El 14 de diciembre, la 3ra Marcha Mundial por la Paz y la Noviolencia tuvo su paso por el histórico Parque de Reflexión Punta de Vacas, un sitio emblemático ubicado al pie de la cordillera. Este lugar fue escenario de la recordada arenga de Silo en 1969, marcando un punto de partida para el pensamiento de la noviolencia activa que inspira esta marcha global. En aquella oportunidad Silo advirtió: “Este mundo está por estallar y no hay forma de acabar con la violencia. No busques falsas puertas. Hermano mío cumple con mandatos simples, como son simples estas piedras y esta nieve y este sol que nos bendice”. Los y las asistentes recordaron el legado de Silo y su llamado universal: “Lleva la paz en ti y llévala a los demás”. Este mensaje resonó con fuerza, recordando que la transformación personal es el primer paso para construir sociedades noviolentas.
La actividad incluyó momentos de conexión, meditaciones grupales y conversaciones sobre los derechos humanos, la educación y la importancia de la juventud como motor de cambio. Se hizo hincapié en que esta 3ra Marcha Mundial busca ser un profundo llamado a la acción, por lo que no es solo una oportunidad para visibilizar las distintas formas de violencia a las que estamos expuestos a diario, sino una forma activa de noviolencia para enfrentar las tensiones del mundo actual.
Luego de una ceremonia de saludo y agradecimiento a los tres planos del Pacha y los cuatro Puntos Cardinales a cargo de Inka Mik´o T´ika, la música tomó un rol protagónico en la jornada. Las actuaciones de Rocío Monteleone (voz y guitarra), Facu Jofré (voz, percusión y guitarra) y Cecilia Santo (cello y coros) generaron momentos de alta vibración. Sus interpretaciones llenaron el espacio de energía y emoción, canalizando en los presentes la fuerza y alegría necesaria para continuar guiando las acciones colectivas hacia un futuro sin violencia.
La segunda jornada estuvo impregnada de un poderoso mensaje: la paz es un camino posible, pero requiere compromiso personal y colectivo. Así, la 3ra Marcha Mundial se reafirma como una acción activa de noviolencia y un llamado urgente a la transformación frente a los desafíos de nuestra época.