La Coordinadora Nacional de Trabajadoras y Trabajadores NO+AFP señaló hoy, en conferencia de prensa, que estamos frente a una reforma de pensiones que, de aprobarse, será quizá «la peor traición a la ciudadanía que se haya registrado en las últimas décadas». Bajo los argumentos que llaman a “mejorar las pensiones”, efectivamente miserables que reciben las y los trabajadores al llegar a la vejez, se busca encubrir un financiamiento extroardinario al
mercado de capitales, mantener el negocio privado con las pensiones y aumentar el gasto público (que hoy llega al 88% del gasto previsional) para mantener un sistema de capitalización individual que ha demostrado ampliamente su fracaso en los 44 años que lleva de implementación.
“Nunca hemos estado tan cerca de llegar a un acuerdo”, dijo con optimismo el ministro de Hacienda Mario Marcel en un seminario realizado por la Bolsa Electrónica, subrayando la relevancia que tiene la reforma previsional en la financiación del mercado de capitales.
Esta negociación se está realizando en el Senado con una mesa técnica marcadamente pro-modelo privado de pensiones y fuera del Congreso, con la incursión en la última semana del grupo Luksic, interesado en cerrar rápidamente una negociación tan favorable, jamás pensada bajo un gobierno que fue votado ampliamente por su programa que prometía terminar con las AFP.
La Reforma de Pensiones propuesta por el Ejecutivo en noviembre del 2022 que planteaba aumentar la cotización en un 6% con cargo al empleador destinaba a un fondo social (administrado por un ente público) para mejorar las pensiones actuales y futuras, eliminando las brechas de género, ya no existe. Todo el 6% irá a capitalización individual.
Es en este escenario que llamamos al presidente Boric a retirar el proyecto de reforma, que claramente no es lo que el pueblo trabajador necesita, y a promulgar en su reemplazo, a la espera de la discusión de una verdadera Reforma de Pensiones, una Ley Corta destinada a mejorar ahora las pensiones de los sectores más afectados, que contemple:
1) subir la PGU a $250.000 ahora, haciéndola universal,
2) Entregar la PGU a la mujer a los 60 años y no hacerla esperar hasta los 65 años, y
3) que se entregue la bonificación sin tope, de 0,1 UF por año cotizado a los y las actuales pensionadas.
Y a la población la llamamos no creer en las falsas promesas. Si la reforma mantiene a las AFP, es mala; si las fortalece, es aún peor. Solo en Chile, los negocios del gran empresariado se financian con el ahorro forzado de las y los trabajadores. Ya basta de tanto abuso.
Los llamamos a estar alerta, rechazar y a movilizarse contra este engaño. Ni un peso más a las AFP.
Chile necesita y se merece una verdadera seguridad social.