Cruzando fronteras y cubriendo áreas cruciales para la biodiversidad, estos parques buscan ser un ejemplo de cómo el medio ambiente puede actuar como un puente para superar barreras políticas y sociales
En una sociedad donde el conflicto y la división siguen marcando el ritmo de las relaciones internacionales, el concepto de «Parques de la Paz» ha surgido como una herramienta crucial para combinar la conservación del medio ambiente con la promoción de la cooperación y la paz entre las naciones.
La conexión entre parques y paz no es nueva. Desde la creación del Parque Internacional de la Paz Waterton-Glacier en 1932, ubicado en la frontera entre Canadá y Estados Unidos, la iniciativa ha crecido y diversificado. Esta clasificación pretende no sólo conservar el entorno natural, sino también fomentar la colaboración entre países, reduciendo tensiones y resolviendo disputas fronterizas.
Esta visión fue abordada por Nelson Mandela en 1997, quien afirmó: “No conozco ningún movimiento político, ninguna filosofía o ideología que no esté de acuerdo con el concepto de parques de paz tal como lo vemos hoy en día. Es un concepto que todos pueden adoptar. En un mundo acosado por el conflicto y la división, la paz es una de las piedras angulares del futuro. Los parques de paz son piedras angulares de este proceso, no sólo en nuestra región, sino potencialmente en todo el mundo”. (1)
Objetivos y Beneficios
La creación de estos parques transfronterizos tiene una serie de objetivos fundamentales. Estos incluyen promover la paz y la cooperación entre países, reconciliar naciones que alguna vez estuvieron en guerra y preservar conjuntamente ecosistemas vitales. Además, permiten un acceso equitativo y sostenible a los recursos naturales, mejorando la gestión compartida de la biodiversidad, fundamental en una sociedad gravemente afectada por el cambio climático.
A nivel ambiental, los Parques de la Paz aumentan la resiliencia de los ecosistemas ante amenazas externas, como la contaminación y las especies invasoras. Contribuyen simultáneamente a la supervivencia de especies migratorias y amenazadas, permitiendo una gestión conjunta de sus hábitats a medida que cruzan fronteras políticas.
Desde un punto de vista socioeconómico, estos parques abren oportunidades para el desarrollo del ecoturismo y el comercio transfronterizo, proporcionando una fuente sostenible de ingresos para las comunidades locales. Culturalmente, permiten promover identidades regionales compartidas y resaltan el valor del conocimiento tradicional de las comunidades indígenas en el manejo de los recursos naturales.
El papel de la cooperación internacional
La creación y gestión de Parques de la Paz está respaldada por un sólido marco de políticas internacionales, que involucra múltiples convenciones y tratados. Entre ellos se incluyen principalmente el Convenio sobre la Diversidad Biológica, la Convención del Patrimonio Mundial de la UNESCO y la Convención de Ramsar. Estas alianzas reconocen la importancia de las áreas de conservación transfronterizas no sólo como herramientas para la preservación ambiental, sino también como mecanismos para la consolidación de la paz.
Por ejemplo, el Parque de la Paz entre Perú y Ecuador, surgido tras la firma de la Ley de Brasilia en 1998, destaca cómo la gestión conjunta de un espacio natural y su biodiversidad puede promover la resolución de un conflicto histórico, fortaleciendo la cooperación entre los dos países, sin dejar de lado a las comunidades locales en la conservación de sus recursos naturales. Además de las Zonas de Conservación Transfronterizas, el puente entre cohesión transfronteriza y parques alusivos a la paz concebida por la Fundación Parques de la Paz define al Parque para la Paz como un Área de Conservación entre fronteras, debido al área de una amplia región ecológica que cruza las fronteras de dos o varios países, abarcando zonas protegidas y aprovechamiento de múltiples recursos.
La yuxtaposición de conceptos -parques y paz- fue practicada en otros contextos, dando lugar a la acuñación de la expresión, dotada de un contenido más amplio: Parque para la Paz, defendida por instituciones como la Universidad para la Paz de las Naciones Unidas, en Costa Rica. De manera similar a la mención anterior, un Parque para la Paz comprende un área protegida donde ha habido una historia de conflicto, a pesar de la disposición transfronteriza del área protegida.
Desarrollo y gestión de parques para la paz: un ejemplo de éxito en Mozambique
Los Parques para la Paz surgen como una respuesta innovadora para unir la conservación de la biodiversidad con la promoción de la paz y la cooperación internacional. Este concepto, que pretende transformar zonas fronterizas e históricamente marcadas por conflictos en símbolos de reconciliación y desarrollo sostenible, se ha implementado con éxito en varias partes del mundo.
Un ejemplo notable de este movimiento fue la histórica ceremonia celebrada el 1 de agosto de 2019 en el Parque Nacional Gorongosa, Mozambique. En aquella ocasión se firmó el Término de Cese de Hostilidades en entre el Gobierno de Mozambique y el partido de oposición Renamo, para oficializar Gorongosa como «Parque para la Paz». Este hito no sólo trajo una nueva era de paz a la región, sino que también reforzó el papel del sitio como motor de desarrollo humano para las comunidades circundantes.
El Parque Nacional Gorongosa, ubicado en la provincia de Sofala, es una asociación público-privada entre el Gobierno de Mozambique y la Fundación Carr, una organización norteamericana sin fines de lucro responsable del Proyecto de Restauración de Gorongosa. Situada en una zona que alguna vez fue devastada por la guerra, Gorongosa tiene una biodiversidad muy rica, ubicada en el extremo sur del Gran Valle del Rift africano. Actualmente, el parque es considerado un ejemplo notable, siendo uno de los principales impulsores de desarrollo entre la comunidad de Gorongosa y la ciudad de Beira.
El éxito de Gorongosa es un reflejo de un modelo de conservación innovador que equilibra las necesidades de la vida silvestre con las demandas de la población local. El Parque cuenta con alrededor de 1.700 empleados (2) e involucra a la comunidad local en varias áreas, desde el turismo hasta la educación y la preservación del medio ambiente. Las actividades turísticas, incluidos safaris guiados por nativos especializados, se complementan con programas comunitarios en las áreas de salud, educación ambiental y manejo de recursos naturales.
Se desarrollan simultáneamente una serie de iniciativas sustentables y científicas, como la producción de café y miel, la organización de eventos culturales tradicionales que tienen como objetivo generar empleos y garantizar ingresos sustentables para el parque, reforzando la preservación de la biodiversidad y la restauración de la vida silvestre. Se crearon acciones en el campo científico a través de la participación en el Máster en Biología de la Conservación (3) a través del consorcio BioEducation compuesto por la Universidad de Zambezi, la Universidad de Lúrio, el Instituto Superior Politécnico de Manica, la Universidad de Lisboa y, naturalmente, el Parque Nacional. de Gorongosa.
Al igual que otros Parques para la Paz en todo el mundo, como el Parque por la Paz Villa Grimaldi o el Friedenspark, Gorongosa demuestra cómo la conservación del medio ambiente puede ser una fuerza impulsora para la paz y el desarrollo sostenible. El modelo de parque de Mozambique demuestra cómo la colaboración entre gobiernos, comunidades locales y organizaciones internacionales puede crear una sinergia capaz de transformar áreas devastadas por el conflicto en símbolos de esperanza, biodiversidad y prosperidad.
Esperanza de un futuro prometedor
Hoy, el continente africano lidera los esfuerzos por crear Parques para la Paz. En la región de África Meridional, la Comunidad de Desarrollo de África Meridional ha facilitado la creación de varias áreas de conservación transfronterizas. Estas áreas no sólo protegen ecosistemas vitales, sino que también promueven la estabilidad y el desarrollo económico a través del ecoturismo, beneficiando a millones de personas que viven en estas regiones y sus alrededores.
Los Parques para la Paz representan un modelo inspirador para afrontar los desafíos del siglo XXI. Nos recuerdan que la paz, el desarrollo y la protección del medio ambiente son interdependientes e indivisibles, como se reconoce en la Declaración de Río sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo. En un mundo que necesita desesperadamente ejemplos de cooperación efectiva, estos parques muestran que la naturaleza no conoce fronteras y, cuando se gestiona adecuadamente, puede unir a las naciones en torno a propósitos comunes: proteger el planeta y construir un futuro más inclusivo, pacífico y sostenible.
Notas:
(1) https://www.peaceparks.org/about/our-journey/
(3) https://gorongosa.org/wp-content/uploads/2021/10/edital_msc_bioed_gorongosa_2021.pdf