Por Lucía Hidalgo López
En las elecciones generales del 9 de febrero del 2025, los ecuatorianos eligieron a dignidades de presidente y vicepresidente de la República, a una nueva Asamblea Nacional y a los representantes al Parlamento Andino electos para el período 2025 – 2029. De los 16 candidatos a la presidencia, los votos se concentraron en dos finalistas que se elegirán en una segunda vuelta el 13 de abril del 2025. Los candidatos más votados fueron: el Presidente Daniel Noboa, de Acción Democrática Nacional (ADN) un movimiento político de centro derecha; y, Luisa González de la Revolución Ciudadana (RC) un partido político de centro izquierda. Ambos finalistas en la primera vuelta alcanzaron similar votación, llegando a casi un empate técnico: 43, 99% Luisa González y 44, 16%, Daniel Noboa (CNE, fecha Corte: jueves, 13 de febrero de 2025).
La primera vuelta no estuvo excenta de los efectos de la crisis estructural que vive el Ecuador al asumir, durante los últimos 10 años, el neoliberalismo como modelo económico. A lo anterior se suman, las irregularidades que han marcado la campaña electoral. A estos dos aspectos nos referiremos en la nota periodística, pues el candidato que llegue a la primera magistratura, tendrá que enfrentar con decisión la crisis profunda del Ecuador que está cerca de colapsar, desde las bases de la incipiente democracia hasta la realidad concreta.
El regreso del neoliberalismo al Ecuador
La llegada del neoliberalismo se instaló sobre la herencia ideológica y cultural de las élites conservadoras ecuatorianas que, de inmediato, acogieron sus postulados y los adecuaron a la naturaleza de su conciencia de clase. Su influencia se ha traducido en la práctica histórica de los tres últimos gobiernos: de Lenín Moreno (2017- 2021), Guillermo Lasso (2022-2023) y Daniel Noboa (2024- 2025). Estos tres gobiernos han privilegiado a las élites empresariales y sus intereses, por sobre los intereses nacionales.
La ¨debacle neoliberal¨ es fácil de demostrar por el incremento de la desigualdad, la falta de protección social, la discriminación, el desempleo, la pobreza, etc., que pesan sobre la mayoría de la población. Esta crisis estructural abonó el terreno para que las enfermedades sociales como el narcotráfico, la delincuencia transnacional, la delincuencia común, el sicariato, los homicidios, los feminicidios, instalaron una crisis sin precedentes que se ha expresado en el incremento de muertes violentas en varias provincias del país: Guayas, Manabí y Esmeraldas y, con signos de propagación a otras provincias. De acuerdo con los datos policiales, sólo en el mes de enero del 2025 las muertes violentas en el país alcanzaron los 750 casos.
Las irregularidades que han marcado la campaña electoral
Las campañas electorales están muy ligadas a los sistemas políticos de corte democrático, los cuales se sustentan en una competencia en iguales condiciones, en la pluralidad política y en la libertad de elección.
Sin embargo, en la campaña realizada entre los 16 candidatos a la presidencia del Ecuador, se evidenció que ¨la cancha estaba inclinada¨ al Presidente Daniel Noboa, ya que incumplió leyes y normas que rigen estos comicios.
Realizó la campaña electoral ejerciendo las funciones de Presidente de la República incumpliendo lo que dicta la Ley Orgánica Electoral Código de la Democracia que, en el Artículo 93, dice:
¨Las autoridades de elección popular que se postulen para un cargo diferente deberán renunciar al que desempeñan antes de presentar la solicitud de inscripción de su candidatura. Los dignatarios que opten por la reelección inmediata al mismo cargo deberán hacer uso de licencia sin remuneración desde el inicio de la campaña electoral¨.
Por otro lado, durante la campaña electoral los candidatos inundaron los espacios comunicativos con propaganda a su favor, y otros, en contra de su oponente. Al respecto, y de acuerdo al periódico digital Primicias (6 de febrero del 2025), el gasto de los presidenciables se mostró absolutamente desigual y quién mayormente pautó fue Daniel Noboa, por sobre los 16 candidatos. Una de las herramientas de comunicación más utilizadas fue el tic-toc y los trolls con el uso cada vez más sofisticado de la inteligencia artificial (IA) que sirvió, no solo para atraer al electorado, también para descalificar y desprestigiar al oponente. El ejemplo más visible ha sido, dividir a los votantes en correístas y anticorreístas sembrando odio y polarizando la votación.
La consecuencia de esta forma de hacer campaña electoral tiene que ver con la trivialización de los principales problemas que son de interés de la ciudadanía, tales como: las conflictivas relaciones políticas, la ausencia del imperio de la ley, las extendidas prácticas populistas, la exclusión de importantes sectores sociales, el uso patrimonialista del poder, la pobreza, la inseguridad, la corrupción, la discriminación, el desempleo, etc.
Una opción electoral responsable, en el camino a la segunda vuelta electoral, delimitaría su discurso al proponer la transformación del modelo de desarrollo en el Ecuador, lo que implica, poner límites a la concentración del capital, al tiempo que se asuma una posición crítica a la discriminación institucional considerada como un trato injusto que recibe la mayoría de la población desde las instituciones; que se promueva el trabajo orientado a una mejor distribución del ingreso y la riqueza; que se enfrente al narcotráfico, la delincuencia internacional y el sicariato con transparencia y con un trabajo conjunto con los países vecinos; y, que se construya una matriz económica basada en la equidad, la solidaridad y la reciprocidad.