Por Sol Pozzi-Escot
En esta entrevista, el poeta Marco Martos reflexiona sobre su participación en el documental «Marco Martos: Palabra, Tiempo, Poesía» dirigido por Mario Pozzi-Escot. Martos comparte detalles sobre su trayectoria, su evolución como creador y su profunda conexión con la poesía. Además, revela cómo este proyecto cinematográfico le permitió mirar su vida desde nuevas perspectivas y cómo espera inspirar a los espectadores a acercarse a la poesía.
¿Por qué decidió aceptar la propuesta del cineasta Mario Pozzi-Escot y participar en el documental «Marco Martos: Palabra, Tiempo, Poesía”?
Conozco desde hace buen tiempo la calidad del trabajo de Mario Pozzi-Escot y considero que imagen y poesía pueden darse de la mano un acto de servicio mutuo. Cosa que no es muy frecuente.
Un documental como este requiere de que su personaje principal, en este caso usted, mire hacia atrás, hacia su prolífica carrera como poeta. ¿El proceso del rodaje del documental le permitió entenderse a sí mismo y a su obra bajo otras perspectivas?
Sí, la vida, es siempre mirar adelante, pero a veces, como en este caso, desde la atalaya que es la película, uno puede hacer un recuento de lo hecho y de lo que considera útil hacer.
¿Cómo fue la dinámica de trabajo con el director del documental? ¿Qué es lo que quisieron mostrar sobre su vida y su trabajo?
Al comienzo hemos conversado mucho sin grabar nada. Pudimos señalar algunos puntos de interés y como el director conoce bien las técnicas del cine, el espectador no se aburre pues la narración no es lineal.
¿Cuáles fueron los mayores retos con los que se encontró en ese proceso tan personal?
Aunque tengo experiencia de hablar en público, hacerlo sin titubear, sin dudar en la palabra elegida, es siempre una tarea. Como conozco algo de teatro y he visto muchos ensayos no me incomoda repetir algo hasta que salga bien.
El documental cuenta también con entrevistas a personas cercanas a usted, que lo han conocido en distintos puntos de su vida. ¿Quiénes han sido las personas que más han marcado su vida y su trabajo, tanto a nivel personal como de creación poética?
Rosa Carrera y Néstor Martos, mis padres. Profesores en el colegio San Miguel de Piura, Roberto Nolte matemática, Luis Rojas, matemática, Domingo Riqueros, literatura, Luis Ramos Zambrano, psicología.
En la universidad, Washington Delgado, Luis Jaime Cisneros, José Miguel Oviedo, Enrique Carrión. Amigos: Mario Sotomayor, Hildebrando Pérez, Carlos Garayar, Elqui Burgos, Luis Varela, Antonio Cisneros, Rodolfo Hinostroza, Mito Tumi, Carlos Guevara, Jaime Urco, Carlos Orellana, Roger Santivañez. Luis Alberto Castillo, Marisol Bello, Luisa Pinto, Consuelo Pasco, Juan Morillo, Miguel Gutiérrez, Houdini Guerrero, Sigifredo Burneo, Julio Fabián, Félix Quesada, Jorge Rodríguez.
Amigos académicos de fuera del país: Julio Calvo, Alfredo Matus, Estrella Cartín, Wilfredo Penco, José Luis Barcia, Jorge Covarrubias
Poetas; Homero, Virgilio, Dante, San Juan de la Cruz, Lope de Vega, Góngora, Quevedo, Baudelaire, Rimbaud, Mallarmé, Eluard, Apollinaire, Vallejo, Huidobro, Belli, Blanca Varela, Brecht, Trakl, Celan, Paz, Parra, Borges, Eliot, Wallace Stevens, Ungaretti, Quasimodo, Montale. Paro de contar.
El documental plantea una visión íntima de su vida, de su cotidianidad, pero también de su relación con su creación poética. ¿Qué aspectos de su vida, o de la vida en general, le son fuente de inspiración?
Siendo joven casi todos los poemas me concernían, poco a poco aprendí a cantar al mundo. Ahora solo una porción de lo que escribo me atañe directamente. He aprendido a hacer poemas que son más de los demás.
En su juventud, ¿qué fue lo que lo acercó a la poesía?
Mi padre tenía muchos libros y, entre ellos, numerosos de poesía. Me aficioné a ella porque me encantaba el ritmo y aprendí muchos poemas de memoria. Los decía en voz alta, para mí mismo. Cuando mis padres descubrieron esa afición me estimularon. Leía principalmente a poetas chinos traducidos por Marcela de Juan y a poetas españoles e hispanoamericanos. Hasta ahora puedo repetir algunos poemas que memoricé en esos tiempos. Pero la escritura de poesía la aprendí más tarde, en la universidad.
Como sabemos, usted es una de las figuras más importantes de la generación del 60. Desde que usted comenzó a escribir hasta el día de hoy, ¿ha cambiado su forma de abordar la poesía, la creación artística?
Tengo mucho cariño por mis primeros libros, son descarnados, fuertes, participativos. Tenían, sin duda, mucha fuerza. Hacia fines del siglo XX hice un estudio completo, o lo más completo, de las técnicas conocidas de poesía y eso dio fluidez y apariencia de naturalidad a mi poesía. Al mismo tiempo pude diversificar los temas. A tal punto que ahora puedo escribir un libro cada año. Procuro que cada volumen tenga su propia personalidad, si así puede hablarse de un texto poético.
En un contexto social y político como el de hoy ¿la poesía representa una forma de resistencia o es más bien una forma de evasión?
No entiendo a la poesía llamada evasiva. Finalmente no es nada. Todo texto poético valioso toma contacto con la realidad, la canta y crea otra realidad como aconsejaba Vicente Huidobro.
¿Con qué mensaje le gustaría a usted que el público se pueda quedar después de ver la película?
Me encantaría que las personas, al llegar a su casa, abran un libro de poesía.