La Kodak, fundada en 1888 por George Eastman, se convirtió en sinónimo de fotografía durante más de un siglo. Eastman revolucionó el sector con una cámara Kodak portátil y el eslogan: «Usted aprieta el botón, nosotros hacemos el resto». Este invento democratizó la fotografía para las grandes mayorías.

A lo largo de las décadas, Kodak logró hitos notables:

1888: Lanzamiento de la primera cámara Kodak, cargada con un rollo de película de 100 exposiciones. Los clientes devolvían la cámara a Kodak para el revelado de la película.
1900: Presentación de la cámara Kodak Brownie, que hizo que la fotografía amateur fuera asequible y fácil.
1935: Lanzamiento de Kodachrome, una de las primeras películas en color de éxito.
1963: Lanzamiento de la cámara Instamatic, con sus cartuchos de película fáciles de cargar, que simplificaron aún más la fotografía.
1975: Steve Sasson, ingeniero de Kodak, inventa la primera cámara digital. Sin embargo, la empresa optó por dar prioridad a su negocio de películas en lugar de adaptarse a la revolución digital.
1996: En su mejor momento, Kodak alcanzó unos ingresos anuales de 16.000 millones de dólares, controlando el 95% del mercado estadounidense de películas y el 85% del mercado de cámaras. Sus productos se distribuían en más de 70 países.
2012: Kodak se declaró en bancarrota tras años de descenso en las ventas, víctima de su incapacidad para adaptarse al auge de la fotografía digital.

La historia de Kodak es un ejemplo de lo que sucede al aferrarse a modelos anticuados e ignorar los cambios tecnológicos transformadores. Hoy en día, algunos sostienen que Estados Unidos está siguiendo un camino similar en su enfoque del cambio climático y las energías renovables.

La energía solar: ¿Una oportunidad perdida?

El desarrollo y la comercialización de paneles solares tienen una larga e innovadora historia:

1954: Los Laboratorios Bell desarrollaron la primera célula solar fotovoltaica (FV) práctica, capaz de convertir la luz solar en electricidad con una eficiencia del 6%.
1955-1960s: Los paneles solares alimentaron satélites, incluido el Vanguard I en 1958.
1970s: La crisis del petróleo estimuló el interés por las energías alternativas. Gobiernos y empresas invirtieron en investigación y subvenciones para paneles solares, lo que dio lugar a aplicaciones especializadas como telecomunicaciones remotas y faros.
1978: Exxon desarrolló paneles solares para aplicaciones industriales, mientras que empresas como Sharp, Kyocera y Solarex iniciaron la producción en masa, abaratando los costos.

En la actualidad, China es el líder indiscutible en la energía solar. A finales de 2024, la capacidad de energía solar instalada en China había aumentado un 45,2%, alcanzando la cifra sin precedentes de 890 gigavatios (GW). Esta transformación forma parte del cambio estratégico de China hacia las energías renovables y la modernización de su infraestructura energética.

En cambio, Estados Unidos parece estar redoblando su apuesta por los combustibles fósiles. La propuesta de la nueva administración de reactivar la industria petrolera («Drill, Baby, Drill») pretende competir con China apoyándose en modelos energéticos anticuados. Aunque esta estrategia puede proporcionar beneficios económicos a corto plazo, ignora el cambio mundial hacia las energías renovables y la urgente necesidad de una acción climática.

Los paralelismos con el declive de Kodak son sorprendentes. Al igual que la reticencia de Kodak a adoptar la fotografía digital, Estados Unidos corre el riesgo de aferrarse a los combustibles fósiles mientras el mundo avanza hacia soluciones energéticas sostenibles. La energía solar, la energía eólica y otras energías renovables ofrecen un camino hacia la innovación y el liderazgo, pero sólo si Estados Unidos decide invertir en ellas.

De cara al futuro

El fracaso de Kodak no se debió a la falta de innovación tecnológica: al fin y al cabo, inventó la cámara digital. Su caída se debió a su incapacidad para adaptarse a las nuevas realidades. Del mismo modo, Estados Unidos tiene los recursos, la tecnología y el talento para liderar la revolución de las energías renovables. La cuestión es si abrazará el futuro o se convertirá en la nueva Kodak, marginada en un mundo impulsado por energías limpias.

La elección está clara: invertir en innovación, adaptarse a las realidades cambiantes y liderar la transición mundial hacia las energías renovables, o arriesgarse a quedarse atrás.