En el sistema solar los astros y las estrellas son migrantes
En el Día Internacional de las personas migrantes un encendido homenaje a todas y todos aquellos que, voluntaria o forzadamente, viajan pensando en un sueño, buscando una ilusión o simplemente mirando a esa Luna que nos ilumina las noches y nos abriga el corazón.
Migrar es un derecho y debería ser una oportunidad. Todas y todos somos, de alguna manera, migrantes. Me considero un migrante privilegiado porque me he desplazado voluntariamente y eso me ha enriquecido humana e intelectualmente. La Luna, también migrante, siempre me ha acompañado en esas rutas.
Porque Luna, las Lunas, tienen mucho que ver con entender la migración y lo que viven quienes se ven forzados a migrar o quienes se juegan la vida en el trayecto. El satélite tiene dos rostros, uno más oscuro, en el que sucede todo lo que no podemos ver y que nos lleva a veces a vagabundear sin rumbo y otras sin sentido.
La Luna viaja y, como cualquier ser humano, va en busca de su lugar en el mundo. Se mueve siempre sin mostrar su otra cara, dejándonos que sea la imaginación la que la pinte. Y Luna, la cooperante de Cruz Roja, nos enseñó hace unos años otra cara de la migración, la de la solidaridad y la empatía.
Hay parejas de personas que se abrazan como las caras de la Luna para sellar una unión que no es carnal, sino emocional. Un abrazo que nos alienta y nos da fuerzas contra la adversidad. Un achuchón que hace viajar a quienes lo dan o lo reciben y que nos hace soñar a quienes lo vemos.
Una quimera en forma de abrazo para mostrar que a las estrellas viajan las y los poetas, las y los soñadores, los seres sentipensantes que sueñan con un mundo mejor. Luna en el cielo que abraza nuestras noches y Luna en la Tierra para incluir a toda persona que necesita saber que existe.
Ni ella ni él sabían cómo era una frontera, ni si tendría circo (el que crean los que no creen en el humanismo) o tendría orquesta (la que hacen sonar quienes sí creen en el amor y en la vida). Ambos lloraban de alegría, salvando la dureza de la travesía y pensando que la frontera había quedado atrás.
Pero existen ocasiones en las que queremos ser mar y solamente conseguimos hacer espuma, removiendo lo más bajo del ser humano en lugar de agradecer aquellos gestos que reconfortan y nos reaniman frente a las desgracias de la vida.
Para muchas personas, la Luna es fuente de inspiración; para otras, una nave en la que embarcar sus sueños; para algunas, un mar al que gritar sus miedos, y también hay quien ve un cráter al que lanzar sus pesadillas. La Luna tiene su lado oscuro y otro iluminado por el Sol, y esos dos polos representan nuestras propias contradicciones. Para Abdou, la Luna humana tuvo solamente una cara, la de la amistad, la de alguien que le ofreció su abrazo y le sirvió de abrigo al finalizar una parte de su viaje.
Para los condenados a muerte / y para los condenados a vida / no hay mejor estimulante que la luna / en dosis precisas y controladas (Jaime Sabines)
Cuando sale la luna, / el mar cubre la tierra / y el corazón se siente / isla en el infinito (F. García Lorca)
Con su brillo reticente la luna / durante siglos consiguió transformar / el vientre amor en garufa cursilínea / la injusticia terrestre en dolor lapislázuli (Mario Benedetti)
¡Con qué pura y serena transparencia / brilla esta noche la luna! / a imagen de la cándida inocencia, / no tiene mancha ninguna (Rosalía de Castro)
En las noches claras, / resuelvo el problema de la soledad del ser. / Invito a la luna y con mi sombra somos tres (Gloria Fuertes)
Occidente alardea y vende su desarrollo y colabora en el empobrecimiento de otras partes del planeta. Lo que provoca grandes movimientos de personas que sufren grandes riesgos y peligros al desplazarse y que se encuentran con los muros que construyen para evitar que el resto del mundo pueda ´disfrutarlo`.
Según Naciones Unidas, casi 70.000 migrantes han muerto o desaparecido a lo largo de las rutas terrestres y marítimas desde 2014 hasta hoy. Una cifra que, seguramente, sea mucho mayor. La organización afirma que “Cada muerte registrada representa a una persona cuya pérdida afecta profundamente a su familia y repercute en todas las comunidades y sociedades. Se trata de una crisis humanitaria silenciada que podemos resolver”.
Por eso, son importantes iniciativas como la de DIEM25 que nos recuerda que “La migración no debería ser un tema de ´nosotros contra ellos`, sino que se trata de construir comunidades unidas y sólidas para prosperar todos juntos”.
Por eso en este día es necesario un reconocimiento a las personas migrantes. También a Luna, la cooperante que dio el abrazo, y a Abdou, el migrante que lo recibió, por mostrar ese contacto tan humano entre dos estrellas.
Y porque, como nos contaba Galeano, si hay “luna ninguna, el cielo está mudo y el mundo bosteza”.