En un esfuerzo significativo por fortalecer la solidaridad global y preparar un evento de gran relevancia internacional, más de setenta representantes de movimientos populares de América, África, Asia y Europa se reunieron en La Habana, Cuba. Este encuentro marcó un paso crucial hacia la organización del IV Encuentro Internacional de Comunidades Afectadas por Represas y la Crisis Climática, que tendrá lugar en noviembre de 2025 en Brasil, coincidiendo con la COP 30 en la Amazonía brasileña.

Durante las jornadas en La Habana, se desarrollaron mesas de trabajo, estudios, y debates, con el objetivo de intercambiar experiencias y definir estrategias que el Movimiento de Afectados por Represas (MAR) deberá seguir hasta el próximo encuentro internacional. Este proceso de colaboración no solo buscó consolidar una visión compartida, sino también fortalecer la unidad entre las comunidades afectadas por los crímenes socioambientales y los impactos de la crisis climática.

La delegación internacional también tuvo la oportunidad de participar en el acto de conmemoración del 26 de julio, en el marco del 71° aniversario del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, un momento histórico para Cuba. Además, los participantes realizaron visitas a experiencias productivas y culturales en La Habana, lo que permitió un enriquecedor intercambio de conocimientos y aprendizajes.

La Coordinación Provisional del MAR destacó la reunión como un evento histórico, subrayando la importancia de este proceso democrático y participativo que preparará el terreno para el IV Encuentro Internacional. La organización busca que las poblaciones afectadas por represas, crímenes socioambientales y la crisis climática se conviertan en un sujeto internacional relevante, capaz de influir en las políticas globales que aborden estos desafíos.

Los casos de desastres como los ocurridos en Mariana y Brumadinho en Brasil, las inundaciones en África y Asia, y las olas de calor extremo y sequías en Europa y la Amazonía, fueron temas centrales en las discusiones. Estas catástrofes evidencian la urgencia de un cambio de paradigma y de un mayor protagonismo de las comunidades afectadas en la búsqueda de soluciones sostenibles y justas.

Marilin Peña Pérez, educadora popular y miembro del MAR y del Centro Memorial Martin Luther King, resaltó la importancia de que Cuba haya sido el país anfitrión de este evento. Según Peña Pérez, esto demuestra la solidaridad internacional en un contexto de grandes desafíos y reafirma a Cuba como un símbolo de inspiración revolucionaria y resistencia.

Por su parte, representantes de otros continentes, como Érika Mendes de Mozambique y las españolas Irene González y Lucía Aller, destacaron el valor formativo y fortalecedor que ha tenido para sus movimientos la participación en este espacio intercontinental. Subrayaron la importancia de continuar movilizándose por la justicia ambiental, social, económica, climática y la soberanía de los pueblos, enfatizando que «la lucha continúa».

Uno de los mayores desafíos que surgió de esta reunión fue la necesidad de persistir y ampliar la organización de las poblaciones afectadas en todos los continentes. Los participantes reconocieron que solo a través de una acción global coordinada se podrá enfrentar eficazmente los desafíos que plantean las represas y la crisis climática. Este compromiso de fortalecer el movimiento internacional será clave en los preparativos para el IV Encuentro Internacional de Comunidades Afectadas en 2025, donde se espera que las voces de estas comunidades sean escuchadas en el escenario global.

La reunión en La Habana, por lo tanto, no solo fue un paso preparatorio, sino un acto de reafirmación de la unidad y la solidaridad internacional en la lucha por un mundo más justo y sostenible.