por Jorge Simeoni

En la vorágine de la vida moderna, a menudo olvidamos la importancia del contacto afectivo y emocional con nuestros seres queridos, especialmente con los mayores. Reflexionando sobre mi propia experiencia, me doy cuenta de que en el pasado no fui consciente de la necesidad de contacto afectivo que tenían mis parientes mayores. No tomé la iniciativa de dedicarles tiempo, preguntarles cómo estaban o simplemente pasar un rato con ellos para que surgiera una conversación.

Este descuido no es raro en nuestra sociedad, donde la juventud y la productividad son a menudo valoradas por encima de la sabiduría y la experiencia de los mayores. Sin embargo, es crucial recordar que todos, independientemente de la edad, tenemos necesidades emocionales y afectivas. Necesitamos contacto, abrazos y una mirada que nos haga sentir vistos y valorados.

Si pudiera volver atrás, cambiaría mi enfoque de una vida centrada en mí mismo a una más consciente de las necesidades emocionales de los demás. Escribir sobre este tema o crear episodios de reflexión podría ayudar a despertar esta conciencia en las generaciones más jóvenes. Reconocer que todos necesitamos contacto y afecto es fundamental para fortalecer nuestras relaciones y nuestra humanidad.

En un mundo cada vez más digital y desconectado, es vital que hagamos un esfuerzo consciente por reconectar con nuestros seres queridos. Dedicar tiempo a nuestros mayores, escuchar sus historias y mostrarles que nos importan no solo enriquece sus vidas, sino también las nuestras. Al final del día, es el amor y el afecto lo que realmente nos sostiene y nos da sentido a la vida. Como dijo Silo, «El sentido de la vida es superar el sufrimiento y alcanzar la plenitud».

En este marco temporal de fin de año, cuando el mundo global celebra la Navidad, es un momento especialmente sensible para el mundo cristiano occidental. Es una época en la que las emociones están a flor de piel y la necesidad de conexión humana se hace más evidente. Aprovechemos esta temporada para reflexionar sobre nuestras relaciones y hacer un esfuerzo consciente por fortalecer los lazos con nuestros seres queridos, llevarles Paz y Amor… conocer en qué momento están de sus vidas… como están sus Almas… especialmente con aquellos que más lo necesitan.