha tenido en este rubro la entrada en vigor del Tratado de Prohibición de Armas Nucleares, la articulación internacional laureada en 2017 con el Premio Nobel de la Paz consigna que “La disminución constante del número de instituciones financieras que invierten en armas nucleares es una tendencia significativa y positiva.”
El TPAN, agrega, “ha creado una nueva norma internacional que está teniendo un efecto estigmatizador sobre las armas nucleares y las empresas que las producen. Cada vez más instituciones que se toman en serio las consideraciones medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG) optan por dar la espalda a las armas nucleares -y a otras prohibidas.”
Como un indicador positivo se afirma que a pesar del estímulo oficial para invertir más en productores de armas, muchas instituciones financieras se han mantenido fieles a su política de excluir a las empresas identificadas en este informe, a menudo basándose en preocupaciones éticas sobre la producción de sistemas de armas nucleares.
Adicionalmente, precisa la comunicación de ICAN, “como muestra de que los inversores responsables consideran cada vez más el establecimiento de la prohibición de las armas nucleares en el derecho internacional como una guía de buenas prácticas, un grupo de 131 inversores institucionales, que representan más de cuatro billones de dólares estadounidenses en activos gestionados, han expresado su apoyo al Tratado, incluso a través de la Iniciativa Financiera Libre de Armas Nucleares ICAN- Etica SGR.
Es de esperar que muchos más inversores se decidan a seguir este camino, destinando sus activos a la producción de insumos y la prestación de servicios que colaboren con la vida y el bienestar de las poblaciones.