Dos temas candentes en la política nacional colombiana que ponen en riesgo la paz total del gobierno del cambio

Las cuchas

Las madres (las cuchas, las mujeres mayores) de Medellín llevan años intentando encontrar a sus hijxs desaparecidxs en cualquier lugar de las comunas de la ciudad. En los últimos tiempos se han descubierto restos humanos en la escombrera de la comuna 13, donde tuvo lugar la tristemente famosa ´operación Orión`.

Detrás de ellas y con ellas hay muchas otras madres que reclaman justicia, las que denuncian los llamados falsos positivos (MAFAPO), en Soacha y en Bogotá, y todas las que no quieren ni más crímenes, ni más guerra, ni más eufemismos políticos o militares.

Luchar contra las denuncias por los desaparecidos, querer ocultar la verdad y tapar los murales que lo expresan es una manera de ignorar al pueblo y de socavar las políticas de paz y todos los esfuerzos para lograrla.

El ELN

Lo del Ejército de Liberación Nacional no tiene nombre, no buscan el beneficio social para la mayoría ni nada que se le parezca. No liberan a nadie ni a nada y no tienen visión de nación. Simplemente matan por matar, no solamente a defensores y a firmantes de los acuerdos de paz de 2016, sino que matan la posibilidad real de paz.

Los elenos han perdido el sentido de su accionar. Nada queda de esa ideología de lucha por la libertad y el reconocimiento de la dignidad campesina. Si Camilo Torres viera cómo se desenvuelve hoy esta guerrilla renunciaría a ella y denunciaría sus acciones.

Sus enfrentamientos armados no contribuyen a solucionar ningún problema, antes al contrario, lo enquistan. Esos hechos criminales dan vuelo a quienes no gustan de las reformas políticas en marcha y quieren volver al pasado más tenebroso de la historia del país.

Peligra la paz total

Detrás de los movimientos contra estos dos temas están quienes quieren tumbar la paz total, quienes no quieren que Colombia avance hacia un futuro pacífico y con justicia social; están quienes, en definitiva, no quieren a su país por mucha mano en el corazón que se pongan, mucho himno que canten y mucha bandera que besen. ¿Quién dio la orden? Todo el mundo lo sabe. Son a los que les importa un pito su país y solamente se mueven por sus intereses particulares.

Sin dar nombres, ni de políticos mediocres ni de guerrilleros desnortados, porque nombrar proporciona entidad y esta gente no se lo merece. Los nombres que deberían estar en todos los medios son los de las personas desaparecidas o masacradas, los de las personas que sí creen en la paz, los de las madres que piden encontrar a sus hijas e hijos y los de quienes se movilizan para luchar por otra Colombia.

Delante de todo esto están las pintadas que han movilizado a la ciudadanía y a los medios y han puesto estos asuntos en boca de todas y todos. La ciudadanía se ha movilizado para pintar, para respaldar el derecho a denunciar, a exigir la verdad, a encontrar a su gente y a vivir en paz. La gente común no quiere más ´seguridad democrática`, quiere libertad y quiere tener futuro.

Pintar que “Las cuchas tienen razón” y que “Al Catatumbo nada lo tumba” es la forma ciudadana de expresarse, de comunicar su malestar y de mostrar su respaldo a las comunidades y a la paz. La realidad es que pintar nos hace libres, porque el arte no se calla y la memoria no se borra. Arte para resistir, existir y reexistir.

Para muestra, las fotos y esta canción

Motilonas rap: “el canto de la flecha” https://www.youtube.com/watch?v=xsUyXdjcnBY