«Esta va a ser la época dorada de EEUU. Es una victoria increíble para el pueblo de EEUU» (Donald Trump).
El sistema estadounidense se sustentaría en la sucesiva alternancia en el Poder del Partido Demócrata y del Republicano, ambos fagocitados por el lobby judío. Sin embargo, tras el nuevo triunfo de Donald Trump en las Presidenciales de EE.UU., asistiremos a la irrupción del llamado «escenario teleonómico», en contraposición al «escenario teleológico» actualmente vigente y que vendrá marcado por dosis extremas de volatilidad.
Así, las actuales elecciones estadounidenses no han sido tan sólo la pugna habitual de demócratas y republicanos para alternarse en el poder, sino un pulso dramático entre los atlantistas de Biden y Soros defensores de la Unipolaridad o Doctrina Wolfowitz, frente a los defensores de la Doctrina Aislacionista de EE.UU. encarnada en Donald Trump y cuyo desenlace marcará el diseño de la nueva arquitectura geopolítica global del próximo quinquenio.
Triunfo de Trump
Tras fracasar la ofensiva judicial contra Trump, los globalistas de Biden y Soros procedieron a la gestación de una trama exógena para neutralizarlo por métodos expeditivos (magnicidio), complot fallido que se materializó en el mitin de Pennsilvania. El objetivo de dicho complot era neutralizarlo y lograr que EE.UU. vuelva a la senda de las seudodemocracias tuteladas por el verdadero poder en la sombra (Cuarta Rama del Gobierno), así como reestablecer la unipolaridad estadounidense en el tablero geopolítico global tras la III Guerrera Mundial.
Según los últimos recuentos de votos, Donald Trump habría ganado las elecciones con el voto popular y el voto electoral, quedando tan sólo los resultados de Arizona, Wisconsin y Michigan. Estaría tan solo a falta de 3 representantes de la victoria matemática.
Aislacionismo de Donald Trump
En el año 2000, en su libro «Los Estados Unidos que merecemos» (The America We Deserve), Trump defendió la salida de Estados Unidos de la Alianza Atlántica para así ahorrar gasto. En su programa electoral, que recibe el nombre ‘Agenda 47’, se afirma que «tenemos que finalizar el proceso iniciado bajo mi Gobierno de reevaluar profundamente la misión y la finalidad de la OTAN».
Sin embargo, Donald Trump aseguró en sus redes sociales que «nunca hemos estado tan cerca de la III Guerra Mundial» y que debe haber un «compromiso total para desmantelar el grupo de poder neoconservador globalista responsable de arrastrar al mundo a guerras interminables». Asimismo, en un discurso pronunciado en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), el candidato republicano afirmó : «Soy el único candidato que puede hacer esta promesa: evitaré la Tercera Guerra Mundial», al tiempo que denunció la «excesiva cantidad de armamento que circula actualmente en el mundo», lo que estaría anticipando el retorno de la Doctrina aislacionista de EE.UU.
Respecto a Ucrania, Trump afirmó que «podría arreglar la guerra en 24 horas mediante un acuerdo con Vladimir Putin», con lo que la OTAN quedará como convidado de piedra en las futuras conversaciones de paz, al tiempo que su mantenimiento económico dependerá del resto de países miembros tras la previsible retirada de EE.UU. como principal país contribuyente.
La victoria de Trump representaría pues el ocaso de la estrategia atlantista de Biden y Soros, empecinados en defenestrar a Putin del poder, así como la posterior firma de un acuerdo de Paz en Ucrania y el retorno a la Doctrina de la coexistencia pacífica con Rusia. Ello supondría la entronización del G-3 (EEUU, Rusia y China) como «primus inter pares» en la gobernanza mundial, quedando de paso la UE, Gran Bretaña y Japón como convidados de piedra en el nuevo escenario geopolítico.
Inmigración irregular
Según la ultima encuesta de Gallup previa a las elecciones, la inmigración irregular encabezaba la lista de preocupaciones de los estadounidenses. Concretamente, las detenciones de inmigrantes habrían ido in crescendo, pasando de la cifra de 1 millón de detenciones con Trump a 2,47 millones en 2023 con Biden, según cifras del Departamento de Seguridad Nacional.
Así, Trump en su visita a la frontera con México, afirmó en Eagle Pass (Texas) que «Estados Unidos está siendo invadido por el crimen migrante de Biden», con lo que el tema de la inmigración irregular y la construcción del Muro, han sido el eje central de su campaña electoral contra la llamada «zarina de la inmigración», Kamala Harris.
Trump es un especialista en forzar los límites de la ventana de Overton para introducir en ella asuntos ubicados fuera del marco e inicialmente considerados inaceptables por la opinión pública y que, una vez dentro del debate, pueden ser percibidos como tolerables. Un paradigma de lo anterior sería la construcción del Muro para contener a los inmigrantes ilegales, con lo que la campaña electoral de Trump contra la vicepresidenta Harris se volcó en la narrativa del fracaso de Kamala en la gestión de la crisis en la frontera.
Neoproteccionismo económico de Trump
El retorno al endemismo recurrente de la Guerra Fría entre EE.UU.-Rusia tras la crisis de Ucrania y la imposición de sanciones de UE-Japón-EE.UU. contra Rusia, marcarían el inicio del ocaso de la economía global y del libre comercio, máxime al haberse demostrado inoperante la Ronda Doha (organismo que tenía como objetivo principal de liberalizar el comercio mundial por medio de una gran negociación entre los 153 países miembros de la Organización Mundial de Comercio (OMC)) y haber fracasado en todos sus intentos desde su creación en el 2011.
La economía global estaría amenazada por la aparición de medidas neo-proteccionistas en los países del Primer Mundo, especialmente tras la firma por Donald Trump de la orden ejecutiva “Buy American, Hire American” (compra estadounidense, contrata estadounidenses), así como por la retirada de EE.UU. del Tratado Internacional suscrito por 195 países en el 2015 para reducir las emisiones contaminantes, conocido como Acuerdo del Clima de París.
Asimismo, Trump ha sugerido la imposición de aranceles de hasta el 10 % sobre todas las importaciones, con un arancel del 60 % dirigido a productos chinos. Para la UE, cuyo comercio de bienes con EE.UU. alcanzó los 870.000 millones de euros en 2022, este movimiento sería un golpe significativo pues podría afectar a sectores clave como la automoción y la tecnología, con el consecuente riesgo de deslocalización de empresas tras su fuga a EE.UU., lo que de facto significará el retorno al neoproteccionismo económico.
¿Riesgo de autocracia?
Tras las elecciones, los republicanos asumirán el control del Senado con 51 senadores frente a los 42 demócratas, lo que aunado con el control del Congreso concederá a Donald Trump un poder casi absoluto, pudiendo designar asimismo nuevos jueces de la Corte Suprema, en caso de producirse vacantes. Asimismo, tras ser investido Presidente en enero, Trump tendrá la potestad de ordenar a su fiscal general la desestimación de todos los cargos federales en su contra y así volver a gozar de un expediente político impoluto.
Dada la actual división de la sociedad estadounidense en dos mitades simétricas e irreconciliables, es presumible que Trump implante un gobierno orwelliano que beberá de las fuentes del paternalismo de las dictaduras blandas y se caracterizará por el culto al líder, la utilización de la desinformación y la vigilancia de la población no blanca y de la disidencia política, lo que de facto sería un gobierno autocrático o especie de dictadura invisible sustentada en sólidas estrategias de cohesión (manipulación de masas y culto al líder).