Por Sol Pozzi-Escot
Chema Franco, joven músico y escritor peruano, utiliza el hip hop y su espiritualidad para explorar tanto las injusticias como las emociones humanas. A través de su obra, busca conectar con las personas y llevarlas a reflexionar sobre su realidad y lo que realmente importa en la vida.
José María Franco Niezen, conocido como Chema Franco, es un joven artista peruano, nacido en Lima, que a sus 25 años ya ha encontrado en la música y la escritura no solo una forma de expresarse, sino un camino para entender el mundo y, sobre todo, para entenderse a sí mismo. Su arte es una mezcla íntima de introspección, espiritualidad y una crítica social que, más que señalar, busca invitar a la reflexión, al cambio interior.
El hip hop clásico es el pulso que mueve su música, especialmente el estilo boombap que viene de rincones como Perú, Chile, España y Estados Unidos. Artistas como Mantoi, Retrogott, Mente Sabia Crú, DEA Family, A Tribe Called Quest y Eminem han dejado huella en su estilo, no solo por su técnica, sino por su autenticidad. En un país como Perú, donde las distancias entre las personas no solo son geográficas, sino también sociales, la música para Chema es más que un escape: es una forma de poner palabras a las injusticias que muchos prefieren ignorar. Sus letras y libros son testigos de esa lucha diaria por encontrar justicia en un contexto de desigualdad, corrupción y oportunidades esquivas.
Pero, a pesar de esa carga crítica, Chema se inspira en los momentos más sencillos. Las conversaciones profundas con su padre, la magia de una noche de romance, o el simple placer de perderse en una aventura con amigos, son los instantes que alimentan su creatividad. En medio del caos de Lima, una ciudad llena de contrastes, Chema encuentra belleza en la quietud, en esos respiros que le permiten reconectar con su interior. Esa espiritualidad siempre presente se refleja en su amor por autores como Franz Kafka, cuyas Cartas a Milena le recuerdan el poder de lo simple, de lo humano, de lo íntimo.
Su música, desde Mantra hasta Luz, Calor y Frío, y Cielo Eterno, es un reflejo de esa mezcla entre lo íntimo y lo universal, entre la introspección y el caos exterior. Su último EP, Rap Caletini, en colaboración con Salvadelic, captura esa esencia: la energía de la ciudad, la realidad de sus calles, y el latido de su gente. Ahora, mientras trabaja en un disco de 14 canciones y escribe su cuarto libro, sigue en esa búsqueda incansable de significados, de respuestas, siempre guiado por la emoción y la conexión humana.
En un Perú que vive sus propios dilemas y contradicciones, la obra de Chema Franco es una llamada silenciosa pero constante a mirar más allá de lo obvio. Cada canción, cada libro, es una invitación a detenerse un momento, a pensar, a sentir, a ver el mundo desde una perspectiva más profunda, más honesta, más conectada.