La Fuerza Provisional de las Naciones Unidas en el Líbano (UNIFIL) enfrenta un momento crítico debido al aumento de la tensión en la región, con incidentes recientes que han puesto en riesgo la seguridad de los cascos azules. En una entrevista con Noticias ONU, el portavoz de UNIFIL, Andrea Tenenti, subrayó que la presencia de la misión es «más crucial que nunca» en el sur del Líbano, a raíz de los peligrosos acontecimientos recientes, incluyendo bombardeos y la incursión de las fuerzas israelíes en territorio libanés.
En los últimos días, las posiciones de la ONU han sido blanco de ataques que han resultado en heridas a miembros de las fuerzas de paz. Uno de los cascos azules resultó herido de bala, otros dos fueron afectados por disparos contra una torreta de observación, y varios sufrieron las consecuencias de la inhalación de gases. Pese a estos incidentes, Tenenti aseguró que UNIFIL continúa con sus labores de vigilancia y observación, aunque las capacidades se han visto limitadas.
La misión se enfrenta a serios desafíos para prestar asistencia a las comunidades locales del sur del Líbano, muchas de las cuales han quedado atrapadas en sus pueblos, necesitando suministros básicos como agua y alimentos. Según Tenenti, más de 350,000 personas han abandonado la región, pero muchas otras se han quedado, ya sea porque no tienen adónde ir o porque se resisten a abandonar sus hogares.
La situación se complica aún más por la falta de garantías de seguridad para el desplazamiento de las agencias de la ONU y la Cruz Roja, lo que ha impedido llevar a cabo actividades de ayuda humanitaria en medio de los intensos bombardeos. Tenenti insistió en la importancia de proteger a los civiles y proporcionar asistencia a quienes aún permanecen en la región.
El papel de UNIFIL ha sido cuestionado recientemente por el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, quien solicitó al Secretario General de la ONU la retirada de las fuerzas de paz del sur del Líbano. No obstante, António Guterres respondió recordando que el mandato de la misión fue otorgado por el Consejo de Seguridad a petición del Gobierno libanés, y que ningún Estado miembro puede pedir unilateralmente la retirada de la fuerza.
Tenenti enfatizó que la presencia de una fuerza imparcial en la región es fundamental para informar al Consejo de Seguridad y contribuir a la estabilidad. Asimismo, hizo un llamado a la comunidad internacional para que busque una solución política y diplomática al conflicto, ya que, según él, las respuestas militares no resolverán la situación actual.
Los ataques recientes contra las fuerzas de paz también han sido denunciados por UNIFIL como una violación del derecho internacional y de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad, que establece el mandato de la misión. Tenenti recordó que las partes en conflicto tienen la obligación de garantizar la seguridad de las fuerzas de mantenimiento de la paz.
En medio de la creciente crisis, la labor de UNIFIL sigue siendo crucial para monitorear la situación, informar sobre los acontecimientos y coordinar la asistencia humanitaria en un contexto donde la seguridad de los civiles debe ser una prioridad. La misión reafirma su compromiso de cumplir su mandato y de trabajar por la paz y la estabilidad en la región, pese a los obstáculos actuales.