Conversamos por videollamada con Sandra Arriola Oporto, candidata a concejal por el Partido Humanista en la comuna de Peñalolén, en el trayecto en bus desde su departamento en la Villa Naciones Unidas hasta un taller de horticultura para adultos con discapacidad que se realizó en la Casona Nemesio Antúnez, con gente de las comunas de La Reina, Peñalolén, Quilicura … ¡hacer esta entrevista fue una hazaña en cuanto a enfoque mental y estabilidad verbal y corporal!

Sandra es una activista humanista, animalista y con mentalidad feminista con una larga experiencia comunitaria en Peñalolén con gente en situación de calle y personas con discapacidades, lo cual la ha llevado también a grupos de adultos mayores y sus cuidadores. Además, es profundamente animalista: rescatista, y tiene su familia perruna de 5 más dos gatos. Pertenece a una fundación con transporte que paga hogares temporales hasta que aparecen personas dispuestas a adoptar. Cuando el animal se rescata, inmediatamente se le hace una evaluación, se vacuna, desparasita y se esteriliza o castra. Además, se hace manejo de conducta y se instruye a los adoptantes, buscando siempre que cuenten (con un esoacio acorde al tamaño y carácter del perro. El amor se da por descontado.

Pressenza: ¿Qué crees que caracteriza a Peñalolén? Cuéntanos tu experiencia y visión de la comuna.

Sandra: Yo soy nacida y criada en la comuna, no me he cambiado ni de casa ni de barrio (risas). Vivo en la Villa Naciones Unidas, que es parte de La Faena. Su característica es que se encuentra a los pies de la cordillera. Peñalolén es una comuna relativamente nueva: antes era parte de Ñuñoa, y de su división también salió La Reina. El territorio de Peñalolén tiene harta historia y patrimonio. Están los pobladores de Lo Hermida, entre los que destacan las bordadoras de arpilleras, que cuentan en imágenes historia de sus comunidades. También se puede hablar de la Villa Grimaldi, sitio de memoria histórica donde en la dictadura se torturó  y se hizo desaparecer a tanta gente. Además, siguiendo con la cosa histórica, la actual Avenida Consistorial antes se llamaba «El cajón del Baño», porque ahí se bañaban los caballos cuando todo esos terrenos eran parcelas. O la historia de que la misma La Quintrala poseía terrenos en el actual límite con la comuna de La Reina y se bañaba ahí con sus esclavos. En fin, hay una rica historia patrimonial que merece ser rescatada.

También podríamos hablar de su gente, las organizaciones para la vivienda, como el MPL, a los que siempre se les dice «no hay terrenos» para cumplir su sueño de una casa propia, y se les tira a la periferia, cuando sí los hay para las inmobiliarias. Debemos hacer un ordenamiento territorial: creo que es súper importante que la gente que tiene sus redes acá no tenga por qué migrar a otras comunas. Más del 60% de la gente vive o allegada o arrendando, y busca algo tan básico como una vivienda propia en la comuna en que siempre ha habitado. ¿Por qué la gente más humilde no puede tener ese sueño? Más encima, los precios de los terrenos no han parado de subir y el SERVIU ha tenido que competir a precios de mercado con inmobiliarias privadas para la compra de paños destinados a vivienda social. No hay más que mirar al sector de Las Pircas o Las Viñas, donde -como su nombre lo indica- había varias viñas y ahora se está vendiendo y construyendo por plazo a inmobiliarias que apuntan a compradores de clases medias a medias altas, mientras las organizaciones de allegados siguen esperando su turno. Los dueños de los terrenos no hacen absolutamente ningún esfuerzo para vender a un precio menor para hacer posible el fin del drama de los allegados.

Pressenza: Pasemos a las propuestas. ¿Qué propones tú como futura concejala?

Sandra: Hay tanto por hacer. Ahora mismo estoy yendo a un festival de la discapacidad donde exponemos todos los talleres de pintura, medio ambiente, etc, al cual hemos invitado a varias comunas. Nosotros trabajamos en reciclaje y horticultura. Uno aprende mucho más de lo que aporta a las organizaciones que participan en este tipo de instancias.

A mí me preocupa mucho el tema de la discapacidades y sus cuidadoras. Por lo general estas son una de sus hijas, a veces madres ellas mismas, que desempeñan 24/7 una tremenda labor de cuidados no remunerados, lo que va muy en desmedro de su calidad de vida. El resto de la familia no suelen relevarlas: muchas veces están solas cuidando a su padre o madre postrado, y más encima tienen que atender a la familia cuando viene de visita.

Hoy con esta fundación estamos en un proyecto que ganamos, tratando de sacarlas 3 horas todos los viernes para que vayan a talleres de baile, autoestima, psicología, contención emocional. El proyecto empieza el próximo mes y también cubre charlas sobre derechos de las personas con discapacidad.

Otro proyecto en el que participé es el de Teatro del adulto mayor: en el escenario ellos cambian, se empoderan. Finalmente, acá en Chile, cuando se jubilan, nuestra sociedad es bien ingrata con ellos. Sin embargo, tienen un tremendo potencial y les queda mucha vida todavía ahora por disfrutar, luego de trabajar una vida entera. Ojalá no tuvieran que trabajar, pero lamentablemente las pensiones siguen siendo demasiado bajas. Cuando me encuentro jubilados estacionando autos en los supermercados, me da una rabia… es el «pago» de Chile.

Así que hay hartos proyectos. El tema de las huertas, promoviendo la sustentabilidad. Puede que me odien los feriantes (risas), pero creo que hay que masificar los huertos comunitarios. En casa lo tenemos todo, pero desde hace 50, 40 años, con la llegada de la televisión, el marketing nos ha adiestrado a comprarlo todo: el detergente, por ejemplo, ¡cuando se puede hacer detergente con cáscaras de limón o naranja! No tendríamos tanta basura, ni tampoco tantos gastos. Me interesa mucho trabajar la economía circular junto con las juntas de vecinos. Se nos vienen tiempos difíciles económicamente, así que hay que prepararse. Y también porque tenemos que cuidar la naturaleza: Chile es un país que está ocupando el recurso «hacia abajo», ocupamos muestras reservas naturales. Peñalolén, que no tiene CAC, a pesar de que los vecinos lo hemos impulsado varias veces…

Pressenza: ¿Qué es un «CAC»?

Sandra: Es el Comité Ambiental Comunal. Cada comuna lo necesita para fines de certificación y fiscalización, y debería estar integrado por los diferentes actores de la sociedad civil, incluyendo las inmobiliarias, en materias ambientales. En nuestra comuna, la Municipalidad siempre se ha metido a designar a las personas de su preferencia para integrar el CAC, lo que en realidad le corresponde a la ciudadanía. La Municipalidad se ganó el sello Oscar ambiental del WWF (World Wide Fund for Nature), lo cual es raro, porque ni siquiera cuenta con un CAC. Hay cosas que hay que regular ahí, para una mayor transparencia.

Otro tema es la preservación de la precordillera. Se ha promovido el Plan Regulador, pero la gente no sabe, no se informa, y si tuviera que votarse, me temo que el resultado no sería el mejor. Está la falla de San Ramón, y la inmobiliarias están muy interesadas en cambiar el Plan, porque detiene un poco las edificaciones de gran altura al otro lado de Tobalaba», lo cual es un riesgo tremendo.

Una pequeña parte del huerto comunitario de la casona Nemesio Antúnez

 

Pressenza: Algunas palabras antes de terminar.

Sandra: Difícilmente yo voy a pedir el voto, simplemente me doy a conocer. Hemos hecho un largo trabajo como dirigentes y la idea es tener más incidencia en un puesto local. Pero desde allí seguir trabajando para y con la gente: la concejalía es de la ciudadanía. Eso es sumamente importante, y hay mucho trabajo pendiente que hay que hacer en conjunto para mejorar nuestra comuna. Apuntamos a una democracia directa y participativa real, en que las soluciones salgan de los mismos vecinos organizados, generando espacios en que dialoguemos y avancemos juntos. En eso estamos