El sábado 5 de octubre, en la estela del inicio de la 3ª Marcha Mundial por la Paz y la Noviolencia, cientos de humanistas se encontraron en el recinto Eduardo Ocón de la ciudad de Málaga para celebrar el I Festival de Artes por la Paz y Noviolencia, dando comienzo de esta manera a las actividades que impulsa la asociación Mundo sin Guerras y sin Violencia de Málaga.
El Festival ha sido un evento que ha marcado un hito en la promoción de la cultura de paz y la acción noviolenta, alertando sobre el creciente gasto en armamento y la amenaza nuclear y dando la voz y el protagonismo a las nuevas generaciones.
Los organizadores recordaron que en noviembre del 2009 con motivo de la «1ª Marcha mundial por la paz y la noviolencia», se realizó un acto en el mismo recinto Eduardo Ocón, para recibir al equipo de entusiastas que venía recorriendo el planeta. Mas de 3.000 alumnos llegados de distintos institutos de Málaga y provincia se reunieron entonces allí, cantaron la canción de «Latas por la paz» junto a muchas actividades artísticas y deportivas llenas de creatividad y alegría.
De la organización del presente I Festival de Artes por la Paz y la Noviolencia participaron más de 30 voluntarios y asistieron unas 600 personas durante las cuatro horas de duración, gracias a la difusión de todos los participantes a través de internet. Se realizaron entrevistas, se compartió en redes sociales, se repartieron panfletos informando sobre la 3ª Marcha Mundial y se impulsó a la participación social en todos los campos para superar la violencia.
«Es necesario la creación de un movimiento de acción permanente, y para eso es necesario aprender a aplicar la noviolencia en todo conflicto, personal, social y estructural», insisten los impulsores de la iniciativa.
Los participantes fueron muy diversos. Estuvieron el Coro Joven Málaga, la Academia IZANSDANCE, Pablo Alberto García Zambrano, Gabi Yon, Toba, Paloma del Amo y Manuel Gamboa; También dijeron presente José Michtka, Nico Emzi, Daniel Pérez Vizquel, Chiara Colaianni, Irene Fernández, Eli Anaí, Laura Liz y Los Kojaks. Cada uno, con su estilo único, contribuyó a la rica diversidad del festival y reforzó el mensaje de que el arte puede ser un poderoso catalizador para el cambio social.
La música, la danza y la poesía fueron los vehículos para crear conciencia sobre la necesidad urgente de construir un mundo sin guerras y sin violencia, y con respeto hacia todas las formas de vida.
Muy relevante fue la participación de las nuevas generaciones que quieren instaurar la cultura de la noviolencia activa y tienen un gran espacio y protagonismo dentro de la 3a. Marcha Mundial.
El festival no solo ha sido un espacio para disfrutar del arte, sino también para reflexionar sobre la situación global y las acciones que podemos emprender para transformar nuestro entorno a través de la noviolencia activa.
El 1º Festival de Artes por la Paz y la Noviolencia ha sido una celebración de la vida y la humanidad, un recordatorio de que la paz es posible cuando las personas se unen con un propósito común.