A pesar de que Estados Unidos se ha desvinculado de la ofensiva yihadista preparada por Turquía e Israel, el objetivo confeso del Pentágono sería abrir un nuevo frente contra Rusia que le obligue a distraer fuerzas aéreas de Ucrania y así ralentizar su contraofensiva en Kursk y en el Donbas.

El caos constructivo de EEUU
La Doctrina Carter inspirada por Brzezinski (1980), tenía como objetivo la implementación en Oriente Próximo y Medio del llamado “caos constructivo”, concepto que se basaría en la máxima atribuida al emperador romano Julio César “divide et impera”, para lograr la instauración de un campo de inestabilidad y violencia en la zona (balcanización) y originar un caos que se extendería desde Líbano, Palestina y Siria a Iraq y desde Irán y Afganistán hasta Pakistán y Anatolia (Asia Menor).
Así, el ex-presidente de Egipto, Hosni Mubarak, (derrocado por su negativa a la instalación de bases norteamericanas en suelo egipcio), reveló en una entrevista al diario egipcio El-Fagr la existencia del presunto plan para dividir a toda la región de Medio Oriente, consistente en la instauración del citado “caos constructivo” mediante la sucesiva destrucción de los regímenes autocráticos de Irak, Libia, Sudán, Siria e Irán y reservando para Jordania el rol de “nueva patria del pueblo palestino”.

¿Busca Estados Unidos abrir un nuevo frente contra Rusia?
Aprovechando la visita oficial de Al Assad a Moscú y que el viernes ya es festivo en Siria, los grupos  yihadistas teledirigidos por Turquía e Israel desencadenaron una ofensiva relámpago, entrando en Alepo, la segunda ciudad más grande del país, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (SOHR, por sus siglas en inglés).
Hayat Tahrir al Sham (HTS) es el grupo más destacado que participa en la actual ofensiva contra el gobierno de Assad. El grupo está dirigido por Abu Mohammed al Julani y controla la mayor parte de la provincia de Idlib, y estaría teledirigido por un Israel interesado en la formación de un Califato islámico con capital en Alepo. Asimismo, en el ataque sorpresa tomarían parte fuerzas del Frente de Liberación Nacional, grupo respaldado por un Erdogan obsesionado con fagocitar el Estado kurdo-sirio de Rojava.
A pesar de que Estados Unidos se ha desvinculado de esta nueva batalla tras afirmar que “no tiene nada que ver con esta ofensiva, dirigida por Hayat Tahrir al-Sham», el objetivo inequívoco del Pentágono sería abrir un nuevo frente contra Rusia que le obligue a distraer fuerzas aéreas de Ucrania y así ralentizar su contraofensiva en Kursk y en el Donbas. Así, varios escuadrones de aviones rusos habrían ya iniciado violentos ataques aéreos contra los barrios de Alepo controlados por los yihadistas así como la base de Idlib.
Igualmente, tras el regreso de Assad a Siria, el Ejército Arabe Sirio estaría ya preparando su contraofensiva para recuperar Alepo y demás zonas ocupadas por los yihadistas, ayudados en la empresa militar por las Fuerzas Democráticas Sirias lideradas por los kurdos así como milicias chiitas llegadas de Irak.
Dada la superioridad aérea de las fuerzas leales a Assad y los suministros de misiles por parte de Rusia, es previsible que la contraofensiva oficialista termine por arrinconar a los yihadistas del HTS que deberán refugiarse en Libia así como a los miembros del FLN que encontrarán refugio en Turquía. Mientras, Erdogan sería ya un paria para un Putin que intentará provocar un golpe de estado del Ejército Turco para defenestrarlo definitivamente.
Finalmente, asistiremos a la firma de un  nuevo acuerdo kurdo-sirio que implementará la región autónoma de Rojava o Kurdistán sirio tutelado por EEUU. El resto del territorio sirio quedará bajo la Presidencia de un Al Assad reforzado, lo que permitirá a Rusia mantener sus bases navales y controlar las rutas marítimas del Mediterráneo Oriental.