Sus canciones son historia y sus discursos destierran la indiferencia: Joan Manuel Serrat lo repitió al recibir el Premio Princesa de Asturias.

«No estoy conforme con el mundo que me ha tocado vivir. Vivimos un tiempo contaminado, hostil, insolidario donde los valores democráticos y morales han sido sustituidos por la avidez del mercado y donde todo tiene un precio», declaró en su discurso de agradecimiento por el lauro.

En una gala efectuada en Oviedo, capital de Asturias, la princesa Leonor destacó la figura de Serrat, como “mucho más que un referente artístico para varias generaciones a las que ha hecho felices porque también ha mostrado ‘su compromiso con la democracia y la tolerancia’.

La heredera de la Corona de España ponderó la trayectoria del cantautor catalán en sus múltiples facetas.

‘Serrat se declara partidario de vivir porque, de vez en cuando la vida, afina con el pincel; se nos eriza la piel y faltan palabras para nombrar lo que ofrece a los que saben usarla’, comentó la princesa Leonor.

‘Es el sentimiento que nos muestra que las cosas pueden mejorar, que siempre hay una grieta por donde entra la luz’, acotó.

El creador del multigalardonado disco Mediterráneo, aprovechó la oportunidad para reivindicar en su discurso la libertad, la justicia y la democracia como ‘valores que van de la mano o no van’.

Lamentó que los valores democráticos y morales hayan sido sustituidos por ‘la avidez del mercado, donde todo tiene un precio’, y se definió como un ‘señor mayor tirando a viejo’ que durante el camino azaroso de la vida fue encontrando razones para seguir adelante y que ‘con el impulso de los sueños’ ha llegado hasta aquí.

‘Soy un animal social y racional que necesita del hombre más allá de la tribu (…) partidario de la tolerancia, el respecto al derecho ajeno y al diálogo para resolver los asuntos justamente y de mostrar su rechazo a las atrocidades sin unánimes y contundentes respuestas’.

Señaló que no espera haber llegado hasta hoy para mostrar gratitud y afecto a quienes le regalaron amistad, compañía y consejo, pero por si acaso, dio las gracias a sus maestros, compañeros y amigos, a su mujer, a sus padres, hijos y nietos.

‘Gracias a los que desde hace casi 60 años han hecho suyas mis canciones y a todos los que desde los cuatro puntos cardinales se alegran conmigo al ver mi nombre unido a la rotunda lista de galardonados con este premio’, concluyó.

En la gala, se despidió cantando a sus 80 años uno de sus clásicos, Aquellas pequeñas cosas, acompañado por un violín y compartiendo su alegría con otros premiados con el Princesa de Asturias, entre ellos la badmintonista Carolina Marín.

El artículo original se puede leer aquí