Es 24 de diciembre. Mientras las familias argentinas preparan la mesa navideña con vitel toné, garrapiñadas y sidra, el Presidente Javier Milei publica un retuit que desata una tormenta. Es una foto de un shopping lleno de gente, con luces brillantes y personas cargadas de bolsas. El texto que la acompaña dice que el consumo está en auge, que los argentinos están comprando como nunca y que la economía está mejorando.

Pero hay un problema evidente: la foto no es de Argentina. Es de un shopping en China.

Los carteles en chino, los rostros en las vidrieras y el diseño del lugar lo delatan. No hay manera de que alguien no lo note. Sin embargo, el Presidente la comparte como si fuera una prueba irrefutable de que su gestión está funcionando.

El ruido comienza

En cuestión de minutos, las redes sociales explotan. Los periodistas, los economistas y los usuarios comunes se lanzan sobre el tuit. Algunos lo denuncian como una mentira, otros se burlan, y los memes empiezan a circular. “¿Cómo puede el Presidente confundir un shopping chino con uno argentino?”, se preguntan los medios.

Pero esta no es la pregunta correcta. Milei no se confundió. Esto no es un error. Es pura estrategia.

¿Por qué Milei lo hace?

Milei sabe exactamente lo que está haciendo. La foto falsa no busca convencer a quienes lo critican. Tampoco intenta engañar a los expertos. Su objetivo es mucho más simple y, al mismo tiempo, mucho más efectivo: generar ruido.

En política, el ruido es una herramienta poderosa. En un mundo saturado de información, lo importante no es decir la verdad, sino captar la atención. Eso es exactamente lo que Milei logra con esta foto.

¿Cómo funciona el ruido?

  1. Desvía la atenciónLa economía no está bien. Las estadísticas oficiales muestran que las ventas de juguetes, un indicador clave del consumo navideño, cayeron por segundo año consecutivo. Las jugueterías están vacías, y muchas familias no pueden comprar los regalos que sus hijos esperan. Pero nadie habla de eso.

En cambio, todos están ocupados discutiendo la foto del shopping chino. Los medios, las redes sociales y hasta las sobremesas de Nochebuena giran en torno a esa imagen. El verdadero problema —la crisis económica— queda fuera de la conversación.

  1. Controla la narrativaMilei entiende que, en política, quien define el tema de discusión tiene el poder. Al publicar la foto, obliga a todos a hablar de él, en sus términos. Aunque sea para criticarlo, logra que el foco esté en su figura y no en los problemas de su gestión.
  2. Refuerza su conexión con sus seguidoresPara los seguidores de Milei, la foto no necesita ser real para tener impacto. Ellos no ven una mentira; ven un símbolo. Ven la idea de que, bajo su liderazgo, las cosas pueden mejorar. Cuando los críticos denuncian la falsedad de la imagen, eso no hace más que fortalecer la narrativa de Milei: “Ahí están la casta y los periodistas ensobrados atacándome porque les molesta que estoy cambiando las historia”

El truco detrás de la foto

La foto del shopping chino es un truco deliberado. Milei no necesita que la imagen sea verdadera; necesita que todos hablen de ella. En este juego, lo importante no es la precisión de los datos, sino el impacto emocional.

La política de Milei no se basa en hechos ni en argumentos racionales. Se basa en emociones: esperanza, enojo, frustración, orgullo. La foto apela a esas emociones. Refuerza la idea de que Milei está liderando un cambio, aunque ese cambio no se refleje en la realidad.

El espectáculo político

En el mundo de hoy, la política se ha convertido en un espectáculo. Los líderes no solo gobiernan; también actúan. Cada tuit, cada discurso, cada polémica es una escena en una obra diseñada para captar la atención del público.

Milei entiende esto mejor que nadie. Sabe que, en este espectáculo, la verdad importa menos que la narrativa. Y su narrativa es clara: él es el outsider que desafía a las élites, el líder que promete romper con el sistema y traer una nueva era de prosperidad.

La foto del shopping chino es una pieza más en esta narrativa. Es una herramienta para mantener el control del escenario y asegurarse de que todos los reflectores estén sobre él.

¿Por qué no es un error?

Algunos podrían pensar que publicar una foto falsa es un error que daña la credibilidad del Presidente. Pero en el caso de Milei, no lo es. Su estrategia no depende de la credibilidad en el sentido tradicional. Depende de su capacidad para conectar emocionalmente con su base de apoyo.

Para sus seguidores, las críticas a la foto no son un problema. Son una confirmación de que Milei está haciendo algo bien, porque está molestando a sus detractores.

Además, la velocidad con la que se consumen las noticias hoy en día juega a su favor. En unos días, la polémica por la foto será olvidada. Pero el ruido que generó quedará, y Milei habrá logrado su objetivo: mantenerse en el centro de la conversación.

La lección final

La foto del shopping chino no es un error ni una casualidad. Es una estrategia deliberada diseñada para generar ruido, desviar la atención de los problemas reales y reforzar la narrativa política de Milei.

En un mundo donde la información circula rápido y las emociones pesan más que los hechos, esta estrategia es efectiva. Milei no necesita que todos crean en la foto. Solo necesita que todos hablen de ella.

Mientras lo hacen, él sigue controlando el escenario.

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