La previsible escalada bélica en Oriente Medio podría reeditar la Crisis del Petroleo de 1973 de nefastos recuerdos para la economía mundial y que se traduciría en el vasallaje energético de la Unión Europea del gas licuado y del crudo estadounidense.
Así, el previsible incremento de la escalada bélica se traduciría en una escalada del crudo hasta los US$150, un brutal aumento de las tasas de inflación, el consecuente incremento del precio del dinero por parte de los Bancos Centrales, la subsiguiente asfixia económica de incontables países y finalmente, la entrada en escenarios de estanflación, caracterizados por un estancamiento económico y una alta inflación (secular stagflation).
¿Nueva crisis del petróleo?
Dado que las energías alternativas todavía necesitan enormes subsidios como para ser viables en los países en vías de desarrollo, la práctica del fracking suscita recelos medioambientales y la inercia de los activos petroleros no permitirá que las grandes compañías abandone sus equipos e infraestructura actuales, la economía mundial seguirá gravitando sobre la dependencia del petróleo en la próxima década.
Así, la Agencia Internacional de la Energía (AIE), en un informe titulado «Perspectivas mundiales de inversión en energía», advierte que será necesario invertir 48 Billones de dólares hasta el 2035 para cubrir las crecientes necesidades energéticas mundiales. Los principales países desarrollados cuentan con reservas estratégicas de petróleo que destinan exclusivamente para uso en situaciones críticas para garantizar el consumo interno durante un par de meses.
Sin embargo, según el Departamento de Energía de EEUU, las reservas en dicho país habrían sufrido un brutal descenso y serían de 374,4 millones de barriles de petróleo muy por debajo del nivel de 600-700 millones de la última década y en el caso de China, tendría almacenados unos 511 millones de barriles, por lo que su reserva de crudo equivale a entre 40 y 50 días.
Asimismo, los inventarios mundiales habrían sufrido una caída en el segundo trimestre de 57 millones de barriles en los inventarios mundiales, lo que aunado con el recorte voluntario de producción de 2,2 millones barriles por día, pactado entre Rusia y la OPEP hasta finales del 2025 y la falta de resolución del contencioso iraní, han provocado un déficit diario de 1 millón de barriles al día y una peligrosa «ansiedad de oferta» para incrementar los inventarios de los países, originando la escalada del crudo Brent hasta los US$75 el barril.
Caso de incrementarse la escalada bélica en Oriente Medio, Irán podría tratar de impedir el tráfico a través del estratégico Estrecho de Ormuz si Estados Unidos recurre a la acción militar contra la República Islámica. Según estimaciones de la AIE (Agencia Internacional de la Energía), 13,4 millones de barriles por día (bpd) de crudo pasarían a través del estrecho canal en buques petroleros,(lo que representa casi el 30 por ciento del suministro de crudo que se comercializa mundialmente), con lo que el crudo podría escalar hasta los US$150, reeditando la Crisis del Petroleo de 1973.
Así, se originaría una psicosis de desabastecimiento mundial que tendría su reflejo en un salvaje encarecimiento de los fletes de transporte y de los fertilizantes agrícolas. Ello, aunado con inusuales sequías e inundaciones en los tradicionales graneros mundiales y la consecuente aplicación de restricciones a la exportación de commodities de dichos países para asegurar su autoabastecimiento, podría desembocar en el desabastecimiento de productos agrícolas en los mercados mundiales, el incremento de sus precios hasta niveles estratosféricos y la consecuente crisis alimentaria mundial.