Varias veces he oído referirse a Pressenza como «ese blog», «la revista de Pressenza», el sitio web y otros nombres inexactos que me han hecho reflexionar sobre la naturaleza y la forma en que Pressenza se presenta a sus lectores.
Es cierto que el mundo de la información en la era de Internet se ha convertido en un mundo híbrido y a menudo confuso y que no siempre es fácil identificar quién es qué.
También es cierto que las definiciones «clásicas» de los medios de comunicación han sufrido transformaciones y contaminaciones.
Pero al fin y al cabo, creo que es bueno que Pressenza sea lo que es: una agencia de noticias de paz y noviolencia.
Cuando en 2008 empezamos a pensar colectivamente en Pressenza, resonaron en nosotros las palabras de Silo, el fundador del Humanismo Universalista, que Pía Figueroa, la primera directora de Pressenza, transcribió en su libro Silo, el Maestro de Nuestro Tiempo, en el capítulo titulado La Agencia. Decía que hacer un acto grandioso como la Marcha Mundial por la Paz y la Noviolencia que se preparaba en aquellos días no tenía sentido si se quedaba en algo bonito entre los participantes sin poder extenderse al resto de la gente. «Debemos formar una agencia de prensa internacional que pueda producir artículos, vídeos y fotos que puedan ser retomados por otras agencias y medios de comunicación».
Esa agencia fue Pressenza, que primero cubrió la Marcha y luego se quedó como un regalo a todos los pacifistas y noviolentos para que sus iniciativas tuvieran voz.
Esta es la principal característica que Pressenza conserva hasta hoy: ser un medio que pueda ser retomado, citado, reproducido por otros medios. Por eso, entre otras cosas, tiene una licencia Creative Commons 4.0, que es precisamente una licencia que permite reproducir gratuitamente todos los contenidos sólo citando su fuente. Este tipo de medio es una agencia de noticias, es decir, una fuente primaria de noticias. Esta forma de trabajar está bien descrita en el libro Periodismo no violento, obra colectiva de los redactores de Pressenza y texto base de los seminarios que organizamos con el fin de formar e informar a cada vez más personas sobre esta manera de hacer periodismo.
Obviamente, a lo largo del tiempo Pressenza ha producido, como una compleja realidad informativa, documentales, emisiones de radio, podcasts, vídeos para televisión, cursos de formación, libros y manuales, pero éstos derivan del tronco de un árbol informativo donde la fuente principal son las noticias, comunicados, fotoreportajes y entrevistas de la agencia.
La agencia tiene un formato específico, reproducible, descriptivo y de actualidad que, por ejemplo, la diferencia enormemente del formato «revista» con el que a veces se confunde Pressenza. Como agencia de prensa temática, Pressenza se permite, más que otras agencias, albergar o reproducir opiniones y editoriales, consultas y entrevistas que profundizan en temas de actualidad con los que, en cualquier caso, siempre intenta dar a los lectores y colaboradores las claves de interpretación de un mundo cada día más complejo y desarticulado.
Pero el elemento crucial que queremos destacar en este momento, y en el que buscamos que Pressenza desempeñe plenamente su papel, es en relación a esa parte de la sociedad que lucha por un mundo mejor y que cada vez encuentra menos espacio en los medios de comunicación tradicionales. Pressenza quiere dar la máxima voz a todo ese mundo complejo y variado de voluntarios, comités, organismos, frentes de acción, movimientos, foros, asociaciones que denuncian las diversas formas de violencia y proponen nuevas soluciones. En este trabajo radica, por ejemplo, el hecho de que Pressenza disponga de una vasta sección de comunicados de prensa publicados generalmente íntegros tal y como nos llegan desde las realidades sociales. Ello permite tanto a los asociados como a los lectores acceder sin censura ni omisión a las fuentes de las realidades sociales en acción. Y este trabajo es muy apreciado por los activistas que lo retransmiten en sus redes sociales, haciendo posible que las iniciativas se den a conocer, se unan en campañas comunes, generen piezas de ese nuevo mundo no violento, solidario e inclusivo al que, junto a todos ellos, aspiramos.
Por último, recordemos que todo esto Pressenza lo hace gratuitamente, apoyándose en una red de personas que ofrecen servicios totalmente voluntarios y de un alto nivel profesional, demostrando de hecho que otro mundo es posible y que la palabra «trabajo» no corresponde a un salario sino a una acción de transformación del mundo. En un momento en que se lo monetiza todo, dominado por los grandes grupos de especulación financiera y el chantaje económico, la acción desinteresada y gratuita adquiere un valor inestimable.