Donald Trump arrasa en los comicios. ¿Qué significa para la más grande de las Antillas Mayores?
Una grave crisis energética, dos huracanes y un terremoto, todo en menos de un mes, han afectado gravemente la más grande de las Antillas Mayores.
Desastres naturales que se suman a crónicas debilidades (infraestructuras obsoletas, falta de combustible, de mantenimiento y de divisas) que son el resultado más dramático de la guerra económica y la persecución financiera y energética de Estados Unidos hacia Cuba.
Pese a que el planeta volviera recientemente a condenar el criminal bloqueo económico, comercial y financiero[1] – se trata de la trigésima cuarta declaración presentadas por las autoridades cubanas ante la Asamblea General de las Naciones Unidas – la anacrónica, arcaica y fundamentalista medida sigue causando estragos.
Según cálculos de las autoridades cubanas, el decenal bloqueo ha causado daños por más de U$164 mil millones. Entre marzo de 2023 hasta finales de febrero de este año, los daños y perjuicios materiales superaron los U$5 mil millones, es decir U$421 millones mensuales, más de U$13.8 millones diarios, y más de U$575 mil cada hora.
El apoyo de los gobiernos de México, Rusia y Venezuela ha permitido aliviar un poco la crisis energética que está sufriendo Cuba. Moscú acaba de informar que enviará 80 mil toneladas de diésel y equipos de reparación.
Un escenario ya de por sí muy complicado, que hasta podría deteriorarse aún más después de que el ex presidente estadounidense Donald Trump arrasara en las últimas elecciones.
El regreso de Trump
Después de las medidas de flexibilización de las restricciones al intercambio económico entre Estados Unidos y Cuba, adoptadas en 2015 por el presidente Obama (2009-2016), que incluían también el restablecimiento de relaciones formales entre los dos países, asumió la presidencia Donald Trump (2017-2020).
Pocos meses después de su investidura, desde Miami, Trump puso un freno al proceso de deshielo hacia Cuba y arreció la arremetida.
Retiró el 60% del personal de la nueva embajada en La Habana, restringió el otorgamiento de visas y expulsó a varios diplomáticos cubanos en la embajada de Washington.
En total fueron 243 las medidas adoptadas por el gobierno de Trump para recrudecer el bloqueo, asfixiando aún más al país con el objetivo de subvertir el orden interno y crear las condiciones propicias para derrocar a la revolución cubana.
Se permitieron demandas en los tribunales estadounidenses al amparo del Título III de la Ley Helms-Burton, dando la posibilidad de promover acciones legales contra personas y entidades, incluso de terceros países, que inviertan en el territorio cubano en propiedades nacionalizadas a partir de 1959.
También se restringieron aún más los viajes a Cuba, se impusieron fuertes límites a las remesas, se boicotearon los convenios de cooperación médica internacional, al tiempo que se crearon nuevos instrumentos coercitivos en el ámbito comercial, como impedir la importación de productos de cualquier país que contengan más de un 10% de componentes estadounidenses.
Asimismo, se prohibió la importación en Estados Unidos de ron y tabaco de origen cubano y se creó una lista de 231 entidades cubanas con las cuales está prohibido realizar transacciones financieras directas.
El gobierno Trump profundizó además la persecución a las operaciones bancario-financieras de Cuba, adoptó medidas contra buques, navieras, compañías aseguradoras y reaseguradoras vinculados al transporte de combustibles, e incluyó a Cuba en listados arbitrarios en tema de derechos humanos, libertad religiosa y trata de personas.
El 12 de enero de 2021, el entonces secretario de Estado de Estados Unidos incluyó a Cuba en la lista de estados patrocinadores del terrorismo. Como consecuencia, las personas que hayan viajado a la más grande de las Antillas Mayores a partir de esa fecha ya no cumplen los requisitos para viajar a Estados Unidos bajo el programa de exención de visado.
El mismo doble rasero
“Con la administración Obama hubo una apertura hacia Cuba y esto lo reconocemos. Lamentablemente, con la llegada de Trump se registró un recrudecimiento de las sanciones que vinieron a precarizar más la situación en la isla”, dijo Erasto Reyes, presidente de la Asociación de Amistad Honduras Cuba (AHC).
La victoria de Joe Biden y el partido demócrata en las elecciones de 2020 no mejoró la situación.
“Al final no hizo nada para revertir las medidas impuestas por su predecesor. Es el mismo doble rasero con el que actúan los gobiernos estadounidenses frente a cualquier país que luche por su independencia y libertad plenas”, explicó Reyes.
Recientemente, la organización The People’s Forum envió una carta al presidente Biden para que, antes de entregar el cargo a su sucesor, derogue la dura política que mantiene Estados Unidos contra Cuba, in primis la inclusión en la ilegal lista de países que patrocinan el terrorismo.
En este sentido, el triunfo de Donald Trump en las recientes elecciones genera una fuerte preocupación en aquellas personas y organizaciones solidarias con Cuba, su pueblo y su revolución.
“El voto en Florida a favor de Trump ha sido masivo. Nos preocupa que estos tipos de compromisos que se generan a raíz del voto, han de estar marcados por una agenda oculta que podría incluir recetas aún más radicales de las que se han venido imponiendo a Cuba”, alertó el presidente de la AHC.
“Seguimos manifestando nuestra solidaridad con Cuba, con el derecho a la autodeterminación, exigiendo un alto a la injerencia extranjera, el fin del bloqueo criminal y el respeto a su libertad e independencia”, agregó.
Un gobierno solidario
Reyes valoró como muy importante la labor realizada durante los últimos 24 años por la Asociación de Amistad Honduras Cuba, así como las políticas de acercamiento e intercambio solidario del actual gobierno de Xiomara Castro con la isla.
“Ha habido una mayor apertura de las relaciones y existe la posibilidad real de que se amplíen aún más. Es muy importante no sólo en función de la amistad, la solidaridad, el intercambio entre pueblos, sino también para el fortalecimiento de espacios políticos de integración, como por ejemplo la Celac”, manifestó.
El activista recordó que, en Honduras, los médicos cubanos han realizado más de 29 millones de atenciones médicas, al tiempo que más de 1500 jóvenes hondureños fueron a estudiar y graduarse en Cuba como profesionales de diferentes especialidades.
Este 11 de noviembre, con el objetivo de trabajar sinergias e impulsar la colaboración en materia educativa y de investigación, se suscribió un convenio marco de cooperación entre el Instituto Central de Ciencias Pedagógicas (ICCP) y la Universidad Pedagógica Nacional ‘Francisco Morazán’ (UPNFM).
“Estoy firmemente convencido que son estos tipos de relaciones las que nos deben interesar. Por acá pasaron (José) Martí, (Antonio) Macedo, (Máximo) Gómez y otros líderes independentistas cubanos que fueron amigos de aquellos dirigentes hondureños.
Las relaciones Honduras y Cuba históricamente han sido de respeto – concluyó Reyes – y hoy, con este gobierno y este pueblo organizado y solidario, se va a fortalecer el proceso de amistad e intercambio”.