Tras el previsible ataque de Israel a las infraestructuras petrolíferas y nucleares iraníes y la contrarréplica iraní, la CIA y el Mossad israelí tendrían prepararían atentados de falsa bandera en el Golfo Pérsico similares al del acorazado Maine de 1848, y tras atribuir su autoría a los iraníes, el Congreso estadounidense declararía el Estado de Guerra contra Irán con el doble objetivo de secar las fuentes energéticas de China y configurar la cartografía del Nuevo Oriente Medio.

Israel y la espiral de silencio de la mass media
El presunto fallo de seguridad israelí al menospreciar las informaciones egipcias que 10 días antes avisaron de que Hamas preparaba una gran ofensiva, sería la trampa diseñada por el Mossad para declarar el Estado de Guerra y arrasar Gaza, Líbano e Irán en aras de implementar el Gran Israel.
Las ofensivas militares israelíes contra Gaza, Cisjordania y el Líbano estarían amparadas por la “espiral del silencio” de los principales medios de comunicación de masas mundiales controlados por el lobby judío trasnacional, teoría formulada por la politóloga alemana Elisabeth Noelle-Neumann en su libro “La espiral del silencio. Opinión pública: nuestra piel social” (1977).
Dicha tesis simbolizaría “la fórmula de solapamiento cognitivo que instaura la censura a través de una deliberada y sofocante acumulación de mensajes de un solo signo”, con lo que se produciría un proceso en espiral o bucle de retroalimentación positiva y la consecuente manipulación de la opinión pública mundial por el lobby judío trasnacional (los palestinos y libaneses  son terroristas e Israel tiene derecho a defenderse).

Palestina y el efecto Underdog
El efecto Bandwagon u opinión de la mayoría provoca un rechazo posterior y despierta una simpatía por la opción minoritaria que se conoce como “efecto Underdog o perro apaleado”, término usado por primera vez en 1859 y que consiste en que “el individuo se inclinaría por la opción política menos valorada (perro apaleado), ya que la considera injustamente atacada o menospreciada”.
Así, el castigo asimétrico del régimen de Israel sobre la Franja de Gaza con más de 42.000 víctimas civiles, 10.000 muertos enterrados bajo los escombros y el 90% de las infraestructuras civiles arrasadas, ha desencadenado una ola de apoyo mundial a la población civil gazatí masacrada por Israel.

Líbano, siguiente fase del Gran Israel
Tras la decisión de la Corte Penal Internacional de solicitar órdenes de arresto contra Netanyahu y Galant acusados de «crímenes de lesa humanidad», Netanyahu es sabedor de que una vez acabada la guerra asimétrica contra Hamas, se arriesga a un proceso penal internacional. Así, Joe Biden, en una entrevista publicada por la revista Time, admitió que «Netanyahu, estaría prolongando la guerra por motivos políticos y para mantenerse en el poder al frente de una compleja coalición de gobierno».
Así, tras dar por finalizada la campaña de Gaza, y a pesar de que Israel no obtuvo la respuesta que esperaba en forma de ataque de Hezbolá, Netanyahu con las bendiciones de Estados Unidos, habría decidido invadir el Sur del Líbano con la esperanza de ganar tiempo hasta la previsible victoria en noviembre de un Donald Trump, en la certeza de que podrá contar con sus bendiciones para exonerarlo de toda culpabilidad ante la Corte Penal Internacional.
El acuerdo alcanzado entre Biden y Netanyahu incluiría además el envío a Israel de cerca de 1800 bombas de 2000 kilos de peso para arrasar el Sur del Líbano y conseguir desplazar a sus 400.000 habitantes al otro lado del río Litani, crear un anillo de seguridad para los asentamientos israelíes y asimismo y ganar tiempo hasta la posible victoria en Noviembre de Donald Trump,

Irán en el punto de mira
El asesinato en Beirut del líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, sería una nueva trampa para involucrar a Irán en la escalada bélica e iniciar su desestabilización con ayuda de EEUU.
Israel considera a Irán «el mayor exportador de terror y de violación de los Derechos Humanos en el mundo al tiempo que sigue enriqueciendo uranio y se acerca peligrosamente a la obtención de una bomba nuclear que podría lograr en las próximas semanas». Sin embargo, tras la aprobación por el Congreso y Senado de EE.UU. de una declaración preparada por Lindsey Graham y Robert Menéndez que señala con rotundidad que «si Israel se ve obligado a defenderse y emprender una acción (contra Irán), EEUU estará a su lado para apoyarlo de forma militar y diplomáticamente», estaríamos asistiendo al aumento de la presión del lobby pro-israelí de EE.UU. (AIPAC) para proceder a la desestabilización de Irán por métodos expeditivos.
Así, tras el previsible ataque de Israel a las infraestructuras petrolíferas y  nucleares iraníes y la contrarréplica iraní, la CIA y el Mossad israelí tendrían prepararían atentados de falsa bandera en el Golfo Pérsico similares al del acorazado Maine de 1848, y tras atribuir su autoría a los iraníes, el Congreso estadounidense declararía el Estado de Guerra.Este proceso es conocido como «autorización estatutaria» y es un requisito imprescindible para que el Presidente Biden pueda aplicar la Ley de Poderes de Guerra de 1973 que le faculta para enviar tropas al extranjero.

Así, aprovechando que Rusia está ocupada con Ucrania, China rodeada por el arco de crisis nuclear del AUKUS para proteger a Taiwán y que las reservas estratégica de EEUU están en máximos, el Pentágono aprovechará la respuesta de Irán para iniciar una nueva Guerra en Oriente Medio con el doble objetivo de secar las fuentes energéticas de China y configurar la cartografía del Nuevo Oriente Medio.