Con motivo del 25N, día Internacional para la eliminación de la violencia frente a las mujeres, han sucedido numerosas manifestaciones en todo el Estado español. Desde Barcelona, se ha escrito un manifiesto redactado para el Noviembre feminista que llama a denunciar que las violencias machistas no son hechos aislados sino violencias estructurales y pone énfasis en el caso Pélicot, reclamando que la vergüencia y el miedo cambien de bando.

 

Manifiesto 25-N:

La vergüenza y el miedo, para los agresores!
Gobiernos y estados, asumíd responsabilidades!

El 25 de noviembre nos unimos, internacionalmente, para denunciar que las violencias machistas no son hechos aislados, sino violencias estructurales que forman parte de un sistema opresor.Reivindicamos la fuerza colectiva y diversa de mujeres, lesbianas, trans e identidades disidentes. Estas son revueltas feministas, movimientos permanentes para desmantelar y deconstruir el sistema cisheteropatriarcal, capitalista, racista, colonial y militarista que perpetúa estas violencias. Nuestras fuerzas colectivas y diversas son esenciales para resistir y transformar estas estructuras de poder institucionales que afectan profundamente nuestras vidas.

La fuerza colectiva de mujeres, lesbianas, trans e identidades disidentes cuestiona también el papel de los medios de comunicación y las redes sociales. No pueden ser cómplices de una narrativa que normaliza las violencias, el machismo, el racismo y el colonialismo replicando modelos que perpetúan la agresión y la impunidad. Los medios de comunicación y las redes sociales tienen la responsabilidad de colaborar en la denuncia de los agresores y señalar las estructuras de poder que los protegen, en lugar de culpabilizar las víctimas. Desgraciadamente, los contenidos que difunden las plataformas digitales dan visibilidad a las acciones de los agresores. Gobiernos y estados tienen que asumir su parte de responsabilidad y regular estas plataformas para garantizar que no acontezcan canales de difusión de violencias.

El caso Pélicot en Francia, en que decenas de hombres participaron en una violación, nos recuerda la impunidad con que se protege el poder masculino cuando se cruza con la violencia contra las mujeres. Esta impunidad no es exclusiva de este caso: se repite en agresiones como las que denunciaron las jornaleras onubenses el 2018, archivadas sin justicia, y que nos muestran como el sistema racista y patriarcal continúa culpando las víctimas, hasta el punto de deportarlas si se encuentran en situación irregular.

La decisión de Pélicot de hacer público el juicio, es un acto de reparación y de dignidad que cuestiona directamente esta dinámica, exigiendo que la vergüenza recaiga sobre los agresores y aquellos que los encubren. Por nuestra parte, hacemos público nuestro apoyo y solidaridad con todas las mujeres que sufren violencias, tanto con las que denuncian por vía penal como con las que no lo hacen: todas tienen los mismos derechos, y su proceso tiene que ser respetado. Que las mujeres agredidas hablen cuando, como y donde quieran; que denuncien si vuelan o si podan. El patriarcado nos quiere silenciosas, pero romper los silencios ha sido un triunfo de los movimientos feministas diversos.

Estas situaciones nos obligan a una reflexión profunda sobre la responsabilidad colectiva para evitar que estas agresiones se repitan. Esta responsabilidad social y política es esencial para avanzar hacia una sociedad libre de violencias machistas, donde las víctimas no sean silenciadas y los agresores no disfruten de impunidad, y para restaurar la dignidad y la justicia.

DIVERSAS: Somos feministas que vivimos por todo el territorio: pueblos, barrios, escuelas, hogares, centros de trabajo y universidades. Somos de todas las edades y nos reconocemos como lesbianas, trans, bisexuales, intersexuales, queer, asexuales, no binarias y heterosexuales. Tenemos diversidad funcional, sensorial e intelectual.

Somos migradas y racializadas, exiliadas y refugiadas, gitanas y payas. Somos las asesinadas, somos las presas, somos las que usan drogas y sobreviven a múltiples situaciones de vulnerabilidad. Somos las que vivimos en conflictos armados, donde las mujeres son las que continúan poniendo sus cuerpos y sobre sus cuerpos se expresa la violencia de las guerras.

Estamos en las fronteras, en el mar Mediterráneo y en todos los mares, porque las violencias machistas, a pesar de golpearnos de manera diferente, son estructurales.

JUNTAS PARA HACER ACCIONES COLECTIVAS: Las feministas, venidas del norte, del sur o atravesando mares, compartimos la fuerza y el deseo infinito de libertades y justicias globales. Nos unimos para afrontar de manera colectiva las diversas formas y expresiones de las violencias patriarcales.

Denunciamos las violencias que se manifiestan en muchos espacios de nuestra vida: las violencias sexuales, el acoso por razón de sexo y por razón de género en ámbitos laborales, académicos, culturales, deportivos, entre otros, a menudo percibidos como seguros pero que, en realidad, también acontecen escenarios de violencia. Denunciamos las violencias contra las mujeres grandes, destacando las violencias relacionadas con la carencia de curas dignas, negligencias institucionales y los abusos en espacios como las residencias. Además, las violencias digitales amplifican el alcance de la agresión en la era tecnológica, y tampoco podemos olvidar las violencias obstétricas, las económicas y las ejercidas contra mujeres e identidades disidentes que desafían los roles impuestos por esta sociedad.

Todas estas violencias están interconexionadas y responden a un sistema que atenta contra la libertad de nuestros cuerpos y de las vidas. Las madres y las criaturas sufren violencia vicaria e institucional, especialmente cuando se atreven a denunciar abusos sexuales, hecho que a menudo deriva en la pérdida de la custodia de sus hijos e hijas («arreglos»). Por otro lado, las mujeres
migradas y racializadas también se ven privadas de la custodia de sus hijos e hijas, puesto que instituciones como la DGAIA aplican criterios racistas y coloniales para justificar estas decisiones.

La carencia de recursos económicos y de vivienda digna dificulta un abordaje integral de las violencias machistas, puesto que muchas mujeres se ven forzadas a convivir con sus agresores o a quedarse en entornos familiares hostiles por carencia de alternativas. Esta situación se agravia con los desahucios, que no solo dejan las mujeres sin hogar, sino que también pueden poner en riesgo la custodia de sus criaturas. Además, las mujeres en situación administrativa irregular no tienen acceso a ayudas sociales ni pueden firmar contratos de alquiler, hecho que las deja en una situación de extrema vulnerabilidad y las limita todavía más en su camino para salir de entornos violentos.

Denunciamos que los ayuntamientos incumplen la ley en no empadronar personas migradas,
negando principalmente a las mujeres el derecho a la salud universal, la escolarización de los hijos e hijas y múltiples servicios básicos como por ejemplo los trámites ante Extranjería.

Las múltiples violencias contra las trabajadoras del hogar y de las curas, en su mayoría migrantes, continúan reproduciéndose a pesar de la ratificación del convenio 189 del OIT. La reciente Normativa de Riesgos Laborales deja la seguridad a la evaluación de las personas empleadoras, sin posibilidad de ser fiscalizada por los organismos competentes.

Reclamamos la libertad de las retenidas en los Centros de Internamiento para Extranjeros (CIE).
Denunciamos que estas prisiones separan madres de sus criaturas, interrumpen lactancias y deportan mujeres sin recursos hacia la misma violencia de la cual huyeron.

Recuperamos nuestra memoria histórica y denunciamos las violencias contra las mujeres encarceladas durante el franquismo a través del Patronato de Protección de la Mujer, porque los impactos de estas agresiones perviven todavía en generaciones posteriores.

La reciente modificación de la Ley Mordaza continúa criminalizando las protestas de varios colectivos y refuerza un estado policial que intensifica el control social. Esta ley afecta especialmente las trabajadoras sexuales, que se ven forzadas a desplazarse en espacios inseguros y a sufrir acoso policial, una situación que también impacta en las posibles víctimas de trata.

VIVAS: Queremos transitar por espacios y territorios sin miedo. Queremos una sociedad donde no tengan lugar las violencias machistas; nos va la vida. Por eso, tejemos alianzas y nos unimos a otros feministas del país y de todo el mundo en esta lucha. En casa nuestra, el eco de sus voces y acciones resuena en nuestro interior, y esto nos hace sentir más vivas que nunca.

LIBRES: Este 25N, las feministas continuamos con el objetivo de derrocar el sistema capitalista, heteropatriarcal, racista y colonial para construir una sociedad donde vivamos en libertad, sin violencias machistas y con vidas dignas. Exigimos mujeres libres en territorios libres, liberados de las violencias de las guerras y del militarismo patriarcal, racista, imperialista y colonial. Pedimos en los gobiernos que actúen para garantizar una acogida y refugio dignos, sin discriminación para las mujeres que huyan de las guerras y de sus consecuencias.

Rechazamos la política de derechas del Pacto Europeo de Migración y Asilo (PEMA) que en vez de facilitar una acogida digna y cálida a las personas que huyen de varias procedencias y situaciones de violencias, el que hacen es organizar verdaderos campos de detención para estas personas, fortaleciendo y militarizando todavía más las fronteras.

De manera especial, nos unimos en el dolor y nos solidarizamos con las mujeres palestinas que sufren las violencias y el genocidio que el estado de Israel comete contra Gaza y toda Palestina. Nuestra sororidad con las mujeres del Líbano, Irán, Afganistán, Rojava, Ucraina, Nicargua y de todo el mundo que resisten contra las guerras y las violencias específicas que estas generan.

EXIGIMOS:

  • Políticas públicas integrales con recursos suficientes en protección y recuperación
    frente a las violencias machistas, con implicación de todas las administraciones,
    especialmente en educación, salud y justicia, y con una atención especial a personas en situación de vulnerabilidad.
  • Protocolos accesibles que reconozcan la diversidad de las violencias machistas y de las personas que la sufren.
  • Que las administraciones públicas y el sistema judicial —juezas, fiscales, abogadas
    y personal administrativo— incorporen una perspectiva de género y antidiscriminación que asegure la prevención, investigación y reparación efectiva en casos de violencia machista. Tienen que garantizar los derechos de todas las personas, independientemente de su condición, expresión, identidad u orientación afectiva y sexual.
  • Derogación de la ley de extranjería por su violencia institucional y patriarcal hacia
    las mujeres migradas y en situación administrativa irregular. Cierre inmediato de los CIEs. Regularización, ya!
  • Derecho a una vivienda digna, con la eliminación de las trabas de una burocracia
    innecesaria para las personas en riesgo de exclusión, así como el derecho al empadronamiento sin domicilio fijo para garantizar el acceso a los derechos básicos. Regulación y acceso universal a los suministros de agua, luz y gas para asegurar una vida digna, especialmente para las familias monomarentals.
  • Regulación de los alquileres para priorizar las necesidades de las personas, proteger de desahucios y favorecer la estabilidad habitacional.
  • Reconocimiento de las trabajadoras del hogar y las curas dentro del régimen general de la Seguridad Social y cumplimiento efectivo del Convenio 189 del OIT. Derechos llenos para todas, incluidas las trabajadoras internas.
  • Protección laboral para las trabajadoras del hogar y las curas, con inspecciones para asegurar condiciones seguras y detectar vulneraciones de derechos laborales.
  • Una educación efectiva-sexual obligatoria a lo largo de todas las etapas educativas, con formación continuada en perspectiva feminista para el profesorado y agentes educativos. Esta formación hace falta que incluya las personas trans, referentes y activistas y que promueva valores inclusivos para transformar la cultura de la violencia.
  • Medios de comunicación responsables, con perspectiva feminista en el tratamiento de las informaciones sobre las violencias machistas, y regulación de plataformas digitales para evitar la difusión de violencia e impunidad.

Este 25N, respondemos de manera colectiva a estas agresiones, sabiendo que solo JUNTAS,DIVERSAS, VIVES, LIBRES Y REBELDES podemos deshacer este círculo de violencia que nos oprime. Hagamos un llamamiento a salir a las calles con determinación. Nuestras voces y cuerpos serán el testigo vivo de nuestras denuncias y reivindicaciones. No callaremos ante ninguna forma de violencia, porque todas son expresiones de un sistema que perpetúa la agresión y la opresión del sistema capitalista, heteronormativo y patriarcal, militarista, racista y colonial. Tanto las violencias más visibles como las más sutiles requieren una respuesta decidida y colectiva.

NOS REBELAMOS desde nuestras diversidades con movilizaciones, asambleas y acciones de ocupación de calles y plazas. El que nos une es visibilizar la furia contra las violencias machistas y no pararemos hasta ser libres. Nos declaramos comunidades de acción y de resistencia feminista y fortalecemos nuestras alianzas por encima de nuestras diferencias. Celebramos la vida, porque estimamos la vida, por la libertad, por la comunidad, porque queremos continuar existiendo.
Celebramos la fuerza y salud de los feminismos decolonials y gritamos a la sororidad entre mujeres e identidades disidentes para hacer tambalear privilegios.
Desde los movimientos feministas, expresamos nuestro pésame y toda la solidaridad con todas las personas que han perdido seres queridos y con todas las personas afectadas por los chaparrones en el País Valenciano, Albacete, Cuenca y otros territorios. Porque estos episodios extremos ya no son fenómenos aislados, sino la nueva normalidad de una crisis climática, nos rebelamos y exigimos medidas urgentes y permanentes para garantizar la vida de las personas y del planeta. Todas las vidasimportan.

  • QUE EL MIEDO Y LA VERGÜENZA CAMBIEN HACIA LOS AGRESORES
  •  QUE GOBIERNOS Y ESTADOS ASUMAN RESPONSABILIDADES.
  •  SUFICIENTES VIOLENCIAS MACHISTAS, SE HA ACABADO!
  •  NOS VA LA VIDA DE LAS PERSONAS Y DEL PLANETA .
  •  NI UNA MUERTA MÁS! NOS QUEREMOS VIVAS!
  •  ESTAMOS EN ESTADO DE ALERTA TOTAL Y NO PARAREMOS!
  •  SOLO SÍ ES SÍ
  •  NO ES NO
  •  AUTODEFENSA Y AUTOORGANIZACIÓN FEMINISTA!
  •  NO A LOS GENOCIDIOS! NO AL PATRIARCADO DE LA GUERRA!

#VergonyaiPorxAgressors #25NjuntesvivesiRebels
Noviembre Feminista. 25N – 2024