Como cada 16 de Diciembre desde 1995, el pueblo sudafricano celebró el Día Nacional de la Reconciliación, nombre instituido por el gobierno de Unidad Nacional bajo la presidencia de Nelson Mandela con el objetivo de lograr la reconciliación entre las diferentes etnias y los grupos sociales, construir una nueva nación, y fomentar la armonía y la unidad.
La significación de este día festivo sustituyó al Día del Juramento, celebrado anteriormente solo por la comunidad afrikáner, abarcando tanto el reconocimiento histórico que tenía para esta comunidad en recuerdo a la migración de los pioneros que escaparon del yugo colonial británico, así como la lucha contra la opresión a la que fue sometida la población negra en el período del Apartheid.
En su alocución conmemorativa desde el Valle de la Paz, en la localidad rural de Vredendal, el presidente Cyril Ramaphosa señaló que este día está dedicado a “sanar heridas históricas y labrar nuevos futuros”.
Luego de mencionar situaciones de desalojo que los trabajadores agrícolas siguen sufriendo por parte de granjeros locales, pidió a los empresarios tratar a las personas con humanidad y brindar alojamientos y salarios dignos.
“Insistimos en que todos deben garantizar el cumplimiento de la ley y la protección de los derechos de todas las personas.”, afirmó Ramaphosa.
“Puede que el pasado haya quedado atrás, pero nos quedan sus heridas. Tenemos profundas cicatrices como recuerdo de nuestras dolorosas experiencias. No podemos curar estas heridas históricas olvidando nuestro pasado. Hay cosas que deben hacerse para curar las heridas del pasado.”, destacó.
En otro pasaje de su discurso, el actual presidente subrayó que la reconciliación no es un acto simbólico. Requiere una transformación fundamental de la sociedad para crear una nación justa y equitativa.
Ramaphosa aprovechó la oportunidad para anunciar que en 2025, trigésimo aniversario de la democracia en el país, habrá de celebrarse un Diálogo Nacional para que la ciudadanía debata sobre la configuración de la futura senda de desarrollo a la que aspira.
“Este Diálogo”- agregó – “nos dará la oportunidad de abordar los retos a los que nos hemos enfrentado durante los últimos 15 años de bajo crecimiento y desempleo, pobreza y hambre, mala gobernanza, lenta reforma agraria y corrupción.”
También queremos que el Diálogo Nacional aborde retos acuciantes como la violencia de género y el feminicidio, la fragmentación social, el racismo, la homofobia y el sexismo, la violencia y la inestabilidad, señaló el mandatario.
A continuación, Ramaphosa destacó que el año entrante, Sudáfrica se convertirá en el primer país africano en liderar el G20 bajo el lema «Solidaridad, Igualdad y Sostenibilidad».
Finalmente, llamó a celebrar este día con nuestros seres queridos, haciendo un “esfuerzo concertado para reconciliarnos también como familias y amigos”.
A pesar de los enormes esfuerzos y las aspiraciones nobles, Sudáfrica continúa siendo un país marcado por profundas desigualdades y divisiones que afectan la vida de la población.
Y sin embargo, el llamado a una verdadera reconciliación que repare el dolor pasado, y a participar de la construcción de una vida digna para cada uno de sus habitantes, continúa brillando en el horizonte como único camino posible.