Omara Portuondo, la legendaria diva del Buena Vista Social Club, debe presentarse hoy en la ciudad de Budapest, la capital húngara, según dió a conocer su hijo Ariel Jiménez Portuondo en un comunicado.
Su también representante aclaró desde España en Facebook que este domingo la famosa cantante cubana sólo subirá al escenario junto a la Orquesta Failde para recibir un homenaje de la agrupación y el público asistente.
«En esta ocasión Omara no cantará, recibirá el cariño y el aplauso», señaló el texto publicado luego que la artista de 93 años mostrara «signos de fatiga y desorientación» durante un concierto el pasado 2 de octubre junto a la Failde en el Palau de la Música de Barcelona, España, por lo que fue necesario retirarla del escenario.
En cuanto al seguimiento de salud de la intérprete, afirmó que la estrella de la canción cubana viaja acompañada desde hace 20 años por su médico de cabecera, se le realizan exámenes periódicos y se monitorean sus indicadores.
En lo adelante Omara seguirá ensayando y grabando desde su estudio en casa o participando en homenajes y encuentros con el público que la quiera agasajar, solo en la medida en que su salud y disposición lo indiquen, apuntó su hijo y también manager.
«Su familia y admiradores más fieles entenderemos que siga cantando cuando quiera y como lo sienta, porque se ha ganado ese derecho», concluyó el comunicado a pocos días de que cumpla 94 años, el próximo 29 de octubre.
Omara Portuondo nació en La Habana en 1930 y comenzó su carrera en 1945 como bailarina del famoso cabaret Tropicana.
Es considerada una de las grandes exponentes de la música tradicional de la isla caribeña y, además de su voz, su cubanía la identifica en cada presentación.
La cantante del Buena Vista Social Club, agrupación que revivió el interés internacional por la música tradicional cubana, integró el selecto catálogo de intérpretes que ubicaron a la nación caribeña en el pentagrama sonoro del mundo junto a Eliades Ochoa, Ibrahim Ferrer, Compay Segundo, Rubén González y Orlando «Cachaito» López.
La popularidad de la novia del feeling, como la llaman también en Cuba, marcó a toda una generación amante del difundido género que nació en la primera mitad del siglo XX.