Una Lucha por la Vida, la Libertad y la Justicia
El Proyecto Gran Simio (PGS) es una organización internacional dedicada a la defensa de los derechos de los grandes simios, las poblaciones indígenas y la biodiversidad. Desde su creación, ha trabajado incansablemente para garantizar la protección de estas especies, así como de los ecosistemas que habitan y las comunidades que coexisten con ellos. Su labor combina la lucha por la conservación con la defensa de principios éticos y legales que buscan una convivencia más respetuosa entre los seres humanos y la naturaleza.
El PGS centra su misión en varios ejes fundamentales:
- Defensa de los Grandes Simios en Libertad: El principal objetivo es garantizar la supervivencia de gorilas, orangutanes, chimpancés y bonobos en su hábitat natural. Estos animales, que comparten más del 98% de su ADN con los humanos, enfrentan amenazas como la deforestación, la caza furtiva y la pérdida de su hábitat debido a actividades humanas.
- Lucha Contra el Tráfico de Especies: El tráfico de grandes simios, especialmente de crías, es una de las problemáticas más graves. El PGS trabaja activamente para combatir este flagelo, presionando a las autoridades internacionales para que modifiquen y deroguen artículos del reglamento CITES que, en algunos casos, han facilitado el comercio ilegal de animales, como por ejemplo permitir la venta y el comercio a especies protegidas nacidas en cautividad, abriendo las puertas a la falsificación de documentos que amparan su legal procedencia. La organización busca establecer regulaciones más estrictas y transparentes.
- Protección de los Pueblos Indígenas: Reconociendo que los pueblos indígenas son los principales guardianes de los ecosistemas, el PGS trabaja estrechamente con estas comunidades. Además, aboga por sus derechos territoriales y por su inclusión en proyectos de conservación, como una forma de proteger tanto la biodiversidad como sus culturas ancestrales.
- Oposición a Zoos, Delfinarios y Acuarios: El Proyecto Gran Simio mantiene una postura firme contra la explotación de animales en cautiverio para el entretenimiento humano. En un caso emblemático, la organización fue demandada por el Zoo de Madrid tras denunciar que este utilizaba delfines heridos en espectáculos. El Tribunal Supremo dio la razón al PGS, estableciendo un precedente importante en la lucha por los derechos de los animales en cautiverio como veremos más adelante.
- Ley de Grandes Simios: Uno de los objetivos más ambiciosos del PGS es lograr una legislación que reconozca a los grandes simios como personas no humanas, otorgándoles derechos básicos como la libertad y la protección contra el maltrato. Este esfuerzo busca romper con las barreras éticas que han permitido la explotación de estos homínidos no humanos durante siglos. El gobierno debe legislar una ley por mandato del Congreso y el Senado, que en su disposición adicional cuarta en la ley de bienestar aprobada en 2023, así lo exigía.
El PGS también lleva adelante proyectos clave en América Latina, donde las problemáticas ambientales y sociales están profundamente interconectadas:
- Argentina: En colaboración con otras organizaciones, el PGS ha participado en las dos sentencias que han dado la vuelta al mundo declarándolas “personas no humanas”, a la orangután Sandra y la chimpancé Cecilia. A raíz de ello, otras sentencias han beneficiado a otras especies de seres sentientes. Además PGS es parte de varios procesos judiciales. Uno contra el CEMIC, un hospital donde mantienen en el sótano a decenas de primates y el chimpancé Yhonny, que se encuentra solo en un zoo para ser llevado a un santuario. Estos esfuerzos también incluyen la defensa de los derechos indígenas, alineados con el enfoque integral de la organización. En este sentido PGS tiene el llamado Proyecto Leonor, la creación de dos escuelas en la Comunidad indígena wichi. Una de ellas, la ubicada en “7 de junio”, ya ha sido construida.
- Colombia: El caso del chimpancé Yoko, que se encuentra solo tras la muerte de dos de sus compañeros abatidos a tiros tras una fuga, se ha conseguido que próximamente sea llevado al santuario del PGS en Brasil y que Colombia se declare cuando se haga, país libres de jaulas para grandes simios.
- Tanzania, Mali, RD del Congo, Brasil, Indonesia, estamos llevando proyectos de conservación a las poblaciones libres de homínidos no humanos en colaboración con las poblaciones locales. En Brasil disponemos de un santuario para chimpancés. Trabajamos y apoyamos directamente a Galdikas y su Estación de investigación en la protección de los orangutanes de Borneo, siendo ella la Presidenta Honorífica del PGS.
A lo largo de los años, el Proyecto Gran Simio ha logrado avances significativos, no solo en la conservación, sino también en la conciencia pública sobre los derechos de los animales. Su lucha contra los zoos y delfinarios ha puesto de relieve las condiciones inhumanas en las que se mantienen muchos animales, mientras que su presión en foros internacionales ha generado cambios en las políticas de conservación y comercio de especies.
Además, su enfoque en los derechos indígenas ha resaltado la importancia de proteger no solo la biodiversidad, sino también a quienes han coexistido con ella durante siglos, demostrando que la justicia ambiental y social están profundamente interconectadas.
Es por ello que esta Organización es más que una organización conservacionista; es un movimiento global que defiende la vida, la libertad y la dignidad de todos los seres vivos. A través de sus campañas, casos emblemáticos y colaboraciones internacionales, el PGS ha demostrado que el cambio es posible cuando se combina el compromiso con la acción. Su trabajo es un recordatorio de que un mundo más justo y respetuoso con la naturaleza no solo es necesario, sino alcanzable.
Desde su fundación, ha liderado importantes campañas de conservación, derechos humanos y denuncias de maltrato animal. Entre sus múltiples logros, destaca su lucha contra los zoos, delfinarios y acuarios, un ámbito en el que enfrentó un caso emblemático: la demanda interpuesta por el Zoo de Madrid, en la que el PGS salió victorioso.
El Caso del Zoo de Madrid: Una Batalla Judicial por la Verdad
En 2019, el Proyecto Gran Simio denunció públicamente que el Zoo de Madrid estaba utilizando delfines con heridas visibles en sus espectáculos, señalando que este tipo de prácticas vulneraban no solo el bienestar animal, sino también las normativas éticas y legales que regulan el cuidado de los animales en cautiverio. La denuncia, ampliamente difundida en medios, buscaba llamar la atención sobre el uso indebido de estos animales para el entretenimiento humano.
El Zoo de Madrid respondió con una demanda judicial contra el Proyecto Gran Simio, acusándolo de difamación y reclamando daños a su reputación. Este caso se convirtió rápidamente en un tema de interés público, ya que representaba no sólo un conflicto entre una organización conservacionista y una institución comercial, sino también un debate más amplio sobre la ética de los zoológicos y el bienestar animal.
Tras años de litigio, el caso llegó al Tribunal Supremo que el 20 de diciembre de 2023, falló a favor del Proyecto Gran Simio. El tribunal reconoció que las denuncias realizadas por el PGS estaban fundamentadas en hechos reales y respaldadas por evidencias, lo que garantizaba su derecho a la libertad de expresión y al activismo en defensa de los animales.
El fallo no sólo significó una victoria para el PGS, sino que también estableció un precedente importante en la defensa del bienestar animal y en la legitimidad de las organizaciones conservacionistas para denunciar prácticas cuestionables. Además, evidenció la necesidad de mayor transparencia en el manejo de los zoológicos y delfinarios.
Impacto del Caso en la Lucha por los Derechos de los Animales
El caso del Zoo de Madrid marcó un punto de inflexión en la lucha del Proyecto Gran Simio contra la explotación de animales en cautiverio. Este éxito judicial reforzó su credibilidad y subrayó la importancia de su misión. La victoria también alentó a otras organizaciones y defensores de los derechos animales a continuar exponiendo las irregularidades en los lugares que utilizan animales para entretenimiento.
Además, el caso ayudó a visibilizar el sufrimiento de los animales en estos espacios, destacando que muchos delfines, simios y otras especies son mantenidos en condiciones que afectan gravemente su salud física y mental. El Proyecto Gran Simio aprovechó esta visibilidad para intensificar sus campañas contra los zoos, delfinarios y acuarios, promoviendo alternativas más éticas como santuarios y reservas naturales, o bien reconvertirse y emplear simuladores, gafas virtuales y salas donde con hologramas se acercaran la naturaleza y la vida de los animales silvestres en libertad.
El Compromiso del Proyecto Gran Simio
Este caso es solo una parte de la vasta labor del Proyecto Gran Simio, que no solo lucha por los derechos de los animales en cautiverio, sino que también trabaja activamente para proteger a los grandes simios en libertad, combatir el tráfico de especies, derogar normativas internacionales que fomentan el comercio ilegal, y defender los derechos de los pueblos indígenas.
El PGS también ha impulsado la creación de una legislación específica para los grandes y una de sus peticiones fundamentales es el fin de la reproducción en cautividad de especies en peligro de extinción de grandes simios, al no existir un aval científico independiente, así como la no reproducción de los que estén en los centros para que de esta forma a largo tiempo, las jaulas de grandes simios queden vacías. Su enfoque integral refleja un compromiso con la justicia, no solo para los animales, sino también para las comunidades humanas y el medio ambiente.
El caso del Zoo de Madrid y el Proyecto Gran Simio no solo es un ejemplo de la valentía necesaria para enfrentar a grandes instituciones, sino también una muestra del impacto que una organización comprometida puede tener en la lucha por un mundo más justo.
Al denunciar las prácticas inhumanas y defender a los que no tienen voz, el PGS continúa marcando el camino hacia un futuro en el que todos los seres vivos sean tratados con dignidad y respeto.