«Por encima de todo, la salud, educación, vivienda y trabajo pleno para mi pueblo. No hay Estado, ni empresas, ni instituciones, ni modelos económicos por encima del ser humano… Yo, mi hermano y mi pueblo superaremos nuestras propias debilidades para vencer la infamia de los poderosos. Enfrentaremos la injusticia, la explotación, la discriminación y la violencia… Afirmaremos el coraje, la compasión y la solidaridad y despreciaremos la cobardía, la insensibilidad y la violencia de los poderosos…» Silo, Declaración Humanista (extractos) 1997

Contexto global general

En el mundo actual, la violencia se extiende en todos los ámbitos, generando un clima de miedo, incertidumbre, asfixia y fragmentación del tejido social. No se trata sólo de violencia física, guerras y crímenes. También hay violencia económica, racial, religiosa, doméstica y psicológica. También hay una violencia interna que crece dentro de cada uno de nosotros.

La situación actual del país y la verdad electoral

El país atraviesa un estado de convulsión social como consecuencia de la probable manipulación y distorsión de la verdad electoral, según denuncian numerosas organizaciones de la sociedad civil, observadores nacionales y extranjeros y partidos de la oposición. Esta situación se ve agravada por el atroz asesinato político de dos miembros de la oposición, al que siguió la violenta represión de las manifestaciones populares, que se saldó con varias muertes en todo el país.

El robo de la verdad electoral – de confirmarse – es un claro intento de asalto al Estado de derecho, en el que se viola el derecho a la autodeterminación del pueblo mozambiqueño.

Antecedentes

El polvorín sobre el que estamos sentados no es nuevo y va más allá de las actuales elecciones generales.

Tras 49 años de independencia nacional, Mozambique sigue figurando entre los 10 países más pobres del mundo. En los últimos 10 años se ha producido un aumento notorio de la pobreza y la degradación de las infraestructuras y los servicios públicos. La corrupción se ha hecho endémica a todos los niveles, y algunos casos han salido a la luz, como el escándalo de las «deudas ocultas», que devastó las arcas del Estado y puso al país en la lista negra de las instituciones financieras internacionales. El norte del país está acosado por una insurgencia que reclama mercenarios y ejércitos extranjeros para contenerla, sin resolución a la vista. El aparato estatal es altamente partidista, infestado de tráfico de influencias, corrupción e ineficacia.

La juventud de las periferias urbanas, en paro y sin perspectivas de futuro, está al borde de la desesperación. La democracia se ha convertido en una farsa amañada, con el descarado relleno de urnas, la manipulación de los resultados y los repetidos asesinatos de voces disidentes.

La nación no tiene un proyecto a largo plazo. Es un barco a la deriva.

Marcha Nacional y Noviolencia Activa

Frente a todo esto, el partido PODEMOS y su candidato, Venâncio Mondlane, vienen movilizando a la sociedad mozambiqueña para la resistencia civil mediante huelgas y marchas populares. En su última convocatoria, y en consonancia con los líderes de la oposición, llamó a los mozambiqueños a una nueva huelga de 7 días junto con una Marcha de Rovuma a Maputo.

Los humanistas reconocen como justa la resistencia contra toda forma de violencia. La Constitución de la República también consagra el derecho a la manifestación pacífica y libre, tal y como se recoge en el artículo 51.

Es en este contexto que instamos al Sr. Venâncio, y a los que estarán al frente de la manifestación, a inspirarse en la no violencia activa como metodología de lucha. La noviolencia tiene profundas raíces morales y éticas, enraizadas en todas las grandes tradiciones religiosas, en la Biblia, en el pensamiento de Tolstoi y que, a su vez, inspiró a los grandes referentes históricos de la lucha noviolenta, Mahatma Gandhi y el Dr. Martin Luther King. Más recientemente, Silo, fundador del Nuevo Humanismo, ha señalado a la no violencia como la única fuerza moral que puede transformar positivamente el mundo. La no violencia no es pacifismo, la no violencia no es sólo un eslogan para manifestaciones.

La no violencia no es la actitud resignada de quien evita la confrontación y la discusión por miedo. La no violencia es una gran filosofía de vida y una metodología de acción que siempre se ha inspirado en profundas convicciones morales y religiosas, y que hoy representa la única respuesta coherente a la espiral de violencia que nos rodea.
Lo que hoy se conquista con violencia sólo puede mantenerse con violencia.
La lucha no violenta requiere una firme postura moral de los dirigentes y la firme decisión de no responder al mal con el mal. También requiere una clarificación permanente y la concienciación popular.

También exhortamos a los miembros de las Fuerzas del Orden que tengan valor y adopten una postura ética y moral, respetando la Constitución y rechazando las órdenes de un poder político que puede haber sido creado de forma dudosa y posiblemente ilícita. Rechacen también cualquier orden que instrumentalice a las Fuerzas del Orden para reprimir violentamente al pueblo, al que en última instancia deben servir.

Nuestro futuro depende de lo que hagamos hoy

En la historia ha habido muchas personas que han dado esperanza a la humanidad, señalando siempre la no violencia como el camino a seguir. También muestran cómo el verdadero poder reside en el ser humano, cuando en unidad, solidaridad y firmeza, luchan por un mundo mejor. También muestran que la bondad, la fuerza y la sabiduría, lo único que realmente necesitamos, se encuentran dentro de cada uno de nosotros.

¡Paz, fuerza y alegría a todos!

¡La lucha continúa!