“Hay que transformar la realidad, este mundo ya no tiene solución, se le han puesto muchos parches” (Ada Colau)

En un ambiente de encuentro entre Comunes y afines, y desde la nueva Fundación: “Sentit Comú”, hemos asistido a una conversación entre la ex alcaldesa de Barcelona Ada Colau y la abogada y periodista argentina Julia Mengolini. Se ha aprovechado el encuentro ya que Mengolini está de gira presentando su recién editado libro: «Las caras del monstruo».

Partiendo de la situación contemporánea, local e internacional, se han puesto sobre la mesa una lluvia de acontecimientos que marcan el momento actual de la mano de gobiernos de ultraderecha que normalizan el individualismo y la violencia. El objetivo del debate, es de abrir horizontes y nuevas narrativas de esperanza.

Se han disparado numerosas imágenes que nos vienen azotando como mínimo desde la pandemia y que extendiendo su correlato de modo internacional y haciendo hincapié tanto en Catalunya como en Argentina, nos muestran ese hilo conductor donde los poderes fácticos se convierten en un frente opuesto contra el que luchar y defender transformaciones.

“El modo que nosotros proponemos es mejor para todos”, defiende Colau.

Son números los temas que se repasan, de los cuales se puede hacer un breve resumen en este listado:

  • el poder del discurso atemorizante y narrativas derrotistas de los medios de comunicación;
  • la no fiscalización y falta de impunidad de los medios frente a la mentira. No se piden disculpas frente al error;
  • la apropiación del discurso y el concepto de libertad, vacío de contenido, adquirido durante la pandemia por parte de la derecha, impidiendo así cualquier posible transformación;
  • el discurso de la antipolítica en manos de las derechas para que no haya fiscalización de la gestión por parte de la ciudadanía (se ponen claros ejemplos en el caso de Miley, que propone destruir las universidades, porque ahí es donde la gente se encuentra cara a cara y eso propicia el no voto a la derecha;
  • el monopolio de algunas empresas sobre la privatización de recursos naturales, como el del agua en el caso de Aguas de Barcelona, Agbar, (ojo a la confusa nomenclatura, “de Barcelona”, pero de gestión privada), concesión tácita que se remonta al franquismo y que ha sido imposible municipalizar ni a través de un litigio judicial en el Tribunal Supremo;
  • el “lawfare” (guerra jurídica) contra políticas de izquierdas y su persecución, como el caso de Cristina Kirchner o Ada Colau;
  • el peligro de la denuncia anónima en el caso del acoso feminista, abogando por dar la cara. Hay que poner la cara si se quiere transformar.

Y otros tantos ejemplos donde las políticas han privatizado todo lo social, el ágora, el discurso ciudadano.

Sentit Comú

Partiendo de estos y muchos más ejemplos, el objetivo del encuentro no es generar un discurso sin salida, sino todo lo contrario, ofreciendo ranuras por donde poder implementar acciones que abran futuros.

Desde este interés, se ofrecen soluciones que pasan por proponer acciones ciudadanas donde lo colectivo, las comunidades organizadas puedan luchar a favor de:

  • disputar el poder a las élites;
  • creación de medios de comunicación alternativos, aun sabiendo que su dificultad es el gran altavoz, pero incidiendo en el discurso paralelo al hegemónico;
  • regulación de los medios de comunicación;
  • reconstrucción de lazos sociales, del cara a cara;
  • impulsar los feminismos, como lugar de alegría, disfrute, deseo, cuidados;
  • saber persuadir, buscar formas más sexis de hacerlo;
  • saber gestionar la rabia, la indignación;
  • fiscalizar la justicia.

En resumen, el objetivo se centra en la transformación de la realidad y se propone el encuentro comunitario, la organización, para que cuando las fuerzas progresistas regresen encuentren comunidades organizadas.

“Las personas tienen la necesidad de pertenencia a alguna cosa” (Julia Mengolini).