A lo lejos, sobresale hoy un molino a la usanza antigua en la Ruta del Quijote, Castilla-La Mancha y a pocos metros, Pago de La Jaraba, una empresa familiar de notable éxito en España.

Por Fausto Triana

En la actualidad, lo que en algún momento se antojaba un paraje remoto de Villarrobledo, provincia de Albacete, en el sureste de la Península Ibérica, transmite aires de excelencias en la compañía denominada Pago de La Jaraba.

El molino es de cualquier forma una referencia. Sin embargo, recorrer las naves del grupo de Francisco Fernández, director técnico, máster en enología, con la ayuda Teresa Martínez, especialista en Enoturismo, impresiona por la organización y pulcritud de las instalaciones.

Produce nada menos que vinos de alta calidad, quesos y aceite de oliva y virgen extra (AOVE), artesanía y, en reserva para los próximos años, frutos secos. De todo esto y mucho más, hablamos en exclusiva para Prensa Latina con Francisco Fernández.

“Pago de La Jaraba es una finca agrícola en la que elaboramos queso manchego artesano, quiere decir con leche cruda; AOVE; y vinos de pago vitícola, que es la máxima diferencia dentro el mundo del vino en España, tintos y blancos”, explicó Fernández.

Todo lo hacemos con nuestra propia materia prima, aquí no se compra nada ajeno, o sea estamos en un lugar donde la sostenibilidad no es un compromiso, sino una filosofía de entender la agronomía y nuestra cultura, añadió.

La Jaraba (término que proviene del árabe y que significa abundancia de agua y de bienes) cuenta con mil hectáreas, tres mil ovejas manchegas, 80 hectáreas de viñedos y unas 100 hectáres de olivar. Además, incorporó recientemente unas 100 hectáreas de almendros, 150 de pistachos, y en un par de años un segmento de frutos secos.

Su producción de vinos denominación de origen de Pago de La Jaraba son de cepas a base de Tempranillo, Merlot y Cabernet de Sauvignon, en forma de ensamblaje de estas tres variedades, y Sauvignon Blanc para los blancos, todos almacenados en toneles de roble francés.

A otra pregunta de Prensa Latina, Fernández destacó que en la finca se produce medio millón de botellas de vino, “exportamos a 40 países, con Europa de principal mercado; y Estados Unidos, Canadá, México, Perú, Ecuador, Brasil y Colombia”.

Luego en Asia, vamos pisando fuerte en China, Corea del Sur, Singapur y Japón, mientras el aceite de oliva contamos con dos variedades, cornicabra y arbequina, las que se mezclan para dar potencia y elegancia, agregó.

Finalmente, se refirió al queso manchego, “el rey de Castilla-La Mancha, el más reconocido del mundo, elaborado de forma artesanal, con leche cruda, sin pasteurizar, lo que lo hace más intenso, sabroso, aromático”.

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