La Organización Internacional del Trabajo (OIT) publicó el informe “Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo: Tendencias 2025” en el que analiza las dificultades que enfrenta el mercado laboral con la desaceleración de la economía mundial, debido a tensiones geopolíticas, aumento de los costes del cambio climático y los problemas de deudas sin resolver.
Actualmente, el déficit mundial de empleo ascendió a 402,4 millones en el año 2024, abarcando a 186 millones de personas desempleadas, 137 millones que forman parte de la fuerza de trabajo potencial, y 79 millones cuyas responsabilidades les impiden acceder a un empleo. Se prevé que dicho déficit se estabilice en los próximos dos años.
Continúan los déficits de trabajo
El informe señala que continúan los déficits de trabajo, aunque la tasa de desempleo ha continuado en el 5%, el desempleo juvenil presentó pocos indicios de mejora manteniéndose en el 12,6%, y la pobreza laboral persiste en los países de ingreso bajo, afectando a un 7% de la población ocupada.
De otro lado, los niveles de informalidad y pobreza laboral (con ingresos menores a $. 3.65) volvieron a ser los de antes de la pandemia, por lo que la recuperación del empleo ha perdido impulso; asimismo, se ha ralentizado los avances de creación de trabajo en los países de bajos ingresos, agravando su vulnerabilidad.
Desigualdades en la tasa de participación
En América Latina y el Caribe, la tasa de actividad laboral se ha mantenido estable, pero las diferencias de género siguen estando presentes, la tasa masculina con un 23,4% más que la femenina. Asimismo, el reporte indica que muchos de los empleos de las mujeres son informales y mal remunerados. La diferencia de género también está plasmada en el desempleo de la población joven, en el que la tasa de mujeres es superior (16,4%) en comparación con los hombres jóvenes (11,6%).
Otro de los hallazgos es que la tasa de actividad de los países de bajo ingreso ha disminuido, mientras que en los países de ingreso alto ha aumentado, sobre todo en los trabajadores de edad avanzada y las mujeres; además de las desigualdades geográficas internas en los países, lo que explica la falta de equidad en los niveles de vida y empleo e impiden un crecimiento equitativo.
Entre las recomendaciones del estudio se encuentran: inversión en la formación, educación e infraestructura; aprovechar algunos fondos privados hacia el desarrollo económico local; asimismo, impulsar la justicia social, mejorando la calidad de condiciones de trabajo y proporcionando mejor acceso a la seguridad social.
Fuente: Noticias ONU.