Plaza Universidad de Barcelona. Sábado soleado. En el centro de la plaza nos encontramos activistas de todo tipo y procedencia con un mismo motivo: la Tercera Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia. Una marcha a nivel global que se mostraba en Barcelona.
Lamentablemente, los motivos para seguir haciendo esta marcha mundial son todavía hoy vigentes:
«Denunciar la peligrosa situación mundial, con conflictos crecientes; seguir creando conciencia de esta situación; visibilizar las acciones positivas y dar voz a las nuevas generaciones que quieren instalar la cultura de la Noviolencia»
https://ca.theworldmarch.org/
La marcha tiene un alcance mundial, se inició en Costa Rica el 2 de octubre de 2024, Día Internacional de la No Violencia, y cerrará el 5 de enero, también en Costa Rica.
FOTOS DEL ACTO:
En Barcelona, en medio de gritos de «OTAN no, bases fuera», los asistentes pudieron escuchar a un selecto grupo de oradores, que en sus intervenciones nos recordaron el fundamental y necesario papel de la paz para la sociedad humana, la violencia de los poderes imperiales y del propio capitalismo, de la opresión, de la lucha de pueblos, como el caso de los palestinos, y, sobre todo, de la esperanza por el futuro. Que la marcha sea el chispazo que encienda las conciencias de la gente.
Una esperanza de que la paz que queremos para el futuro se haga presente hoy, a pesar de los conflictos armados que, sin tregua, continúan por todas partes.
Por eso, un compromiso ético personal que nos autoimponemos y nos autoexigimos:
“No utilizar nunca en mi vida los conocimientos y los aprendizajes recibidos para oprimir seres humanos, sino, por el contrario, para aplicarlos en su liberación.
Poner todo mi esfuerzo para superar el dolor físico y el sufrimiento mental.
Impulsar la libertad de pensamiento y el aprendizaje de la práctica de la noviolencia y buscar tratar a los demás como me gustaría ser tratado”.
La paz es libertad de vivir para las personas y también para los pueblos, y la paz es también dignidad en la vida de las personas y respeto mutuo. Sin dignidad y libertad no existirá nunca la paz.
La paz es, pues, prosperidad para toda la Humanidad. Merece la pena que nos esforcemos entre todas.