El pasado 4 de diciembre de 2021, hace tres años, el Comité Internacional del Corredor Biológico Mundial (CICBM), declaró a la Comunidad La Esperanza de la provincia Formosa, Argentina, lugar de residencia del Consejo del Pueblo Indígena Pilagás y de la Federación de Comunidades Indígenas del Pueblo Pilagás, como el “kilometro cero mundial contra la deforestación”, debido a su compromiso abierto en la defensa de la selva y de todos los seres vivos que en ella habitan, así como por la defensa del Bañado la Estrella, el segundo humedal más grande de Argentina, situado al norte  de Las Lomitas y que se encuentra atravesando  el Trópico de Capricornio, siendo elegido por el turismo de Argentina como una de las siete maravillas de Argentina.

La decisión del CICBM sobre la citada declaración es por considerar a El Gran Chaco como el sistema boscoso continuo más grande y biodiverso de América del Sur detrás de la Amazonía. Su destrucción ha sido particularmente brutal en la Argentina, donde ha perdido más de 8 millones de hectáreas en las últimas tres décadas, y en el Paraguay, donde se han deforestado grandes áreas para la ganadería.

La Comunidad de La Esperanza, está muy cercana a la frontera de Paraguay. Actualmente según un censo de 2010, en todo Argentina existen 5.137 personas pertenecientes al pueblo Pilagás en todo el país, de las cuales 4.366 residen en sus lugares de origen de la provincia de Formosa.

Imagen de la Comunidad Indígena de La Esperanza del pueblo Peligás.

El 10 de octubre de 1947, en el paraje La Bomba, cerca de la población de Las Lomitas se originó  la llamada Masacre de La Bomba, un ataque contra el Pueblo Pilagás, en 1947, que se extendió durante tres semanas, en cuyo transcurso fueron asesinadas, violadas, esclavizadas, desaparecidas y lesionadas cientos de personas desarmadas, incluyendo niños, mujeres y ancianos del pueblo Pilagás. La matanza fue perpetrada por el Estado Nacional y particularmente las fuerzas pertenecientes a la Gendarmería Nacional argentina. Actualmente ha sido judicialmente considerado un genocidio, además de establecer la responsabilidad Estatal en dicho crimen.

Luis Osvaldo Caballero, Cacique y docente de Jardín de Infantes, miembro del Consejo de Pueblo Pilagás, y Presidente de la Federación de Comunidades del Pueblo Pilagás ha sido nombrado miembro del Comité Internacional del Corredor Biológico Mundial y ha transmitido a su Pueblo la importancia de la declaración del kilómetro Cero Mundial contra la deforestación y mencionado que “ debemos entender que el Territorio va unido a una identidad, que refleja la cosmovisión, espiritualidad, la salud, la educación entre otras cosas. El territorio y el agua son elementos esenciales para la vida. Además de haberse regulado su protección en distintos instrumentos internacionales como en la Constitución Nacional”. 

Líder del pueblo Peligás de la Comunidad La Esperanza, Luis Osvaldo.

Los Pilagás, son un pueblo que resistió al acoso de conquista de los españoles y mucho más tarde a la masacre de cientos de ellos en el Rincón Bomba por parte del Gobierno de Argentina. Su perseverancia, amor a la naturaleza, resistencia, conservación de su idioma y costumbres, les hace sin duda merecedor de la declaración de este Kilómetro Cero Mundial contra la deforestación y que desde ahora y siempre, tendrán el apoyo incondicional del Comité Internacional que les ayudará en todo lo posible para conseguir parar la deforestación en los bosques secos del Chaco, debido a su gran valor biológico y por la conservación de los bellos parajes del Bañado la estrella.

“Para solucionar un gran problema se deben cambiar las cosas, modificar nuestra forma de actuar. En este caso es un problema a nivel global, la pérdida de hábitats naturales como selvas o bosques por la deforestación, donde viven los pueblos originarios, guardianes de estos espacios y también millones de especies de fauna y flora. No debemos olvidar ni un solo instante que si existen aún selvas y bosques en diferentes partes del planeta es gracias en gran medida a estos pueblos originarios, y en este caso al Pueblo Pilagás. Su territorio es un hábitat que ha perdido ya demasiado, no se puede entender que permitamos que desaparezca una sola especie más de fauna o flora, o una pérdida humana.”, afirma Jorge Extramiana, Presidente del Comité Internacional del Corredor Biológico Mundial.

Charco de donde recogen el agua para potabilizar la Comunidad La Esperanza

Por otro lado, el líder indígena del pueblo Paligás Luis Osvaldo, ha hecho un llamamiento de ayuda a su comunidad, tanto al Comité Internacional del Corredor Biológico Mundial como a cualquier persona, entidad o empresa que quiera ayudarlos, para financiar la construcción y materiales de un pozo de agua, pues su comunidad no tiene acceso al agua potable.

“Toda la población de la comunidad carecen de acceso al agua segura, aún siendo un derecho universal. El derecho al agua no solo implica que las personas tengan acceso al agua segura, sino que además deben reunirse una serie de requisitos y que todas las personas dispongan de forma continuada de agua suficiente, saludable, físicamente accesible y de una calidad aceptable. Durante mucho tiempo la comunidad La Esperanza no tiene acceso a agua segura para cubrir totalmente sus necesidades. Es importante la calidad del agua en la huerta y la que consumen los animales, y especialmente, nuestros niños”, me cuenta Osvaldo que ha mandado un proyecto para la compra de materiales para la creación de un pozo con un valor solamente de 2.273 euros.

Los Pueblos originarios son los verdaderos héroes de nuestro planeta, los guardianes de la vida, los protectores de los grandes pulmones que sostienen la vida en nuestro planeta y sin embargo, hoy día, están siendo ignorados por los Organismos Internacionales, por los Gobiernos, por los que se reúnen para combatir supuestamente el cambio climático. Sus líderes son perseguidos, asesinados, sus pueblos expulsados de sus tierras ante los ojos cerrados de la Comunidad Internacional. Un genocidio contra los pueblos indígenas que aún hoy continúa.

El gobierno de Formosa de Argentina los tiene totalmente abandonados, en un claro racismo y violación de los derechos humanos. No los consideran ciudadanos y la justicia se mantiene en un profundo mutismo, olvidando sus derechos y dejando a las comunidades indígenas de la provincia, en un claro olvido consentido por el gobierno provincial y nacional.

Es por ello que desde estas líneas lanzo un claro llamamiento de ayuda para la Comunidad Esperanza y que su nombre, sea un estandarte para que el agua, un bien universal y de la vida, la puedan obtener por sus propios medios y dentro de su comunidad sin que tengan que mendigar para obtener este derecho esencial. El costo es muy pequeño y sin embargo para ellos es una línea entre la vida y la enfermedad o la muerte.