Con ocasión del paso por Chile de la Tercera Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia, en el Teatro Comunitario Novedades del Barrio Yungay se organizó, para su sesión semanal de «Cine en tu Barrio» el estreno en Sudamérica de un bellísimo documental italiano que apela a la paz a través de la música, dirigido por Paolo Bianchini, «El cañón de la paz» (Il cannone della pace).
En la producción audiovisual vemos al célebre violinista Paganini, quien confió la voz de su alma a su instrumento, al que llamó «mi Cañón». De la paradoja de que un instrumento musical tenga el nombre de un arma, surgen
reflexiones sobre la capacidad de la música para abarcarlo todo, incluidas las contradicciones humanas, regenerarlas y expresarlas en la armonía absoluta de las notas.
Dirigido por Paolo Bianchini y producido por Alveare Cinema en colaboración con Rai Documentari, «Il cannone della pace» es un documental que entrelaza varias historias relacionadas con la música y la paz. El trabajo de un luthier que empieza a construir una copia del violín de Paganini, utilizando las mismas herramientas que usaban los luthiers en el 1700.
Mondadori, que montó un taller de fabricación de violines en una cárcel para crear violines a partir de la madera de las embarcaciones de inmigrantes que naufragaron frente a Lampedusa. El filósofo Vito Mancuso, que explora el vasto universo de las emociones humanas que nos elevan hacia el misterio del universo a través de la música. El violonchelista Mario Brunello, que ofrece un mensaje de armonía universal acompañado del sonido de su instrumento. Renzo Arbore, que tras toda una vida llevando su arte por el mundo explica cómo la música es, o debería ser, sinónimo de fraternidad. A continuación, el testimonio de una gran escuela de música fundada en el Teatro Massimo de Palermo para educar a los jóvenes en la música.
El documental termina con la interpretación del cuarto movimiento del 2º concierto para violín y orquesta de Paganini en un flash mob en la plaza del teatro de Palermo, en el que participan todos los transeúntes.
Por cierto que el público chileno aplaudió con ganas la obra y debatió posteriormente a su proyección sobre la construcción de la paz desde factores como el arte.