Entrevista a Carlos Lazo en el mercado campesino «Agroferias Campecinas».

A iniciativa de la Asociación Peruana de Gastronomía (APEGA), este mercado de pequeños productores locales nació hace poco más de 11 años.  El objetivo era acercar los productos de la agricultura familiar, cultivados directamente al consumidor. Posteriormente dada la demanda de los consumidores la feria incluyó en su reglamento que estos productos sean producidos de forma «limpia» (respetuosa con la tierra).  En Lima ya existen mercados de este tipo, pero los precios son elevados y el público limitado. En lugar de «productos de lujo», el objetivo es promover alimentos de calidad accesibles a todos acercando al pequeño agricultor a los consumidores de todos los niveles sociales.

Las dificultades para organizar este mercado vinieron sobre todo de los políticos: algunos alcaldes se negaron a que la feria  ocupe la calle.  A algunos vecinos también les molestaba el ruido y el movimiento en su barrio.  Así que cada vez que había un cambio político, había que renegociar los permisos.

Antes de la pandemia, más de 6.000 personas frecuentaban este mercado, para unos 80 productores.  Hoy, hay entre 4.000 y 5.000 visitantes cada domingo.  El mercado tiene tres ubicaciones: el distrito de Magdalena, donde estamos ahora, pero también La Punta y San Borja otros dos días de la semana.

Desde el principio, la idea fue capacitar a los agricultores para que consideran su actividad como un empresa.  Se impartieron cursos de formación (marketing, actitud de venta, etc.) para ayudarles a conseguirlo. Esta iniciativa ha sobrevivido a pesar de que APEGA ya no la impulsa. Los agricultores han tomado el proyecto en sus manos, actualmente la Asociación Agroferias Campesinas, cuenta con un gerente, Carlos Lazo, que implementa los acuerdos de la Junta Directiva, cuentan con un reglamento que recoge como base que los productos provengan directamente del productor, que sean ambientalmente amigables y que los consumidores paguen el precio justo.

Los productores presentes no están necesariamente etiquetados como «orgánicos/ecológicos» simplemente porque esta validación no es gratuita: cuesta unos 3.000 dólares al año.  En consecuencia, sólo los productores que exportan sus productos están interesados en este reconocimiento.

Por otro lado, en el marco de la reglamentación de la Ley N°29196, Ley de promoción de la producción orgánica o ecológica, que busca incorporar el Sistema de Garantía Participativo – SGP como medio de certificación de los productos orgánicos de los pequeños productores destinados al mercado interno las Agroferias Campesinas promocionan esta etiqueta entre los productores participantes.

El reglamento de las agroferias campesinas, firmado por todos, exige la calidad del producto, así como la presencia de los productores en la venta. Exhibe los productos a un precio «justo» y de calidad, así se encuentran productos ambientalmente amigables,  agroecológicos y orgánicos certificados. También se exige una pequeña cuota de socio para implicar a todos en el proyecto y fomentar la autofinanciación. Lamentablemente, esta etiqueta no está reconocida.

También las agroferias campesinas ejecutan un plan de formación que está prevista tanto para mejorar la calidad como para compartir prácticas agrícolas sostenibles.   Aprovechar al máximo a las mujeres es también un desafío importante.   La cultura agrícola peruana sigue siendo machista, y las mujeres suelen estar relegadas al hogar, sin remuneración. Los jóvenes también están muy solicitados, ya que no se sienten motivados para retomar el duro trabajo de sus padres y se van a buscar trabajillos a las grandes ciudades.  Hoy, gracias a este proyecto, trabajan con sus padres, venden productos y aportan ideas para elaborarlos.  Gracias a los jóvenes se ha desarrollado una amplia gama de productos.

El mercado vende una amplia gama de frutas, verduras, carne, aceites, frutos secos y especialidades locales como empanadas, humitas, tamales, etc. 

Carlos Lazo ha sido contratado por los agricultores para organizar la logística del mercado, controlar las obligaciones legales y servir de enlace con asociaciones internacionales como TRIAS (*) y RIKOLTO (**).  Actualmente está terminando una tesis sobre el impacto económico y social de la vida de los agricultores.  En el curso de esta investigación, ha descubierto que el 100% de los agricultores sienten que han cambiado sus vidas, mejorando significativamente su situación económica y su calidad de vida.

De cara al futuro, Carlos cree que la feria crecerá y que la población peruana es cada vez más sensible a la calidad de sus alimentos.  Por eso es optimista, aunque consciente de la necesidad de seguir formándose y actualizándose.

En julio de 2025, participará en un encuentro de los agricultores internacional que apuestan por el comercio justo y sostenible que se llevará a cabo en Europa.

Contacto : carloslazo@agroferias.pe

+ 51 949 756 629

(*) https://worldwide.trias.ngo/es/ – Turning Dreams into Opportunities

(**) https://www.rikolto.org/

Doris Balvin & Tatiana De Barelli