De vuelta la esperanza

Han sido meses eternos soñando con la tregua y el alto el fuego, un tiempo de duras condiciones vitales para los refugiados en el que han convivido con la muerte muy cerca. Al menos ahora se abre una nueva etapa para los gazatíes, de nuevo destella la esperanza de reconstruir algo de lo que tenían.

Hemos conversado con la joven Marah Al-Zeq, actualmente refugiada en una escuela de UNRWA, después de que los bombardeos redujeran a escombros su casa familiar, así como su barrio. Amablemente ha aceptado responder a nuestras preguntas para contarnos su experiencia personal en voz propia.

«A partir de la invasión de Gaza mi vida cambió drásticamente. Mi corazón y el corazón de mi familia duelen cada vez que vemos este vídeo. Esta es mi casa familiar, mi hermosa escuela y mi hermosa calle. Todo se convirtió en escombros ¡Dios mío! No parece real, mi padre y mi madre construyeron esta casa durante 25 años.»

Foto de Marah Al-Zeq

¿Cómo era tu vida antes?

Antes de la guerra, estaba muy feliz de graduarme de la escuela secundaria, habiendo obtenido una puntuación de 97,9, me sentía orgullosa de ser una buena estudiante. Quería ir a la universidad y estudiar enfermería para servir a mi país, pero llegó la guerra y todos estos sueños se acabaron. Mi familia y yo nos refugiamos en una escuela de UNRWA en la zona de Deir al-Balah, junto con más de doce mil civiles desplazados en tiendas de campaña. Mi padre y mi hermano mayor perdieron su trabajo.

¿Cómo es vuestra vida en el campamento?

Mi familia está formada por 16 personas, entre ellos 6 niños, llevamos 5 meses viviendo en una pequeña tienda de campaña que no supera los 5 metros. En invierno, mi familia sufrió mucho por las inundaciones y los fuertes vientos que rompieron una persiana, haciendo que el agua entrara hasta la tienda y provocando que todo se encharcara; la ropa, las mantas, todo quedó empapado y muchas cosas se estropearon. Hacía mucho frío y no había ropa seca con la que cubrir a los niños.

Los refugiados se ven obligados a quemar cualquier cosa para calentarse, incluso plásticos, debido al alto coste de la madera.  Esto supone un riesgo de incendio, además de enfermedades respiratorias y cáncer a largo plazo.

En cuanto al agua, está contaminada, es insalubre y causa enfermedades intestinales, diarreas, hepatitis C. etc.

En verano, no se puede vivir bajo la lona de nailon debido al calor. Como resultado se han extendido enfermedades alérgicas, sin mencionar los insectos.

Aquí mi hermano pequeño Bahaa y mi sobrino Anwar sufren de alergias. Por desgracia a medida que aumentó la temperatura, aumentaron las enfermedades de la piel. Estos niños solían vivir en casas hermosas y limpias, pero ahora, lamentablemente, viven a la intemperie.

¿Respecto a la comida y el agua diaria, cómo la obtenéis?

Compramos agua y comida, nos llega muy poca ayuda humanitaria. Los precios de los alimentos eran muy caros, pero a medida que se acercaba la tregua se abarataron un poco.

Algunos vecinos van a pescar, pero a veces son atacados mientras lo hacen.

Después de más de 6 meses de guerra contra Gaza, perdimos todo nuestro dinero, así que recurrí a crear un enlace para recoger donaciones ¡Gracias a Dios! hay algunos extranjeros que nos han apoyado mucho.

¿Sentís cerca los bombardeos?

Sí, la semana pasada, se bombardeó una casa junto a nosotros, estaba a menos de 400 metros de nosotros. Eran las 8:30 pm, estaba sentada fuera de la tienda para captar la señal de Internet. De repente escuchamos el sonido de un misil y un destello. Después de eso, vidrios y piedras se esparcieron por todas partes cayendo literalmente sobre nuestras cabezas, los niños gritaban. Fue un día muy aterrador, 6 personas que vivían en esa casa fueron martirizadas.

También, a menudo las barcas de los pescadores son bombardeadas, esto ocurrió sin ir más lejos hace tres días.

¿Qué es lo más duro para ti en esta situación?

Todo es difícil, no poder imaginar un futuro normal es lo peor, pero perder la esperanza es algo que ya no me permito.

Al principio sentí mucha frustración por no poder seguir mis estudios, mis hermanos y yo perdimos todo un año académico. Pero finalmente he logrado matricularme en la universidad por Internet y seguir estudiando. Es muy gratificante poder seguir construyendo mi futuro.

Sueles compartir imágenes de los momentos de alegría, con las sonrisas de los niños, aun en las situaciones más difíciles. ¿Puedes contarnos algunas de estas vivencias?

Por ejemplo, el 5 de enero pasado pudimos comprar pollo para comer algo de carne.

¿Qué esperanzas tienes sobre la tregua anunciada?

Estuvimos con mucha ilusión contando los días y los minutos esperando la tregua.

Tal vez podremos comer mejor e ir mejorando algunos aspectos de nuestra vida, teniendo en cuenta que se trata de una vida al límite de la supervivencia.

Anhelamos regresar al norte, a los escombros de lo que alguna vez fue nuestro hogar.

Si queréis ayudar a estas 16 personas, podéis hacerlo a través de esta petición.

https://gofund.me/3b0e945c

Dado que el pueblo palestino es un pueblo solidario, toda ayuda no es solo personal, sino que repercute en todo un pueblo, para que se vuelvan a levantar y puedan conservar su nación. Ellos no se rinden.

Marah se encuentra en este pequeño centro del mundo de las noticias internacionales. Ella esta abierta a reportar sobre el terreno para los medios y redes que quieran hacer difusión, es la manera que tiene de poder contribuir y ayudar a su pueblo. No se trata solo de bombas y destrucción, hay también muchas historias personales que llevar al mundo.

Si queréis contactar con Marah podéis enviarnos un mensaje a: institutohps@gmail.com, con mucho gusto os facilitaremos sus datos de contacto en Instagram y Telegram.

El artículo original se puede leer aquí