El conflicto armado en Sudán, que estalló a mediados de abril de 2023, ha causado graves daños a las infraestructuras del país, como carreteras e instalaciones de agua potable y electricidad, lo que supone una gran amenaza para la salud de millones de personas en las zonas afectadas.
El área metropolitana de Jartum, conformada por la capital, Jartum, y las ciudades vecinas de Jartum Norte y Omdurmán, es el epicentro del conflicto armado y donde los combates son más intensos.
Desde que se inició el conflicto, las infraestructuras esenciales como las plantas de tratamiento de agua, estaciones de suministro y tuberías han sufrido graves daños.
Además, la escasez de personal de gestión y de piezas para el mantenimiento de las infraestructuras ha provocado la interrupción prolongada del suministro de agua en varias regiones de la zona, dejando a cientos de miles de hogares sin líquido vital durante varios meses.
Abdullah Mohammed, Residente local, señaló: «Estamos sufriendo por la falta de agua a la que nos enfrentamos casi todos los residentes. Tampoco había electricidad. La electricidad que tenemos aquí se recuperó hace tres días. Antes vivíamos a oscuras por la noche. No había agua ni electricidad”.
Actualmente, en 15 de los 18 estados de Sudán hay conflictos, e incluso en las zonas que no se han visto afectadas directamente por la violencia también tienen escasez de agua y electricidad.
Tras el estallido del conflicto, la ciudad costera de Puerto Sudán, en el este del país, ha acogido a unas 200.000 personas que huían de las zonas del conflicto. La afluencia de esa gran cantidad de personas ha limitado aún más el suministro de agua y electricidad en Puerto Sudán.
Essam Ali, Residente local, dijo: «La zona se ha vuelto densamente poblada, supongo que el agua de la ciudad es insuficiente para cubrir el consumo de un mes”.
Además del suministro de agua, muchas regiones de Sudán tienen problemas con los sistemas de tratamiento de aguas residuales, que están provocando la transmisión generalizada de enfermedades infecciosas entre la población.
Desde julio de este año, varias zonas de Sudán están padeciendo por una segunda ola de brote de cólera desde el inicio del conflicto armado en 2023. Según las estadísticas, Sudán ha registrado más de 30.000 casos confirmados de cólera en todo el país, con más de 900 muertes notificadas.